Usted está aquí: domingo 26 de marzo de 2006 Cultura Preparan remodelación del Puente de Carlos, en Praga

Rechazan cerrarlo totalmente por su atractivo turístico

Preparan remodelación del Puente de Carlos, en Praga

DPA

Praga, 25 de marzo. En el Puente de Carlos en Praga, con su impactante galería de estatuas, titiriteros checos, caricaturistas rusos y guitarristas estadunidenses se disputan estos días la atención de los paseantes.

Esta conexión entre el casco antiguo y el castillo real es considerado el emblema turístico de la ciudad y una de las atracciones más visitadas de la República Checa.

Pero el idilio de estos días primaverales engaña: un grupo de expertos detectó serios daños en la construcción de casi 650 años de antigüedad, y, por lo tanto, ya en julio deben comenzar las obras de renovación, claro que teniendo en cuenta a los visitantes extranjeros.

"Para que los turistas y los habitantes de Praga puedan disfrutar también el próximo milenio de este monumento único, hace falta una renovación básica", destacó el rector de la Escuela Técnica Superior de Praga (CVUT), Jiri Witzany, después de que el concejo municipal decidiera hace pocos días iniciar las obras.

Ya en 1995, el Instituto elaboró una amplia lista de daños: El agua del Mondava fue socavando los cimientos góticos, y la sal de deshielo y los cambios de temperatura agrietaron la piedra. La renovación costará unos 8.8 millones de euros (unos 10,. millones de dólares), estima Witzany.

Pero, ¿cómo se sanea una construcción de 520 metros de largo del año 1357? "Sólo cerrándola totalmente", reclamaron los arquitectos, y se toparon de frente con el lobby del turismo checo.

"Eso sería un suicidio turístico", opinó Jaroslav Petrlik, de la oficina de turismo. Para muchos visitantes un paseo por el puente así como la vista panorámica desde el castillo y el casco antiguo son escalas imprescindibles de su visita.

Por lo tanto, se llegó a un compromiso: durante las obras de al menos de dos años de duración, sobre el puente de 10 metros de ancho se guardará un corredor de cuatro metros para los turistas.

Los viajeros no se encontrarán por lo tanto con una atracción cerrada, pero sí con otros inconvenientes, admiten desde el ayuntamiento: "Para los ladrones, un corredor tan estrecho es un gran atractivo. Además, debemos tener cuidado de que la gente no se caiga en las fosas".

 
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