Usted está aquí: jueves 16 de marzo de 2006 Política Fascinación por la silla

Fascinación por la silla

Nautla, Ver., 15 de marzo. De manera inopinada, pues el lugar elegido para la entrega fue la estación gasificadora El Raudal, el alcalde de Coscomatepec, Ignacio Alvarez Vargas, entregó al presidente Vicente Fox una elegante silla de montar. Un detallado trabajo de peletería grabada y plata aplicada con profusión.

Aficionado jinete, el mandatario la observó a placer y elogió el trabajo realizado en aquella población de la región de Córdoba. Al parecer, se trata de la reposición de otro regalo similar elaborado por las mismas manos veracruzanas, pero que no se ajustó a la talla del mandatario. Por ello, tal vez, el alcalde Alvarez decía presto: ''Si requiere otra más grande, inmediatamente se la hacemos, señor Presidente''.

Fox no dejaba de admirar la silla de montar. ''¡Qué bonitas las están haciendo!, ¿verdad?'', comentaba con el director de Pemex, Luis Ramírez Corzo, y con el gobernador Fidel Herrera.

''No están cargadas'', añadía en referencia a los grabados de la montura, donde se plasmaron, además de los escudos de la República y del estado de Veracruz, los nombres del propio mandatario y del gobernador.

-¿La llevará al rancho?

-Sí. La reportaremos al IFAI.

-¿Está en el límite de los salarios mínimos que puede recibir como obsequios?

Fox volteó hacia su interrogador. Dos veces puso su dedo en la boca en señal de ''¡chitón!'', y de inmediato intervino Herrera Beltrán para decir que sí se cumplía tal condición, pues se trataba de un trabajo ''artesanal''.

-Pero tiene mucha plata -insistió el periodista.

Fox intervino entonces: ''Hay cosas que no tienen precio; no se les pone precio'', y siguió su camino hacia el helicóptero que lo llevaría de regreso a la ciudad de México.

Expedido el 20 de enero de 1984, el acuerdo por el que se establece el procedimiento para la recepción y disposición de los obsequios, donativos o beneficios en general que reciban los servidores públicos, señala en su artículo primero que cuando algún obsequio supere diez veces el salario mínimo diario vigente en el Distrito Federal, éste deberá entregarse a la Secretaría de la Contraloría, hoy Secretaría de la Función Pública, en un plazo no mayor de cinco días a la fecha en que se reciba.

Hoy, el salario mínimo es de 46.80 pesos al día en el Distrito Federal; 22 años después, ese acuerdo sigue vigente.

 
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