Usted está aquí: viernes 3 de marzo de 2006 Política Avanza en el Senado de EU la contrarreforma migratoria

Pocas opciones y todas malas para indocumentados

Avanza en el Senado de EU la contrarreforma migratoria

El mejor resultado del debate es que no haya resultado: expertos

DAVID BROOKS CORRESPONSAL

Washington, 2 de marzo. Dentro del gran debate que arrancó esta semana en el Senado sobre la reforma (o contrarreforma) de las leyes de migración, casi todas las opciones en juego son malas para los migrantes y para México.

Aunque hay algunos optimistas que insisten (en público) que aún hay posibilidad de promover una reforma amplia e integral este año, casi todos aceptan que, sin un milagro, lo único que resultará de este proceso es una propuesta antimigrante.

El proceso sobre el tema migratorio en el Senado comenzó el viernes pasado, cuando el presidente del comité judicial, el senador Arlen Specter, empezó a circular su versión de un proyecto. El siguiente paso se dio este jueves, cuando el mencionado comité comenzó a discutir un proyecto en anticipación a un debate en el pleno del Senado, que podría iniciarse a fines de marzo. Hoy quedaron evidenciadas de inmediato las divisiones entre republicanos y demócratas, e incluso en las mismas filas republicanas. Specter anunció que éste será un proceso complicado.

El líder de la mayoría republicana en la cámara alta, Bill Frist, ofrecerá su propia versión y los senadores Edward Kennedy y John McCain promueven la versión más amplia de una reforma, la preferida entre las fuerzas pro inmigrantes en este país. También la propuesta de los senadores John Cornyn y Jon Kyl -enfocada en medidas de seguridad- está sobre la mesa.

El proyecto de ley ya aprobado por la cámara baja, del representante James Sensenbrenner -que incluye las famosas medidas de un muro fronterizo y la criminalización de los indocumentados- será la base, según analistas, para la versión de Frist. El líder del Senado desea iniciar el debate en el pleno a fines de este mes, y podría durar semanas y hasta meses.

Medidas punitivas en puerta

Demetrios Papademetriou, uno de los analistas más destacados, director del Instituto de Política Migratoria (Migration Policy Institute) en Washington, dice que todo apunta hacia el peor resultado posible y, por lo tanto, ''todos en la comunidad pro inmigrante básicamente están pensando en cómo organizarse para bloquear y derrotar cualquier resultado legislativo negativo que pueda ocurrir este año''.

En entrevista con La Jornada, Papademetriou reafirmó que el mayor peligro es un proyecto que sólo contenga medidas punitivas, un enfoque casi exclusivo en seguridad pública y severas limitaciones a vías de legalización para unos 11 millones de indocumentados, y colgado de esto, un pequeño programa de trabajadores huéspedes que desea la Casa Blanca. ''Eso podría tener posibilidades de aprobarse'', afirmó, señalando que por esto las fuerzas pro inmigrantes sólo tendrán la opción de hacer todo lo posible para derrotar cualquier iniciativa que salga del Congreso este año.

Otro de los activistas que tuvieron un papel destacado en la promoción de la última reforma migratoria -la cual otorgó amnistía a casi 3 millones de migrantes- en 1986, declaró a La Jornada recientemente que las fuerzas pro inmigrantes podrían enfrentar un resultado legislativo que en los hechos impone un sistema apartheid en Estados Unidos. Advirtió que si solamente se ofrece un programa de trabajadores huéspedes, sin medidas para permitir la legalización de indocumentados residentes ni vías para lograr la incorporación a la vida cívica a nuevos inmigrantes, millones de personas sólo tendrían el derecho de permanecer aquí haciendo el trabajo que se les ofrezca, sin ningún otro beneficio o derecho civil.

Tal vez lo más sorprendente de esta coyuntura es que una de las coaliciones políticas más importantes que se han organizado en este país -que incluye a la Cámara de Comercio de Estados Unidos, las centrales obreras nacionales, las principales organizaciones latinas y la Iglesia católica- logró tomar la ofensiva en favor de una reforma amplia e integral de la ley apoyando la propuesta McCain-Kennedy el año pasado, pero acabó a la defensiva y ante una contrarreforma.

''Ahora todo el ímpetu está del lado restriccionista del debate'', indicó el experto en migración Wayne Cornelius, del Centro de Estudios Comparativos de Migración en la Universidad de California en San Diego, entrevistado por Los Angeles Times.

Aunque en público los integrantes de esta coalición continúan promoviendo la reforma integral, en privado varios de sus representantes aceptan que las cosas van mal. ''Fueron mejores que nosotros en las maniobras políticas durante los últimos meses'', acepta un integrante de estas coaliciones, que pidió el anonimato, ya que están justo en medio de esta batalla legislativa. ''Las fuerzas antimigrantes lograron enfocar el debate en el asunto de seguridad, y metieron el de migración en la dinámica del temor que ha imperado en este país desde el 11-S''.

Por otro lado, muchos señalan que el presidente George W. Bush también es responsable de que las fuerzas antimigrantes hayan tomado la ofensiva, ya que durante meses y a pesar de prometer que el tema migratorio sería prioridad política, titubeó y sólo ha ofrecido generalidades sobre la reforma.

Ahora, al arrancar el debate en el Senado, el encargado de la Casa Blanca está políticamente más debilitado que nunca en su mandato y sólo goza de 34 por ciento de aprobación popular, según la encuesta más reciente (CBSNews/The New York Times), y con ello su margen de maniobra en el tema queda más limitado que nunca.

A pesar de todo, los integrantes de la coalición por una reforma amplia e integral (además de medidas de seguridad fronteriza y mayor control del flujo migratorio, se incorporan medidas para ''regularizar'' la estancia de millones de indocumentados y ofrece mayores vías para la legalización de inmigrantes) y políticos como el senador McCain, impulsan varias campañas a nivel nacional para generar apoyo a sus propuestas.

Por otra parte, la Iglesia católica hizo hoy un llamado público, en alianza con otros sectores religiosos, por una reforma comprensiva. El cardenal Theodore McCarrick, de Washington, instó a Bush y al Congreso a lograr una reforma que ''proteja nuestra seguridad nacional, respete nuestra humanidad común y refleje los valores -imparcialidad, compasión y oportunidad- sobre los cuales fue construida nuestra nación''. Lo acompañaron líderes religiosos nacionales de las iglesias protestantes, católicas y judías.

Por su parte, el cardenal Roger Mahony, de Los Angeles, denunció ayer el ''histérico'' sentimiento antimigrante en el país, y llamó a todas las iglesias a trabajar por una reforma migratoria ''humana''. La arquidiócesis de Los Angeles, con 5 millones de miembros, es la más grande de Estados Unidos, y la voz de Mahony es muy influyente. El religioso se refirió al proyecto Minuteman y las propuestas antimigrantes, señalando que ''en ningún momento Dios nos ha pedido construir muros en las fronteras'', reportó el diario Los Angeles Times.

Para el analista Wayne Cornelius, aún es posible cambiar la dinámica. ''Es importante que el Congreso escuche que existen grupos opuestos a medidas restriccionistas drásticas. Si hay cualquier posibilidad de lograr una legislación constructiva del Congreso este año, se requiere de esfuerzos desde las bases.''

Pero para otros expertos en la materia el mejor resultado posible, si las cosas siguen en esta dirección, es ''ningún resultado''.

 
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