Usted está aquí: domingo 19 de marzo de 2006 Cultura Explora Martín Caparrós la construcción de la personalidad en la novela Valfierno

La trama está basada en el autor del robo de La Gioconda; "un argentino que se inventó"

Explora Martín Caparrós la construcción de la personalidad en la novela Valfierno

El autor deplora que relacionen su trabajo con El código Da Vinci, "trato de hacer algo más serio"

ARTURO JIMENEZ

El prolífico escritor y periodista argentino Martín Caparrós estuvo en México para promover su reciente novela, Valfierno, cuya anécdota parte de un hecho real de 1911, el "robo perfecto" de La Gioconda, de Leonardo da Vinci, del museo del Louvre.

Pero en esta novela, Premio Planeta 2004, Caparrós intenta trasponer lo anecdótico para centrarse en la historia del protagonista, llamado Valfierno, y reinventarla en la ficción a fin de explorar, a la vez, asuntos humanos como el de la construcción de la propia identidad, pues el personaje, de origen humilde, se reconstruye como noble.

Por principio de cuentas, a Caparrós le incomoda un tanto que, de algún modo, se relacione a su novela Valfierno con best sellers como El código Da Vinci, en los que elementos como la profundidad de los personajes o la estructura no son la preocupación fundamental.

"Me parece bien que hagan esas cosas, están en su derecho. Pero lo que me sorprende es que, sólo porque el objeto se parece, pongan en la misma bolsa un texto que tiene ciertas pretensiones estéticas con otro que lo único que intenta es entretenerte durante dos o tres horas."

Y busca una explicación: "Esa confusión tiene que ver en nuestros países latinoamericanos con que los mercados de libros son relativamente chicos. En naciones en las que los mercados son más amplios, existe una separación bastante más clara entre los best sellers y lo que trata de ser ficción un poco más en serio".

Recuerda además que escribió Valfierno mucho antes de que apareciera El código Da Vinci. "Cuando éste apareció estuve a punto de no publicar mi novela porque detestaba la idea de que pudiera hacerse alguna relación".

Una historia demasiado perfecta

Caparrós cuenta cómo fue surgiendo Valfierno, protagonista y artífice de ese famoso robo, un personaje argentino de origen humilde empeñado en escalar posiciones socioeconómicas y en inventarse un linaje.

"Valfierno se me había cruzado varias veces en esos libros que venden en las librerías de segunda mano: las mejores estafas de la historia, los grandes robos del siglo XX, que me divierten mucho. Siempre había querido escribir esa historia, pero nunca la contaba porque era demasiada perfecta. ¿Para qué iba yo a meterme con ella?

"Hasta que un día pensé que le podía agregar dos cosas: una estructura que no fuera la papilla alineada a la que estamos acostumbrados últimamente. E inventar a Valfierno, pues en la realidad fue alguien del que sólo aparecen dos líneas. Así que fue una persona sin cara ni edad ni nada la que armó esa estafa con copias de La Gioconda."

Considera que su personaje no tiene mucho que ver con él, "salvo el hecho de que yo también me falsifico todo el tiempo, como lo hacemos todos. Me invento como personaje todas las mañanas, cuando pienso qué camisa me voy a poner o qué voy a hacer durante el día.

"Y me inventé seguramente como personaje alguna vez, cuando dije que iba a ser periodista, o cuando dije que iba a ser escritor o cuando decidí vivir en un país o en otro. Son las cosas que uno hace y con las que va conformando un personaje. Todo eso, Valfierno lo hace de manera desmesurada."

Reinventarse a sí mismo

-Valfierno emprende un proceso profundo de la construcción de sí mismo, que es uno de los atractivos para un lector atento, más allá de la anécdota sorprendente de la novela.

-Y es algo que además, en distintos grados, les pasó a todos los argentinos entre 1880-1920, más que a otros latinoamericanos. Había millones de personas que llegaban desde muchos lugares del mundo: españoles, italianos, turcos, alemanes, rusos, y que decidían convertirse en argentinos, o sea, falsificarse como argentinos, para lo cual tenían que adoptar un idioma, unas costumbres, una comida y una sociedad diferentes. Los argentinos somos producto de esa falsificación.

Ese es el contexto que rodea la circunstancia del protagonista de Caparrós, quien de un origen proletario se inventa la identidad de un marqués. "Es otra idea muy migratoria: llegar a un lugar distinto, nuevo, para poder no tener realmente las rémoras del origen. Romper con el origen y crearse, supuestamente, de la nada. Es la fantasía del migrante.

"Supongo que los mexicanos que migran a Estados Unidos tienen de alguna forma también esa fantasía: vamos a un lugar donde no somos nadie en principio, donde no tenemos a la familia, una tradición, un lugar de pertenencia, y vamos a empezar todo de nuevo, desde cero."

-En la novela arrancas en una parte del final de la historia y luego haces un recuento en el que se intercalan pasado y presente.

-Me importa mucho trabajar las estructuras y veo con sorpresa que hay gran cantidad de escritores que renuncian a cualquier trabajo sobre la estructura y como que adoptan el recorrido más obvio, de la A a la Z. Una especie de amabilidad con los lectores que más bien es una suerte de desprecio por ellos. Esto equivaldría a pensar que los lectores sólo son capaces de entender las cosas que se le dicen con el orden más primario posible.

-Una buena estructura es además parte del gozo literario del lector.

-¡Claro! A mí me gusta como lector poder participar en el rearmado de un relato que se me entrega con ciertas interrogantes. En la novela Valfierno hay mezclas de tiempos, de puntos de vista que no siempre están explicitados. Nada nuevo, pero es algo que ha dejado de hacerse mucho en los últimos años.

 
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