Usted está aquí: sábado 1 de abril de 2006 Política Madrugada de mentiras e ignominia en el Senado

Sin eco, llamado a evitar concentración de frecuencias

Madrugada de mentiras e ignominia en el Senado

ANDREA BECERRIL

"No quiero más discusión", comentó molesto el senador del PRI Emilio Gamboa Patrón, y se bajó de la tribuna para no responder a los cuestionamientos de su compañero de bancada Manuel Bartlett y del panista Javier Corral, quienes lo retaron a probar que la llamada ley Televisa no significa un retroceso.

Ello en la madrugada de ayer, en la que se discutieron, uno a uno, 33 artículos de las leyes de Radio y Televisión y de Telecomunicaciones, que los opositores a esa iniciativa de reformas, aprobada en lo general, propusieron enmendar, entre otras cosas, para evitar la concentración de frecuencias en dos empresas, apoyar a los medios de comunicación públicos, a las radios comunitarias y para que puedan transitar hacia la digitalización y no desaparecer.

Los argumentos claros de Dulce María Sauri, Corral, Bartlett, el senador del PRD Raymundo Cárdenas y el panista Alfredo Martín Reyes de fortalecer y dotar de autonomía al órgano regulador de la televisión y la radio, y de que el nombramiento de los integrantes de la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel) no se dejara al jefe del Ejecutivo, Vicente Fox, sino al próximo presidente, no encontraron eco.

La mayoría de los senadores de PRI, PAN y Verde Ecologista que horas antes habían aprobado en lo general la ley Televisa -con 81 votos en favor, 40 en contra y cuatro abstenciones-, sólo permanecieron en el recinto para asegurarse de que no se hiciera ningún cambio a la minuta.

Diego Fernández de Cevallos y Emilio Gamboa, los operadores políticos de la reforma, cuidaron bien que nadie se retirara. Al concluir la primera votación de las modificaciones propuestas a la Ley Federal de Telecomunicaciones, sólo faltaban seis senadores de los 125 que votaron la controvertida enmienda.

Setenta y nueve rechazaron los cambios a la minuta, pero permanecieron impasibles, como si no escucharan el reclamo por las muchas "mentiras" que repitieron en torno de la legislación. De entrada, Corral Jurado retó a que cualquiera de los defensores de la ley Televisa subiera a la tribuna para que mostrara en qué artículo se establece que la Cofetel tendrá mayores facultades para regular la industria, "como se repitió con insistencia".

"¿Con qué cara nos vienen a decir que se fortalece, si ni siquiera podrá sancionar? Inclusive, le quitaron la capacidad de proponer la revocación de concesiones. ¡Que les dé un poco de vergüenza!"

Sauri lo secundó y dijo: "ni poniendo aun al dios padre de las telecomunicaciones como comisionado de la Cofetel va a poder ejercer ninguna función reguladora de mercado". Pidió que se votara en favor la modificación al artículo 9-A, como había propuesto el panista Reyes, pero "la mayoría silenciosa", como la calificó Bartlett, alzó mecánicamente la mano en contra.

El senador Raymundo Cárdenas, del PRD, retó a que alguno de los que habían afirmado antes en tribuna que en la minuta se quitaba al Presidente de la República la discrecionalidad en el otorgamiento de concesiones lo probara, porque eso es falso, ya que el Ejecutivo será el encargado de nombrar a los cinco comisionados de la Cofetel.

Luego pidió directamente a Emilio Gamboa que fuera a tribuna a debatir el punto, y a éste no lo quedó más remedio que subir, pero comenzó a hablar sobre otro tema. Aludió a que durante su gestión como secretario de Comunicaciones y Transportes no le fue posible fortalecer a la Cofetel, porque se requería para ello modificar la Constitución.

Corral Jurado le hizo notar que eso se refería a otro artículo, al 9-B de la Ley Federal de Telecomunicaciones, no al 9-A, y Gamboa contestó que tenía que dar esa explicación. Luego, pese a que es de sobra conocida la postura de la Comisión Federal de Competencia (Cofeco) en relación con que la reforma propicia fenómenos de concentración, sostuvo que el organismo consideró que la modificación es "un avance".

