Usted está aquí: lunes 27 de marzo de 2006 Opinión MEXICO SA

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Carlos Fernández-Vega

Tres pesos diarios para un pobre son un éxito social, según Soto

La desigualdad y la pobreza atentan contra el derecho a un nivel de vida adecuado: Cepal

Ampliar la imagen Sergio Soto, subsecretario de Desarrollo Social y Humano, en entrevista para La Jo nada FOTOMaríaLuisaSeveriano

RECIÉN SE SUBIO al destartalado carro del "cambio", y el discurso que maneja el "nuevo equipo" resulta mucho más triunfalista que el enarbolado por la ex titular del ramo, hoy empantanada en una campaña político electoral destinada al más rotundo de los fracasos.

CON EL ARRIBO de Josefina Vázquez Mota al equipo del Felipillo, el inquilino de Los Pinos entregó las riendas de la Secretaría de Desarrollo Social a una heredera de las Adoradoras Nocturnas, quien a su vez delegó la chamba en funcionarios menores de la propia dependencia.

UNO DE ELLOS, Sergio Soto, subsecretario de Desarrollo Social y Humano (con "experiencia laboral en las industrias de alimentos, de la construcción, comercio de muebles y alfombras, publicidad y mercadotecnia", y funcionario a partir de la llegada de Fox a Los Pinos, desempeñándose como coordinador de asesores del subsecretario de Desarrollo Regional, según su currículum oficial), no tuvo empacho en asegurar que "en estos seis años (del "cambio") se logró avanzar en el abatimiento de la pobreza lo mismo que en siete décadas", amén que "lo importante en materia de reducción de la pobreza no es ver lo que queda por hacer, sino lo que en este renglón se ha avanzado".

PARA EFECTOS OFICIALES, tres pesos diarios por pobre integrado al electorero Oportunidades (presupuesto con el que se atienden -versión oficial- aspectos educativos, laborales, sanitarios, de vivienda, salud y alimentación, entre muchos otros) es motivo suficiente para pregonar "el éxito" de una inexistente política social a lo largo del "cambio".

"DEBEMOS SER MUY justos", pregona Soto, de tal suerte que si seis años de panismo hicieron lo mismo que 70 de priísmo, entonces la situación es explosiva, como es la deuda social que alcanza niveles verdaderamente escalofriantes.

UNA VISION MAS centrada la ofrece la Cepal, institución que advierte que la profunda desigualdad en la distribución del ingreso que predomina en los países latinoamericanos -y México es ingrato ejemplo- constituye un problema y un obstáculo en este ámbito, que no se limita a una brecha de ingresos, ya que remite, como causa y consecuencia, a brechas en materia de bienestar social, capital humano, activos productivos y pleno ejercicio de los derechos ciudadanos. En particular, la desigualdad y la pobreza atentan contra el derecho a un nivel de vida adecuado, ya sea medido en términos absolutos (línea de pobreza) o relativos (comparaciones entre estratos de ingresos).

AUNQUE MUCHOS PAISES de la región tienen un nivel de desarrollo que podría permitir a una proporción significativa de pobres dejar de serlo, actualmente 40.6 por ciento de los hogares de América Latina se encuentran bajo la línea de pobreza y sin protección social básica, lo que afecta a 213 millones de personas, 88 millones de los cuales viven en condiciones de extrema pobreza.

POR TRATARSE DE sociedades muy poco equitativas, aun cuando los indicadores de ingreso por habitante sugieran niveles medios de desarrollo, la incidencia de la pobreza sigue siendo muy alta. El hecho de que un amplio contingente de individuos no logre acceder a un conjunto básico de satisfactores revela dramáticamente las consecuencias negativas de la desigual distribución del ingreso sobre la titularidad de los derechos sociales.

LA FALTA DE EQUIDAD es un rasgo que acompaña desde hace mucho tiempo a las sociedades de la región y sintetiza estructuras económicas, sociales, de género y étnicas muy segmentadas, que se potencian entre sí. Su manifestación más elocuente es la distribución del ingreso que es, a la vez, causa y efecto de otras desigualdades, como las que se producen en los ámbitos de la educación y el empleo. De hecho, la distribución del ingreso per cápita de los hogares refleja fielmente la desigual distribución de la educación, del conocimiento, del patrimonio y del acceso al empleo y al financiamiento.

EL ACCESO A ESOS activos está condicionado por la capacidad de pago para acceder a servicios de educación y salud de buena calidad, así como a fuentes de financiamiento y mercados de trabajo segmentados. Se configura, pues, un círculo vicioso de reproducción de la pobreza, ya que son los jóvenes nacidos en hogares pobres quienes tienen menos acceso a mercados y a activos que les permitirían superar la pobreza.

RESULTA ÉTICAMENTE inadmisible una mala distribución del ingreso si se considera, por ejemplo, que la región produce suficientes alimentos para garantizar una alimentación adecuada al triple de su población, pero que, pese a ello, hay países en los que la subnutrición, la desnutrición global y la desnutrición aguda se mantienen a niveles altos (sobre todo entre la población que vive en condiciones de extrema pobreza, entre los miembros de minorías étnicas y entre los habitantes de las zonas rurales).

ES ASI COMO, manteniendo constante el nivel de ingresos por habitante, una mayor desigualdad en la distribución del ingreso está directamente relacionada con mayores índices de pobreza. Una meta importante vinculada a los objetivos de desarrollo del Milenio de Naciones Unidas es reducir, para 2015, la incidencia de la pobreza extrema a la mitad. Se estima que para concretar esta meta los países más pobres de la región debieran alcanzar tasas de crecimiento del producto por habitante cercanas a 4.8 por ciento anual entre 2006 y 2015. Para el caso mexicano, en cinco años de "cambio" el aumento, por llamarlo de alguna manera, ha sido de 1.8 por ciento, con una tasa negativa de empleo y poder adquisitivo.

Las rebanadas del pastel:

EN EL ALBOR DEL "cambio", el vicepresidente ejecutivo de Televisa, Alonso de Angoitia, se quejaba amargamente: "nos están castigando por nuestro pasado". Pero a lo largo del sexenio y a golpe de cañonazos (en efectivo o especie) el gobierno foxista, el ala más retrógrada del Congreso y, ahora, los candidatos presidenciales que de plano no pueden y tienen la imagen muy sucia, han hecho hasta lo impensable por premiar el presente del cuasi monopolio y garantizar su futuro. No a la Ley Televisa.

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