Usted está aquí: jueves 9 de marzo de 2006 Ciencias Una de cada tres mujeres de 60 años sufre osteoporosis por la menopausia: Kaufer

El insomnio, síntoma de esa etapa, con efectos en la vida cotidiana y laborales

Una de cada tres mujeres de 60 años sufre osteoporosis por la menopausia: Kaufer

KYRA NUÑEZ/ II Y ULTIMA CORRESPONSAL

Ginebra, 8 de marzo. Son más de 190 los gobiernos miembros de la Organización Mundial de la Salud y, sin embargo, hasta ahora no hay petición expresa de alguno para investigar la problemática de la menopausia -a pesar de los costos de salud física y mental, económicos y sociedades- ni presiones para que los laboratorios farmacéuticos encuentren las terapias de remplazo hormonal (TRH) que permitan una mejor calidad de vida de las mujeres a partir de los 50 años de edad.

El doctor Paul van Look, director del departamento de salud e investigación reproductiva de la OMS, reconoce que las políticas globales son recomendadas y definidas de acuerdo con los intereses de las regiones; algunas oficinas nacionales (en Escocia, Holanda, Gran Bretaña, Dinamarca, los países escandinavos y Estados Unidos) tienen algunas estrategias individuales, pero tienen mayor peso la lucha contra el sida, el paludismo y la tuberculosis, entre otras.

Esencialmente el interés del sector salud se centra en las enfermedades globales y, desafortunadamente, la menopausia entra en el concepto (dicen que no provoca incapacidades físicas o mentales, mortandad). En la OMS se ve como parte del envejecimiento y el ciclo de vida, dice Van Look. La excusa es que ningún país miembro de la organización lo pide y faltan recursos humanos y financieros para destinarlos a la investigación correspondiente.

Uno de los más graves problemas relacionados con la menopausia es la osteoporosis, que toca esencialmente a las mujeres durante y después de la menopausia, mientras para los hombres es una enfermedad rara; una de cada tres mujeres de 60 años sufre de esta enfermedad, causada por las modificaciones hormonales que surgen alrededor de los 31 años, cuando se pierde masa ósea a razón de 0.5 por ciento anual, sobre todo las personas de constitución delgada y huesos pequeños, deficientes en estrógenos, con historia familiar de osteoporosis y fracturas y que no hacen ejercicio, señala Martha Kaufer Horwitz, de la Fundación Mexicana para la Salud.

Los médicos en general no piden el examen de masa ósea ni un ultrasonido ni exámenes biológicos sanguíneos o urinarios, por lo regular. Además, son escasos los tratamientos eficaces que contengan estrógenos químicos y pocas las mujeres que protegen sus huesos. En México, por ejemplo, se registran más de 36 mil fracturas de cadera por osteoporosis, que cuestan al sector salud 8 mil millones de pesos.

Es esencial revisar la osteoporosis en relación con la menopausia, pues el envejecimiento poblacional es un hecho y la esperanza de vida es 10 años más larga en las mujeres que en los hombres.

Menopausia

"Más de una década duró mi insomnio. Cambió por completo mi vida. Padecí fatiga mental, pereza física, falta de concentración y memoria. Pero ni el médico general ni el ginecólogo confirmaron mi duda de que el origen era hormonal. La desesperación y depresión llegaron hasta el extremo de pensar en poner fin a todo... hasta que consulté a un terapeuta chino. Después de una docena de sesiones recuperé el sueño", cuenta Katia, una de las 63 mujeres entrevistadas para esta nota.

Más de 50 por ciento de accidentes en el trabajo y 45 por ciento de los automovilísticos tienen como origen la somnolencia (como la crisis de Chernobil).

Las mujeres sufren de problemas de sueño o insomnio a partir de los 40; sin embargo, cuando menos en Europa, los médicos o los folletos que hablan sobre la "enfermedad del siglo" no hacen alusión a su relación con la menopausia. (Le sommeil: les réponses aux questions que vous vous posez.)

En la Estrategia de Salud Reproductiva y Sexual de la OMS (adoptada por la 57 Asamblea Mundial de la Salud) climaterio y menopausia son invisibles; la infertilidad tampoco es una enfermedad, pero tiene prioridad.

Derecho a una vida sexual saludable

Es más, de acuerdo con la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo (1994) todo mundo tiene derecho a una vida sexual saludable, lo cual debería traducirse en servicios de salud sexual apropiados y no solamente relacionados con la vida sexual activa en época de fertilidad (abstinencia, condón, píldoras anticonceptivas), sino también en menopausia (afrodisiacos, cremas o gel vaginales, etcétera).

Urgen "recursos financieros para establecer un departamento de salud especializado en menopausia, pero también voluntad política para realizar un programa de salud global", dicen expertos.

