Usted está aquí: domingo 26 de marzo de 2006 Opinión Historias de familia

Carlos Bonfil

Historias de familia

Conozca a Bernard Beckman (Jeff Daniels), escritor incomprendido, miembro venido a menos de una generación de novelistas radicados en el Brooklyn de Paul Auster, quien de la noche a la mañana, como en algún relato del autor de El libro de las ilusiones, ve desmoronarse su vida conyugal sin saber en qué pudo fallar el arreglo doméstico que combinaba placer intelectual, fidelidad virtual y educación liberal de sus dos hijos. Su esposa Joan (Laura Linney, estupenda) ha elegido procurarse un amante, luego dos, luego tres, primero con discreción, luego con el afán de quien elabora un inventario erótico, todo ante la mirada escandalizada de su hijo mayor, Walter (Jesse Eisenberg, intelectual nerd casi autista), y la perplejidad de Bernard, incapaz de enmendar lo irreparable, emigrando a un departamento de soltero, sumido en una bohemia inesperada y triste, frustrado, casi desecho. Mientras tanto, Frank (Owen Kline, el hijo de 12 años) contempla este derrumbe familiar con desenfado, masturbándose de modo compulsivo, pegoteando los libros de la biblioteca escolar, ensayando la impertinencia frente a la madre ("Eres fea"), muy a sus anchas, en el hogar a la deriva.

Historias de familia (The squid and the whale), cuarto largometraje de Noah Baumbach, fue una de las mejores sorpresas en la Muestra Internacional de Cine, en otoño, el año pasado, y llega hoy a la cartelera para un pase posiblemente fugaz que habrá que aprovechar de inmediato.

Con elementos de sátira social, en el estilo de Todd Solondz (Felicidad), la comedia de Baumbach elige al final de cuentas un tono melancólico. Walter se identifica con el padre en el juego de la simulación intelectual (cosecha éxitos escolares presentando como suya una composición de Pink Floyd) y en el papel de víctima de la incomprensible liviandad materna. El hogar, donde pulcramente se discuten en la mesa las virtudes artísticas de Charles Dickens, se vuelve de un día para otro un espacio hostil de incomunicación y recelo. El triunfo literario de la madre es rúbrica del estrepitoso colapso intelectual del marido, y los hermanos, antes inseparables, se refugian en rituales de gratificación onanista. No abundan en Historias de familia las tramas secundarias, el relato es escueto, tal vez demasiado parco, con una metáfora (en el título original) que muestra, de modo un tanto obvio, la lucha entre un calamar gigante y una ballena, imagen de ese forcejeo de vanidades domésticas, disolvente de la familia. Los diálogos son, sin embargo, divertidos, sobre todo en la primera parte, sátira de las buenas costumbres de una elite intelectual neoyorkina en los años 80. Walter, el cachorro aprendiz de la simulación libresca; su padre, incubando el rencor ante el talento de la esposa para promoverse en revistas y editoriales; Joan, diestra en su manejo de las opciones sexuales, y Frank, como púber que marca con su procacidad los momentos más divertidos de la cinta. Hay apariciones interesantes de Ivan (William Baldwin como instructor de tenis de Frank y amante de su madre) y de una espigada Anna Paquin (El piano, Jane Campion), alumna de Bernard, interesada sobre todo en Walter, su hijo. En esta comedia de entrecruces afectivos y lealtades continuamente a prueba, figura, como gag humorístico, la mascota felina que pasa de casa en casa, como en comedia francesa de Klapisch. Con un final abierto y múltiples vertientes interpretativas, Historias de familia es crónica de un derrumbe doméstico y de la restructuración sentimental de cada uno de sus miembros, retrato también de un barrio entrañable, Brooklyn, y muestra elocuente de un cine independiente que, jugando con los géneros, rompe con las rutinas de la comedia sentimental, refrendando plano por plano el ejercicio de la ironía.

Historias de familia se exhibe en Cinépolis Diana, Plaza Satélite, Interlomas, Perisur y Plaza Universidad.

[email protected]

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.