Usted está aquí: lunes 27 de marzo de 2006 Mundo Ningún partido obtiene mayoría absoluta en el Legislativo ucraniano

Tienen un mes para formar alguna coalición

Ningún partido obtiene mayoría absoluta en el Legislativo ucraniano

JUAN PABLO DUCH CORRESPONSAL

Moscú, 26 de marzo. Los electores de Ucrania apostaron este domingo por proyectos de país antagónicos, en unas legislativas en las que no importa cuál formación política obtendrá más votos, sino qué alianzas se van a negociar a partir del respaldo en las urnas para evitar la parálisis de la Rada Suprema, el nuevo Parlamento unicamaral.

Porque es tal la dispersión en las preferencias de los ucranianos que ninguna de las tres fuerzas principales -sin hablar ya de las 42 restantes que figuran en las boletas- podrá contar, por sí sola, con la mayoría absoluta de 226 diputados, la mitad más uno, necesaria para formar gobierno.

En este escenario, pronosticable desde que se distanciaron los líderes de la llamada revolución naranja, Viktor Yushenko y Yulia Timoshenko, y se presentaron en estas elecciones cada uno con su propio partido, la ley concede un plazo de un mes para que se alcance en el Parlamento la mayoría absoluta requerida a través de una coalición, la última opción de los diputados para nombrar al primer ministro y los miembros de su gabinete.

Si no hay acuerdo entre fracciones parlamentarias, independientemente de que formación política haya sacado el mayor número de votos este domingo, el jefe de Estado puede disolver la Rada Suprema y convocar nuevas elecciones, según estipula la reforma del sistema político de Ucrania que se pactó para romper el círculo vicioso de la confrontación durante el conflicto post-electoral de finales de 2004.

Esta reforma, que busca recortar las facultades de la presidencia en favor de un primer ministro designado por mayoría parlamentaria, es parte del precio que tuvo que pagar el presidente Yushenko para que su antecesor, Leonid Kuchma, reconociera el triunfo del líder opositor sobre su fallido heredero, Viktor Yanukovich, el entonces primer ministro quien se había adjudicado la victoria mediante un fraude masivo.

Así las cosas y mientras se dan a conocer los primeros resultados oficiales con base en las actas del recuento en los colegios electorales, anuncio que se espera hacia las 10 de la mañana de este lunes, los sondeos a pie de urna empiezan a perfilar el siguiente panorama:

El ahora opositor Partido de las Regiones, de Viktor Yanukovich, habría quedado en primer lugar con 31 por ciento de los votos, resultado previsible al acaparar el tradicional sentido del voto en las regiones del este y del sur, cuya población se identifica con Rusia y es de religión ortodoxa.

Ello se traduciría en 176 escaños, número insuficiente para formar gobierno, a menos que Yanukovich lograra establecer un pacto -algo difícil de imaginar- con alguno de sus abiertos enemigos, Viktor Yushenko o Yulia Timoshenko.

En cambio, se antoja más fácil que estos dos antiguos socios dejen de lado sus diferencias y creen una renovada coalición naranja, ya que juntos tendrían 229 escaños, tres diputados más que la mayoría absoluta.

Si se confirma el segundo lugar que los exit poll otorgan al Bloque de Yulia Timoshenko, con 145 escaños, en detrimento de la oficialista Nuestra Rusia con 84 escaños, el presidente Yushenko tendrá que aceptar el retorno de la controvertida política al cargo de primera ministra.

Ambos rompieron su anterior alianza, en septiembre del año pasado, cuando Yushenko destituyó a Timoshenko a raíz del escándalo desencadenado por las denuncias de colaboradores cercanos de ella, en el sentido de que figuras clave del entorno presidencial estaban implicadas en casos de corrupción.

Ahora, la conveniencia política los vuelve a poner del mismo lado, salvo que Timoshenko no sepa moderar sus ambiciones de liderazgo y quiera pasarle una factura demasiado cara a Yushenko. En ese supuesto, no sería descabellado pensar que el presidente trataría de llegar a un entendimiento con Yanukovich.

Para la composición final de la Rada Suprema, habrá que ver todavía cuántos diputados suman los grupos minoritarios -el Partido Socialista, el Partido Comunista y tal vez algún otro- que finalmente logren rebasar el mínimo de 3 por ciento de los votos depositados, lo cual da derecho a participar en el reparto de los escaños.

Estas legislativas, en cualquier caso, suponen un revés para la autoridad de Yushenko como presidente, toda vez que Nuestra Ucrania, su partido, pudo quedar sólo en tercer lugar, con 9 por ciento menos votos que el Bloque de Yulia Timoshenko, la gran sorpresa como principal beneficiario del respaldo de las regiones occidentales de Ucrania, cuyos habitantes se identifican más con Europa y profesan el catolicismo.

 
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