Sobre el riesgo de las TRH, el doctor Van Look insiste: "Hay una brecha informativa que debe cubrirse; ver el riesgo con base en el aumento del número de personas que contraen cáncer de mama, hígado o cuello de útero bajo terapia y contraponerlo con el alivio de los síntomas, incluyendo osteoporosis o artritis".

Concluye: "Es un tema complejo, controvertido entre beneficios y riesgos, muy difícil de balancear; no es exclusivo de los gobiernos, sino también de mujeres, por lo que deben estar bien informadas para asumir la responsabilidad de su decisión, sabiendo de antemano que si optan por una TRH están optando por riesgos".

Esta postura causa confusión. Según una funcionaria de la OMS para Europa, algunos países (Moldovia, Holanda, Georgia y otros) han solicitado una guía de uso de TRH para aclarar las contradindicaciones, pero hasta ahora no ha sido posible obtener fondos para un estudio al respecto.

Van Look admite: "Sería interesante investigar la apreciación de la menopausia y la extensión de sus problemas con datos comparativos por nacionalidad y región (como el estudio sobre violencia contra la mujer), para hacer el cuadro completo de los síntomas y la manera en que las mujeres de diversas sociedades enfrentan esta fase".

Los laboratorios productores de hormonas de síntesis han resentido directamente la reacción en cadena de las mujeres que suspendieron las TRH al conocer los resultados de la investigación de la AIRC y The Lancet; sin embargo, no hay ensayos clínicos en preparación ni a futuro sobre nuevas formas de terapias químicas.

Costo económico por rechazo a TRH

El doctor Phil Rush, director global de mercadotecnia (productos maduros) de Novartis, explicó que el laboratorio tuvo una caída de 40 por ciento de sus ventas en 2003, porque el riesgo de cáncer "provocó una importante reducción en el uso de las TRH por años y cambió fundamentalmente la dinámica del mercado de productos de ese tipo de terapias".

En los tres últimos años Novartis ha registrado una "significante erosión de las ventas", al grado de que en 2004 representó apenas el 1.39 por ciento de las ventas totales de la farmacéutica; en Estados Unidos son las pacientes que tienen síntomas tan incontrolables o intolerables o con casos severos de menopausia que optan por la TRH a pesar del riesgo relativo de cáncer; no tienen alternativa. En Europa hay una reducción anual de 5 a 10 por ciento de la demanda de TRH a pesar de las dosis bajas y de la nueva presentación del paquete.

En entrevista con La Jornada, el doctor Rush dice: "Desde la perspectiva farmacéutica, todo medicamento tiene efectos secundarios y la paciente debe estar bien informada para que pueda tomar una decisión racional".

No hay investigación sobre nuevas terapias, pero tampoco un código de conducta. La Asociación Estadunidense sobre Menopausia y su equivalente europea han tratado de establecer uno, pero es un gran conflicto: hay decenas de contradicciones y al final no sabemos cuál es la mejor práctica médica para tratar la menopausia. También existe un conflicto de intereses, que aparece sobre todo en Estados Unidos.

Además, es difícil llevar una prueba clínica efectiva; hacen falta voluntarias para un proceso que puede tomar hasta 10 años, aunque a veces comienzan, no terminan por miedo a resultar con cáncer; son pruebas caras, de entre 100 y 200 millones de dólares.

Obviamente Novartis no aconseja las terapias naturales, pues considera que los efectos secundarios podrían representar mayores problemas.

Parte de la vida laboral

Por otro lado, la Organización Internacional del Trabajo tampoco se ha interesado por la menopausia y "debería, porque las mujeres también formamos parte de la fuerza laboral formal e informal", dice una de las 63 entrevistadas para esta nota. "La lista de actividades relacionadas con las trabajadoras se encuentra en nuestra página web; hacemos lo que las partes tripartitas (gobiernos, empleadores, trabajadores) nos piden y no hay nada relacionado con el tema", dijo una de las responsables de la división de género.

Tampoco prevé protección especial para las mujeres de entre 50 y 60 años de edad, que se encuentran en la mejor etapa productiva.

Según la Benenden Healthcare Society, en 2005, 2 millones de trabajadores pidieron permisos por enfermedad, equivalente a 30 millones de días de ausencia del trabajo con el consiguiente costo para los empleadores. Las estadísticas demostraron que las mujeres son más propensas a pedir permisos de ausencia laboral que los hombres: 54 por ciento contra 46. Para algunas mujeres las noches de insomnio causan falta de atención e interés.

En conclusión, mientras las mujeres no se rebelen contra esa indiferencia ante la menopausia no habrá quién se interese en ella.

 
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