Usted está aquí: martes 4 de abril de 2006 Cultura Muchos deseaban ser ''la mirada cómplice'' de los sopladores de poesía

El grupo Les Souffleurs conjuró el caos y el bullicio en el Metro Insurgentes

Muchos deseaban ser ''la mirada cómplice'' de los sopladores de poesía

Nueve singulares personajes hechizaron a los pasajeros con un canto de sirenas

Una mujer no podía escucharlos con los oídos, pero lo hizo con el corazón

MONICA MATEOS-VEGA

Ampliar la imagen Susurros poéticos, espectáculo del grupo francés Les Souffleurs que se desarrolla en varias estaciones del Metro Foto: Jesús Villaseca

Con hora y media de retraso, Les Souffleurs comenzaron en el Metro Insurgentes sus Susurros poéticos. Desde las 14:30 horas los aguardaban algunas personas que, hechizadas cual marineros envueltos por el canto de las sirenas, los habían seguido desde las 10 de la mañana.

Seducida por ''los mensajes" que los hombres y mujeres de negro le dijeron al oído, una señora señaló que desde que se los encontró en la estación Hidalgo, y como si fueran un oráculo, ellos le habían cambiado la vida.

''Ultimamente he tenido muchos problemas, pero cada poema que me han dicho hoy me ha dado ánimo, me han leído el aura. Quiero que me sigan dando sus palabras. Ya les hablé a mi nietas para que vengan y los vean", dijo la mujer, que abandonó sus ''pendientes" del día para ponerse a disfrutar los susurros poéticos ''adonde quiera que vayan".

Los nueve integrantes del grupo francés hicieron un largo receso luego de sus presentaciones matutinas en las estaciones Hidalgo y Chabacano, sin avisar al público y a los medios de comunicación, citados a las 14:45 horas. Los muchachos de la llamada ola naranja, repartieron desde esa hora en la estación Insurgentes tarjetas alusivas al espectáculo.

Mensaje como de un oráculo

Fue a las 16 horas cuando Les Souffleurs ingresaron a la estación Insurgentes, como cualquier pasajero, bajaron a los andenes, sacaron sus tubos negros, abrieron sus paraguas y subieron las escaleras para quedar justo debajo de la cúpula principal de ese espacio.

Poco a poco, algunos usuarios detuvieron su apresurada marcha para observar con curiosidad a los sopladores de poesía, quienes al mismo tiempo observaban y sonreían a las personas que se colocaban a su alrededor. Los artistas invitaban con la mirada.

Una señora morena, de aspecto humilde, fue la primera elegida. Un souffleur le ofreció el brazo. Con timidez, ella aceptó. El la llevó a dar una vuelta y la colocó en el centro del improvisado escenario; luego le pidió que detuviera el paraguas mientras él le echaba aire con un abanico negro. Otro souffleur se acercó con un largo tubo y empezó a recitarle poesía al oído.

Una sonrisa empezó a dibujarse en el rostro de la mujer. Cuando terminó el primer poema, se acercó otro soplador, y otro, y otro, hasta que ella se llevó las manos al corazón y luego las extendió como si estuviera declamando. Irradiaba felicidad. Al final, sus ojos estaban humedecidos y, con la mano, dijo adiós a los sopladores.

''¿Qué le dijeron?", preguntó alguien a la afortunada. Con señas explicó que era sordomuda, pero que sintió en sus oídos inertes la vibración de las palabras de los franceses, la magia del susurro. Y se llevó las manos al corazón.

Les Souffleurs detuvieron por un momento el caos y el bullicio de los pasajeros de esa estación a la que, en promedio, ingresan a esa hora unas 120 personas por minuto. Brindaron la frescura de sus palabras a señores adustos, mujeres cansadas, adolescentes apáticos, niños temerosos, muchachas retraídas, jóvenes agresivos, oficinistas aburridos. Todos querían cerrar los ojos un instante, sonreír, ser la mirada cómplice y coqueta de un soplador de versos y recibir un "mensaje", como canto de sirena, de un óraculo: "el día será bueno".

(Si usted desea un instante íntimo de poesía en medio del caos citadino, puede acudir a las siguientes estaciones del Metro para ver a Les Souffleurs. Hoy en Politécnico, de 10 a 11:15 horas; Hidalgo, de 11:45 a 13, y Universidad, de 14:30 a 15:45 y de 16:15 a 17:30. Miércoles 5: UAM-I de 10 a 11:15 horas; Chabacano de 11:45 a 13; Chapultepec de 14:30 a 15:45 y Bellas Artes de 16:15 a 17:30. Jueves 6: Politécnico de 10 a 11:15 horas, Hidalgo de 11:45 a 13; La Raza de 14:30 a 15:45, y Centro Médico de 16:15 a 17:30.)

 
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