Usted está aquí: lunes 27 de marzo de 2006 Deportes ¿LA FIESTA EN PAZ?

¿LA FIESTA EN PAZ?

Leonardo Páez

Carta a Chilolín

ESTIMADO JOSE ANTONIO González: Jamás en la historia de la Plaza México la afición taurina esperó con tanta expectación el advenimiento de un nuevo promotor. En los recientes 13 años múltiples factores y actitudes erróneas contribuyeron a que la fiesta de toros en la capital se deprimiera como nunca.

LOS POSITIVISTAS DEL espectáculo, esos que prefieren llevar la fiesta en paz a hacer señalamientos críticos sustentados y oportunos; los que confunden "amar a la fiesta" con el sometimiento de su sentir y su pensar; aquellos que reniegan de una tradición taurina para convertirse en voceros postrados; los globalizonzos que aplauden como focas la creciente dependencia taurina de México con respecto a España; los chambistas vestidos de torero y los criadores del torito de la ilusión para diestros que figuran, te dirán que todo está bien y que son dos o tres amargados los que cuestionan las decisiones de las cúpulas empresariales taurinas.

SIN EMBARGO, TU has sido matador de toros, tienes experiencia como empresario taurino sin más padrinos que tu trabajo y esfuerzo y eres un próspero empresario en otros campos, por lo que de sobra sabes que las inversiones se deben recuperar con utilidades a cambio de calidad en productos y servicios promovidos con profesionalismo, y que en México la fiesta de toros por ningún motivo puede seguir siendo mera terapia ocupacional de algunos.

LA GENTE NO sólo se ha salido de las plazas por la pobre oferta de espectáculo que se le hace -ni toros ni toreros ni rivalidad- sino que, como consecuencia de ello, la fiesta pierde posicionamiento en los medios de comunicación mientras deportes con pelotitas de diversa forma y tamaño ganan terreno. ¡Pelotas es lo que hace falta entre los taurinos de México, instalados hace años en una desidia vergonzosa y en una falta de imaginación inexcusable!

SE LO DIJE hace 15 años a Curro Leal, dos años después a Rafael Herrerías y con respeto te lo digo a ti ahora: "Puedes ser el mejor empresario que haya manejado la Plaza México o uno más entre los demás". ¿Por qué? Porque al igual que en el resto de las actividades del país, en la fiesta se ha hecho como que se hace sin que a la postre se logre nada, como no sea reducir la tradición taurina de México a Ponce, Hermoso y El Juli, y nuestra baraja de ases al Zotoluco y Rafael Ortega, más legiones de basura ganadera sin bravura ni trapío; sin emoción ni espectáculo, al menos sin la intensidad que provocan en el gran público los deportes con pelotas.

TU EMPRESA NO sólo deberá apostar "por los jóvenes", esa demagógica frase hecha, sino por todo torero que frente al toro no frente a su remedo, demuestre verdaderas ansias de triunfo, vengan de donde vengan esos toreros, sin exclusividades desmotivadoras, vetos ociosos ni amiguismos de barriada, sino con talento y sensibilidad para actuar con grandeza. Los públicos satisfechos vuelven; los que se aburren cambian de afición. Con el deseo de que tu experiencia se traduzca en el urgente repunte del espectáculo taurino en México, recibe mi enhorabuena y un saludo cordial.

 
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