Usted está aquí: martes 4 de abril de 2006 Cultura Carencias en la ley del libro; ''sólo beneficia a algunos'', dicen editores

Los incentivos fiscales deben abarcar toda la cadena productiva, piden

Carencias en la ley del libro; ''sólo beneficia a algunos'', dicen editores

Cancelan diputados, ''hasta nuevo aviso'', la sesión de hoy, en la que se analizaría el tema para su aprobación

Prevalecen aspectos ''que no están claros'' en la propuesta avalada por el Senado

ERICKA MONTAÑO Y FABIOLA PALAPA

La Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados suspendió ''hasta nuevo aviso" la sesión prevista para este martes, en la que se analizaría la iniciativa de Ley de Fomento para la Lectura y el Libro con miras a su aprobación y posterior envío al pleno de ese órgano legislativo.

La suspensión significa que la propuesta ''ha sido rechazada sin haber sido estudiada", manifestó a La Jornada José Angel Quintanilla, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem).

''Por no querer estudiar lo que ha sucedido en otros países se rechaza toda una ley que busca promover la lectura, y es la única herramienta que nos va a hacer crecer. Mientras no sepamos entender las posibilidades que brinda la lectura seguiremos siendo un país de intolerantes."

La iniciativa, aprobada por el Senado el pasado 16 de marzo, propone como puntos centrales la creación de un Consejo Nacional de Fomento para el Libro y la Lectura y el precio único del libro, tema en el que aún existen discrepancias en los diversos sectores de la cadena editorial: para algunos editores sería el primer paso para desaparecer la guerra de descuentos y mejorar las condiciones de la industria, que vive una crisis profunda.

Por una reglamentación integral

Sin embargo, aspectos como las modificaciones fiscales que garanticen la deducibilidad del IVA a los gastos de las librerías y el otorgamiento de crédito fiscal y financiamiento son algunos temas que no están claros en la propuesta de ley.

El editor Miguel Angel Porrúa subrayó que no es una medida que beneficie a los lectores ni a la industria, ''por un principio básico de economía: cualquier precio que se dictamine como único siempre tiene que ser a la alza, nunca a la baja. En el caso de los libros va a ser a la alza, pues el consumidor pagará para que un libro esté en cualquiera de las dos fronteras, porque en México los costos de los envíos por correo, por mensajería, son altísimos: enviar un paquete de 25 kilos cuesta 524 pesos y enviar un libro cuesta 78 pesos".

El costo del transporte encarecería el libro hasta ciento por ciento. ''No nos podemos comparar con países como Francia, España o Alemania, con leyes de precio fijo del libro, porque ahí están realmente especializados en la distribución."

Esta ley del libro, dijo, ''beneficia a algunos productores, pero no a la cadena productiva. El precio único, si no se dan reformas como incentivos fiscales, no puede ser. Es una reglamentación que necesita ser integral si realmente queremos favorecer a la industria y tener un país de lectores. Esto es darles, como siempre lo hemos hecho, atole con el dedo a todos".

El escritor Paco Ignacio Taibo II explicó que en caso de aprobarse esa ley sería ''una forma más de desmocratizar el acceso a la lectura". El problema se debe revertir de fondo, porque no hay una intervención estatal sensata y junto con la industria deben crearse líneas de producción del libro a bajo costo y de circulación masiva; en ello están incluidas la sociedad, la industria editorial, las rotativas de los periódicos y el aparato del Estado.

El poeta David Huerta señaló que la ley significa un avance para corregir algunas actitudes y decisiones de este gobierno, como el amago de gravar los libros en algún momento de 2000.

''Ojalá la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y los encargados de la macroeconomía tomen nota de estos avances políticos en el orden cultural. El precio único es un asunto importantísimo de orden comercial con efectos culturales, que disminuirá algún desorden del mercado librero y pone mayores orientaciones en el consumo de estos objetos tan valiosos para la conservación y difusión del conocimiento."

