Usted está aquí: domingo 26 de febrero de 2006 Cultura Muestran Inventando un México moderno. El diseño de Clara Porset

Alberga el Museo Franz Mayer la exposición, integrada por 110 piezas

Muestran Inventando un México moderno. El diseño de Clara Porset

La exhibición destaca los alcances de una impulsora del desarrollo del mobiliario

MERRY MACMASTERS

La exposición Inventando un México moderno. El diseño de Clara Porset, inaugurada el 22 de febrero en el Museo Franz Mayer (avenida Hidalgo 45, Centro Histórico), muestra los alcances de quien fue pionera del diseño industrial en el país, y el lugar que tuvo en el desarrollo del mobiliario hecho en la década de 1950. La exhibición está integrada por 110 piezas, entre muebles, fotografías, documentos y algunas ediciones, como el "sillón totonaca", que ha hecho el Centro de Investigaciones de Diseño Industrial (Cidi), de la UNAM, que resguarda el archivo Clara Porset.

El Museo Franz Mayer es sede del premio de diseño industrial que el Fideicomiso Clara Porset, ubicado en la UNAM, otorga cada dos años a estudiantes, de preferencia mujeres.

Nacida en Cuba en 1895, Porset estudió arte, arquitectura y diseño en varios países -por recomendación de Walter Gropius fue alumna de Josef Albers, ex profesor de la Bauhaus, en el Black Mountain College, de Carolina del Norte- antes de arribar a México en 1936, por motivos políticos. Aquí entró en contacto con el gremio artístico e intelectual, así como la UNAM, donde dio su primer curso.

De acuerdo con Oscar Salinas, cocurador de la exposición con Ana Elena Mallet y alumno de Porset hace 30 años en la Facultad de Arquitectura de la UNAM, el arte popular y prehispánico "prácticamente la embrujaron para que se quedara en México a vivir". Además se casó con el pintor Xavier Guerrero, a cuyo lado militó en la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios.

Fue en esa época que Porset se convirtió en la diseñadora más querida por los arquitectos mexicanos, quienes la buscaban para proyectar los muebles para sus obras arquitectónicas. A veces, incluso, le encargaban todo el diseño interior.

El trabajo que hizo para el hotel Pierre Marqués, de Acapulco, que también incluyó el mobiliario para los jardines, las albercas y la playa, le mereció en 1957 la medalla de plata de la trienal de Milán. Para el mobiliario exterior trabajó en conjunto con Luis Barragán, encargado del diseño de los jardines. En 1952 Porset había organizado en el Palacio de Bellas Artes una gran exposición del diseño en México, que emulaba la de hace 100 años efectuada en el Palacio de Cristal, en Londres, Inglaterra.

Tanta actividad la llevó a realizar gran cantidad de proyectos. Su archivo comprende mil 800 planos y unos mil proyectos completos de muebles, señaló Salinas, autor del libro Clara Porset. Una vida inquieta, una obra sin igual (2001). Entre ellos se encuentra el primer experimento serio sobre un mueble proveniente del arte popular: el butaque. Después rescató otros muebles como el llamado "totonaca", sillón inspirado en una pequeña estatuilla de la cultura de Remojadas de Veracruz.

Porset combinó dos facetas. Por un lado, trabajó con arquitectos como Mario Pani en la primera unidad habitacional en México, el multifamiliar Miguel Alemán, donde amuebló varios departamentos piloto con la intención de que la gente pudiera comprarlos amueblados. Por otra parte, colaboró con los grandes arquitectos mexicanos en residencias de gente millonaria que "con un gusto particular supo generar todo este diseño de interiores y de muebles de una buena cantidad de casas del Pedregal, por ejemplo", apuntó Salinas.

Porset también fue el primer profesional en trabajar con una gran industria mexicana, BMN, para la que diseñó una línea de muebles metálicos, y la primera persona en recibir regalías por su trabajo. Porset dedicó los últimos años de su vida -falleció en 1981- a la enseñanza. En la década de 1960 fue profesora fundadora de la carrera de diseño industrial en la Facultad de Arquitectura de la UNAM.

Para Arturo Treviño, director del Cidi, la exposición no sólo recupera la imagen de Porset, sino también el gusto por la cultura nacional o regional, "para que nuestros estudiantes e industriales sepan que tenemos una gran potencial dentro del país que es explotable. La imagen de lo regional es un elemento que nos puede dar gran apoyo en la competividad con otros productos internacionales dentro y fuera del pais". Y así no copiar.

 
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