El organismo llama a mejorar la eficiencia del gasto público en el ramo
Los programas de desarrollo rural no sacarán de la pobreza al sector: BM
Poco a poco se ha logrado un avance en el campo, afirma investigador del CIDE
Sagarpa se defiende: los recursos canalizados en este sexenio, seis veces mayores a los del anterior
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La disminución de la pobreza en el campo mexicano se ha dado, más que nada, por la migración, y no por los programas gubernamentales, dice el investigador John Scott Andretta. En la imagen, un campesino prepara la milpa para la siembra de chícharo, avena y trigo, en El Porvenir, estado de México
Foto: Jesús Quintanar
San Juan del Río, Qro., 25 de marzo. El Banco Mundial (BM) recomendó a México evaluar periódicamente sus programas de desarrollo rural, mejorar la eficiencia del gasto público en este ámbito, privilegiar el desarrollo de esquemas productivos, establecer una clara agenda de acción pública y profundizar la descentralización de las acciones, delegando recursos y libertad de acción en este aspecto a los estados.
En la jornada de clausura del seminario internacional Desarrollo rural y el sector agroalimentario: estrategias de futuro, José María Caballero, especialista sectorial para América Latina del BM, detalló que los programas sociales de transferencias de recursos "han cumplido su papel de manera muy lenta y, por tanto, no van a sacar a las áreas rurales de la situación de pobreza actual". Dijo que el camino es impulsar el desarrollo productivo mediante apoyos directos a las unidades productivas, brindar asistencia técnica y financiamiento rural para establecer acciones en ese sentido.
También insistió en que se debe fomentar el desarrollo de actividades rurales no agropecuarias, pero sobre todo "mejorar la eficiencia del gasto público rural, pues aunque es alto -el Programa Especial Concurrente contempla la aplicación de alrededor de 146 mil millones de pesos para el sector rural- no está manejado de manera adecuada"
En este sentido, destacó la urgencia de "corregir" ciertos vicios, como la multiplicidad, la segmentación, la superposición de programas, los problemas de diseño, la falta de seguimiento y evaluación y la inadecuada focalización, e hizo hincapié en que tiene que darse una "devolución efectiva de la agenda de desarrollo rural a los gobiernos estatales", tanto en lo que se refiere a recursos como en el diseño de esquemas, y promocionar el "enfoque territorial de desarrollo rural". Esto es, que las propuestas y planes que se apliquen tengan realmente como base las necesidades de la población a las cuales se dirigen.
John Scott Andretta, economista e investigador del Centro de Investigación y Docencia Económicas, coincidió en que, para tener un desarrollo rural efectivo, el gobierno debe privilegiar el establecimiento de esquemas productivos por sobre los apoyos monetarios, ya que esto permite a los campesinos escapar de la pobreza, y precisó que, pese a que las transferencias han sido un elemento importante en el abatimiento de la pobreza, "no resultan el elemento principal que explique la caída de ésta en el ámbito rural, sino las remuneraciones al trabajo".
Respecto a la pobreza en al agro, la cual según la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) decreció 10 por ciento durante los años recientes, el también integrante del Comité de Medición de la Pobreza sostuvo que, pese a que su abatimiento ha resultado ''muy positivo y sorprendente'', muy poco se ha logrado para sacar de esta situación a ''los más pobres entre los más pobres", y ese -dijo- será "el pendiente" que en este tema se heredará a la siguiente administración.
Para el especialista, la disminución de la pobreza en el campo se explica también por la migración que éste ha experimentado, situación que no se ha tomado en cuenta por muchos estudiosos.
Abundó que muchos países "se han desarrollado reduciendo la pobreza en el sector rural", por lo que los esfuerzos deben dirigirse en esos términos.
Francisco López Tostado, subsecretario de Agricultura de la Sagarpa, aseguró que entre 2001 y 2006 el gobierno y los estados canalizaron 3 mil 200 millones de pesos a la operación directa de proyectos vinculados al desarrollo tecnológico en el campo, y aunque admitió que "no son suficientes", resaltó que "son seis veces mayores a lo aplicado en la administración anterior".