Usted está aquí: martes 14 de marzo de 2006 Cultura Aceves Navarro recupera en su memoria a Juárez, lejos de la iconografía oficial

El 22 de marzo inaugurará una muestra alusiva en el Castillo de Chapultepec

Aceves Navarro recupera en su memoria a Juárez, lejos de la iconografía oficial

''Me gusta ese hombre que se acababa un par chinelas en un baile''

La exposición incluye pintura al acrílico, dibujo y una alfombra a manera de grafiti, entre otras obras

MERRY MACMASTERS

Ampliar la imagen El maestro Gilberto Aceves Navarro en su taller, donde creó las obras que presentará en el Museo Nacional de Historia Foto: Yazmín Ortega Cortés

Más allá de la iconografía oficial, la imagen que el artista Gilberto Aceves Navarro guarda de Benito Juárez se asocia con diferentes momentos de su vida.

Ahora el pintor recupera su memoria del ilustre oaxaqueño para retratar a ''un señor que conozco muy bien, que saludo todos los días y que vive frente de mi casa", para conformar Mi Juárez de todos los días, exposición de pintura al acrílico, dibujo y una alfombra como si fuera un grafiti, entre otras sorpresas, que será inaugurada el miércoles 22 de marzo a las 19:30 horas en el Museo Nacional de Historia del Castillo de Chapultepec.

La primera vez que Aceves Navarro pintó al Benemérito de las Américas fue en la primaria: ''Aprendí mucho de él, fue una figura que me encantó".

La siguiente fue como joven pintor: ''Al regresar a La Esmeralda, después de trabajar con Siqueiros, mis prácticas de mural incluyeron un retrato de Juárez, del cual conservo el dibujo. Es de 1953, dentro del estilo de la Escuela Mexicana de Pintura, y lo voy a exponer".

Con el paso del tiempo la imagen de Juárez reaparece en forma espontánea y, por tanto, esas aproximaciones siempre tuvieron el carácter de algo muy suyo. Si por allí ya se dijo que Aceves Navarro sólo aprovecha el bicentenario del nacimiento de Juárez para convertirlo en un ''acto comercial", estos comentarios le provocan una carcajada más grande que la habitual.

Hace año y medio cuando el entrevistado se comprometió con Luciano Cedillo para hacer la exposición, éste todavía era director del Museo Nacional de Historia. Cuando Cedillo le preguntó qué iba a hacer, a Aceves Navarro se le ocurrió que ''debió ser Benito Juárez.

''Empecé a dibujar y pensar ya en serio cuando Luciano Cedillo me lo recordó a principios de año. ¿Para cuándo quieres la exposición? Naturalmente que para el aniversario. ¿Aniversario de quién? Es el segundo centenario del nacimiento de Benito Juárez. No tenía la menor idea.

''Me espanté mucho y dije: esto se puede convertir en algo oficial y no quiero; además el propósito de esta exposición es que estudie al personaje según la imagen de él que conservo desde niño. Este es un juego plástico, estético, que me traigo sólo conmigo mismo; nada tienen de celebración oficial ni oficiosa."

Ejercicio de libertad

En esta recuperación de la memoria, en la cual Aceves Navarro retrata a ese señor que vive frente de su casa, atribuye la diversidad en los retratos -ya suman 85- a que ''a veces sale de buen humor, otras de mal humor, o soy yo el que sale de malas y lo veo con otra cara".

Bueno, la serie de ''ese personaje que no es personaje", a quien ha quitado las atribuciones que se le han dado históricamente, así como su biografía, se divide en cinco episodios. La primera gira en torno a la formación de ''la patria niña en el regazo de Benito Juárez". Explica: ''La patria niña, sentadita o paradita, entre sus piernas, y desnuda. ¿Por qué? Porque fue uno de los grandes formadores de la patria mexicana. A lo mejor es un poco irrespetuoso, pero plásticamente es muy interesante". Es un ejercicio en azul y rojo.

Sigue una variedad de pequeños retratos. Luego el nacimiento del ilustre oaxaqueño, siempre adulto, de una figurota zapoteca. El cuarto espisodio tiene que ver con ''los fusilamientos de Maximiliano" que le da la posibilidad de jugar con un cuadro de Manet llamado precisamente así, que el pintor francés usó como arma política contra Napoleón III. La última parte consiste en un autorretrato de Aceves Navarro con Juárez haciendo ''algo".

Entrevistado en su estudio, antes de entregar la obra al museo, el artista reconoce que el tiempo se le vino encima: ''Tenía la intención de hacer algunas esculturas y aún me falta una serie de dibujos alusivos a la despedida de mamá Carlota".

-¿Hasta qué punto es válido meterse con un personaje oficial?

-Este es un ejercicio de libertad, de tratamiento de una persona que cree que México ha cambiado muchísimo. No precisamente por las cosas oficiales, sino porque las personas han modificado sus criterios y formas de verse a sí mismas.

''Si comparas a individuos de mi juventud y niñez con las actuales, no hay mucho que ver. La idea de la patria era otra. Nuestro amor por las tradiciones y el país era diferente, muy nacionalista. Y sigo pensando que este nacionalismo no es malo.''

-Finalmente, ¿quién es este Juárez de Gilberto Aceves Navarro?

-Este no es el personaje heroico, más bien es el hombre consciente de su papel y con una capacidad de llevarlo a cabo. Es un hombre que no deja de serlo, que le escribe cartas amorosas a su mujer y sus hijos, que lamenta y llora la muerte de éstos. Es un ser humano muy completo. Este es el Juárez que me gusta, el que se acababa un par de chinelas en un baile, porque le gustaba bailar mucho. Es un hombre que hubiera sido un buen ciudadano si no hubiera tenido este papel.

 
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