El Encuentro Creadoras de Sueños y Realidades fue clausurado en Chiapa de Corzo
Comienza a surgir un movimiento de videastas indígenas en México
Tuxtla Gutierrez, Chis., 14 de marzo. Pese a algunas carencias de recursos narrativos, tecnológicos y presupuestales, comienza a surgir en México lo que podría considerarse un movimiento de videastas indígenas. El objetivo esencial: dejar de ser vistos sólo por la perspectiva mestiza y comenzar a mirarse y a explicarse a sí mismos.
Y de lo anterior son parte un todavía pequeño grupo de mujeres que, desde las yaquis de Sonora hasta las mayas de Yucatán, pasando por las nahuas del sur profundo de la ciudad de México, presentaron aquí varios trabajos durante el quinto Encuentro de Creadoras de Sueños y Realidades. Mujeres Indígenas en el Arte.
Por otro lado, mientras en Tuxtla Gutiérrez, en el auditorio del Centro Cultural de Chiapas Jaime Sabines, el Grupo Fomma presentaba la obra de teatro Viva la vida, en Chiapa de Corzo, en uno de los patios internos del ex convento de Santo Domingo, el poeta Oscar Oliva y el alcalde José Francisco Molina clausuraban las jornadas.
''Este encuentro confirma lo que muchos quieren ignorar: que la rica diversidad cultural de México y de América Latina está en sus mujeres creadoras", dijo Oliva, presidente del Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Chiapas, (Coneculta), y agregó que ello destaca aún más porque en su mayoría se trata de mujeres desempleadas, explotadas y discriminadas, inclusive en sus propias comunidades.
Pero fue en el auditorio Sabines que una de las jornadas estuvo dedicada a las videoastas. Ahí pudieron verse trabajos como el de Esperanza Molina, mujer yaqui excepcional que ha realizado videos de la danza del venado, pero que esta vez llevó un videoclip del grupo de rock seri Hamaac Kaziim, titulado Mujer.
Por la pantalla pasaron escenas paradisiacas de la comunidad de Punta Chueca, donde se junta el mar con el desierto, en una historia fantástica y de amor en la que los personajes, chavos y chavas seris, surgían del mar o se sumergían en él para siempre.
Noelia Cañedo, nahua de Milpa Alta y con videos anteriores sobre el temazcal o el pulque, trajo ahora un trabajo de corte nostálgico: Las tlacualeras, mujeres de función extinta que daban de comer a los jornaleros. O como dijo a cuadro una señora: ''Ya no hay magueyes, ya no hay pulque. Todo se ha perdido".
Cierran centro de video indígena
Otros trabajos fueron el de Antonia Caamal, maya de Yucatán, que documentó las todavía existentes ceremonias comunitarias de agradecimiento por la llegada de las lluvias. O el de María Gertrudis Zazueta, mayo de Sonora que reflejó la variada producción artesanal del pueblo de Masiaca.
Son videos, coincidieron las creadoras, que muchas veces se hacen sin apoyos oficiales e inclusive a contracorriente de las autoridades tradicionales, a cargo de varones. Son videos culturales, no comerciales, aclaró Esperanza Molina, y agregó contundente:
''Con ellos atrapamos el alma, que se queda ahí, viva para siempre". Y pese a ello, recordó un hecho más que lamentable: el reciente cierre oficial del Centro de Video Indígena, en Sonora.
En las últimas jornadas del encuentro, destacó que, ante la evidente poca asistencia del público a las diversas actividades en Tuxtla Gutiérrez y Chiapa de Corzo, varias participantes advirtieron sobre el riesgo de que este foro se convierta en una reunión sólo entre ellas.
Cabe destacar entonces que si la escasa asistencia de público se dio a pesar de la difusión del Coneculta en medios locales y nacionales, quizá habría que abandonar los espacios cerrados y regresar de nuevo a las plazas públicas, como en la ciudad de Chihuahua, en 2004, en cuyo zócalo las creadoras pudieron seducir a una ciudadanía mestiza indiferente a lo indígena y cautiva de los prejuicios.