Eso dijo la Cofeco. No quiero más discusión, señaló, y bajó de tribuna, pero tuvo que regresar una vez más. El presidente de la Comisión de Comunicaciones, Héctor Osuna, otro impulsor de la minuta, admitió luego que la atribución en materia de concesiones la mantiene aún el Presidente de la República, "y para retirársela hay que hacer una reforma constitucional".

Sin embargo, cuando la senadora Sauri quiso interpelarlo para que abundara sobre ese reconocimiento, Osuna se negó bajo el pretexto de que debía responder a otra pregunta. Y como Bartlett expuso la argumentación real de la Cofetel para desmentir lo dicho por Gamboa, éste debió regresar al pleno y sostener que el órgano regulador se fortalece, porque ahora contará con cinco integrantes independientes, que podrán ser objetados por el Senado, sin posibilidad de cambiarlos, como se ha hecho en este sexenio, "a capricho de un subsecretario".

Respecto del órgano regulador, Sauri formuló diversas propuestas de cambios a la Ley Federal de Telecomunicaciones, entre ellas al artículo 9-C, con el propósito de evitar que haya conflicto de intereses entre los cinco comisionados de la Cofetel. Sugirió que se estableciera como condición que en los pasados dos años no hubieran laborado en empresas de radio, televisión o telecomunicaciones, porque de lo contrario el organismo lo presidirá Javier Tejado Dondé, cabildeador de la ley Televisa.

No pasó, por supuesto, y tampoco el cambio encaminado a que los comisionados fueran nombrados a partir del primero de diciembre de 2006, no como establece la minuta en el artículo dos transitorio, en el cual se señala que los nombramientos deberán darse en un plazo no mayor de 30 días naturales, a partir de la entrada en vigor de la ley, lo que deja tal facultad a Fox.

"Desde el punto de vista político, eso es sumamente irresponsable. No es posible que el Presidente nombre a quienes habrán de durar 16 años en el cargo", insistió Sauri.

Raymundo Cárdenas dijo que se busca un blindaje a los monopolios, a las televisoras y a Telmex, para que un presidente "incómodo" para ellos no tenga ninguna posibilidad de limitar su poder, y advirtió que esa designación de consejeros a finales del sexenio y a gusto del duopolio va a generar inestabilidad.

Ninguno de los defensores de la minuta respondió. Por ello, Bartlett les dijo de paso: "Silencio, votación mecánica, ningún argumento". Nadie respondió. Desde su escaño, con el saco roto, Diego Fernández de Cevallos sólo endurecía el gesto, sobre todo por las muchas alusiones que se llevó, al hacerse pública su expresión sobre la ley "para los poderosos".

Se rechazó la modificación al artículo 20 de la Ley Federal de Radio y Televisión, encaminada, precisó el senador Felipe Vicencio, a dar certidumbre jurídica a los permisionarios, ya que la minuta exige a las radios comunitarias requisitos que van más allá de lo establecido en la ley, al "abrir la puerta a que otra autoridad pida lo que le venga en gana".

Con argumentos "grotescos y racistas llegan a decir que no pueden existir los permisos, porque como a veces se transmiten en lenguas indígenas y no las entendemos, no sabemos si están llamando a la sublevación nacional a través de la radio".

Corral agregó que la ley Televisa "satisface la pretensión de que los solicitantes sean sometidos a investigación policiaca. ¿De qué se trata? ¿De evitar cualquier tipo de competencia, inclusive la de los medios públicos?" Se votó, como todas las demás, en contra.

A pesar de que la mayoría de los senadores mostraba aburrimiento, ante un tema que no conocen a fondo, hasta les chiflaron cuando se propusieron modificaciones al artículo 28 de la Ley de Radio y Televisión, donde se concentra el plan de negocios para Televisa, a través de un régimen privilegiado y especial que le permite incursionar en el negocio de las telecomunicaciones y aprovechar el espectro radioeléctrico, sin la obligación de pagar por ello al Estado.

Corral Jurado reiteró que hay daño patrimonial por millones de dólares y dio una amplia explicación técnica para respaldar su afirmación, y ni Héctor Larios, el coordinador panista que en el primer debate aseguró que ello era falso, se atrevió a discutir.

Cerca de las 4 de la madrugada se aprobó en lo particular la ley Televisa, y minutos después, ya que el apuro es mucho, la mesa directiva remitió toda la documentación a la Presidencia para su promulgación.

 
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