Usted está aquí: miércoles 15 de marzo de 2006 Cultura ''Pinto flores, pero resulta que son palabras'', dice Edward Ruscha

Mañana inaugurarán su muestra La mirada distanciada en el museo Tamayo

''Pinto flores, pero resulta que son palabras'', dice Edward Ruscha

El pop art viene de la cultura popular, así que me encontré como parte de eso, expresa

MERRY MACMASTERS

Mientras algunos artistas se sienten motivados para pintar una rosa, Edward Ruscha (Omaha, Nebraska, 1937) siente necesidad de plasmar en la tela una palabra e inclusive frases.

Amnesia eterna; perros milenarios ladrando/ perros modernos ladrando, asesinato; pecado; lobos, explosiones, enfermedades, venenos y casa son algunas de las expresiones que pueblan los óleos y acrílicos integrantes de la exposición Edward Ruscha: la mirada distanciada, que mañana a las 19:30 horas será inaugurada en el museo Tamayo (Reforma y Gandhi, bosque de Chapultepec), con apoyo de la Colección Jumex.

Ruscha trata de explicar por qué pinta así: ''Tal vez se deba a que estudié con un impresor en California -vive en Los Angeles desde 1956-, donde aprendí cómo ordenar los linotipos. Allí empecé a observar las palabras cuando estaban al revés para el impresor; eso siempre me llamó la atención.

''Comencé a ver las palabras como si tuvieran vida propia y cada una su lugar particular. También advertí que deseaba hacer un cuadro de una palabra y, al crearlo, en realidad lo labraba en piedra y al final lo ponía a descansar. Eso es lo que hago cuando pinto, pongo a descansar a las pequeñas ideas."

La palabra brinca como una rana

-¿Cómo escoge las palabras que emplea?

-A veces se me acercan. Por ejemplo, tal vez escuche algo en la radio, veo algo, o pienso en algo, o leo algo, y la palabra me brinca como una rana. Es cuando me doy cuenta de que tiene posibilidades, casi como cuando alguien ve una rosa y dice: tengo que hacer una imagen de eso. En realidad pinto flores, pero resulta que son palabras.

-¿Las palabras encierran mensajes?

-Realmente no trato de comunicar ningún mensaje. Para mí la mayoría de los artistas sienten que deben rendir cuentas ante su persona y lo que salga de eso es el producto. No tiene ningún valor instructivo para los demás. Uno no aprende a vivir su vida de manera diferente al ver un cuadro, aunque la experiencia total del arte sí le va a afectar.

Cuando Ruscha se fue a vivir a Los Angeles no se consideraba parte del mundo del arte. Inclusive llegó a desarrollar una relación de amor/odio con la ciudad, porque se sentía frustrado.

''Quería irme de allí. Aún voy a un lugar en el desierto donde no hay casas ni nada, para aliviarme de la ciudad". Hoy día la situación ha cambiado.

En los albores de su carrera artística, Ruscha fue vinculado con Andy Warhol y Roy Lichtenstein. Al respecto, explica:

''Surgió el movimiento del pop art. Para mí eso viene de la palabra cultura popular, así que me encontré como parte de ello, ya que solía imitar o estaba influenciado por los elementos de las revistas, la radio, el cine y no tanto de la televisión".

De acuerdo con Dave Hickey, curador de la muestra, Ruscha empezó a pintar el cuadro titulado Pecado, como pieza central de la exposición, luego lo vendió al actor Keanu Reeves, quien ''probablemente debería tenerlo".

 
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