Respecto de la creación de un Consejo Nacional de Fomento para el Libro y la Lectura, el poeta indicó: esperemos que realmente se dedique a la tarea que se le ha encomendado de fomentar la lectura con programas razonables, sensatos, verdaderamente nacionales y también en los planos regional y local.

Pocos lectores, un lastre

A decir de la promotora cultural Lorena Elizabeth Hernández, el problema del sector editorial es que ''no hay un incentivo generalizado para colocar librerías en el país". En caso de aprobarse la ley en la Cámara de Diputados, añadió, ''debería haber un impulso en los gobiernos locales y municipales, pues son los que otorgan las licencias de funcionamiento de los comercios".

Esta ley, abunda, permitirá a librerías pequeñas, a mediano plazo, contar con un precio competitivo frente al lector, sin embar-go resaltó que lo más importante es abrir librerías ''de barrio" y especializadas.

José María Espinasa, coordinador de producción editorial en El Colegio de México y director de Ediciones sin Nombre, explicó que la aprobación en el Senado de la ley del precio único es el primer paso para evitar la batalla de descuentos en los libros de reciente aparición. Pero consideró que aún es complicada la situación del mercado librero porque existen diferencias fiscales.

''El precio único permitirá que poco a poco se abran nuevas librerías, sobre todo independientes, que puedan competir con las grandes cadenas. Esto no será fácil ni inmediato. Esta situación se complica más cuando en México se lee poco."

Espinasa indicó que el Estado debe trabajar más en medidas que favorezcan la apertura de librerías y la edición de libros, porque en este momento, si no se mejoran ciertas condiciones, abrir una librería es un riesgo muy grande.

Respecto del precio único, la poeta y editora Enzia Verduchi consideró que ''la ley es el primer paso para una competencia más justa y que todos tengan al alcance el material que quiera desde una novela de detectives hasta un libro de medicina o de poesía. Lo que importa es que todos podrán comprar al mismo precio en cualquier punto del país".

Comentó que a partir de esta ley se debe encontrar la manera de lograr mayores incentivos fiscales, devolución de impuestos a editores, así como un trato más equitativo con las distribuidoras para que los libros lleguen a todo el país.

Librerías, el eslabón más golpeado

Para Raúl Zorrilla, secretario técnico del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, la Ley de Fomento para la Lectura y el Libro tiene la virtud de dar un marco legal sólido a los programas de fomento a la lectura y plantea la creación del Consejo de Fomento a la Lectura, que es un espacio de concertación para actores del libro, desde el autor hasta el lector.

El eslabón de las librerías es el más golpeado en la cadena de autor al lector, porque en menos de 10 años han desaparecido cerca de 60 por ciento. ''Tenemos alrededor de 400 librerías que funcionan permanentemente para una población de cien millones de habitantes."

El presidente de la Asociación de Libreros Mexicanos, Henoc de Santiago, afirmó ''categóricamente" que ese gremio apoya la medida ''porque conviene a las librerías, promueve que éstas no compitan por descuento, sino por servicio al cliente, por calidad en sus fondos editoriales, por especialización de los libreros, por ubicación".

Rechazó que la medida encarezca el libro, como señaló la Comisión Federal de Competencia hace días, y destacó los resultados obtenidos en España, Francia y Alemania, que tienen una ley similar.

El director comercial de librerías El Sótano consideró que el precio único aumentará el costo del libro al lector ''a corto y mediano plazos". A la ley ''le damos el beneficio de la duda. Pero lo que hace falta es la profesionalización. Se habla de España o Francia como países en los que ha funcionado, pero son de primer mundo con otro nivel cultural, otro poder adquisitivo. No creo que vaya a funcionar, pero vamos a ver qué pasa".

Por lo pronto, el análisis de la iniciativa de ley está en suspenso tras la cancelación del encuentro de este martes entre la Comisión de Cultura y especialistas. La reunión se canceló porque el presidente de esa instancia, Filemón Arcos, regresa hoy de un viaje, indicó el secretario técnico de la comisión, Federico del Real.

No se informó, en cambio, una nueva fecha de debate, faltando 28 días para que concluya el periodo ordinario de sesiones.

 
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