Usted está aquí: martes 21 de febrero de 2006 Opinión El sol de Diógenes

Marco Rascón

El sol de Diógenes

Un día Alejandro Magno, atraído por la sabiduría de Diógenes, quien buscaba con su lámpara a los hombres que hablaban con la verdad, se dirigió al filósofo para decirle que le pidiera lo que quisiera y él se lo concedería en el acto. El emperador, quien esperaba escuchar la respuesta que quería oír, quedó atónito cuando el sabio sólo contestó: "Hazte a un lado, me estás tapando el sol".

¿Qué hacer con los candidatos que nos ofrecen la mitad de su reino, tal como Alejandro Magno ofreció a Diógenes, a cambio de creer que vienen a salvarnos?

Hoy a los electores se nos pide que votemos éticamente por lo que hemos creído, por lo que hemos dicho y por lo que hemos actuado. Más allá de la crítica se coloca al elector de voto duro frente a la pared y se le interroga: "¿votarías por el PRI o por el PAN?", y entonces, investidos de gran sabiduría y aguardando una respuesta como la que esperaba Alejandro Magno de Diógenes, se le exige que elija "lo menos peor", es decir, la mitad de su reino.

Hay que reconocer que éste es el razonamiento imperante de los intelectuales mexicanos y que difícilmente hay posibilidades de huir de esta lógica marcada por el sentido común de que si no votas por A o B, sólo te queda C. Atrapados sin salida, porque hemos sido parte de las vertientes que llegaron al PRD, porque tenemos parte de nuestra historia en ese partido, porque convencimos a compañeros, vecinos, amigos y familiares de incorporarse a él. No sufragar por el PRD sería antiético y contra nuestra propia historia. La responsabilidad de no ganar, de obstruir la llegada a la solución del país, es muy grande en caso de no votar éticamente y no dar el sufragio a los candidatos de "nuestro" partido.

Pero, ¿cuál es la responsabilidad de quienes reciben nuestro voto? ¿Cuál es la ética de los candidatos receptores de nuestro voto duro, ganado por la lógica formal de los intelectuales pendencieros que promueven el voto por el menos peor? ¿Cuál es la responsabilidad de los que argumentan que sólo hay C y que votar por lo menos peor viene a ser como un oráculo, un determinismo de tragedia griega?

Resulta que los votantes debemos ser éticos y votar no guiados por la razón ni la verdad, no siguiendo la luz de la lámpara de Diógenes, sino la fe. Debemos votar haciendo caso omiso de lo que vemos y cerrar los ojos ante definiciones del estilo: "¡Que se oiga fuerte y lejos (es decir, en Washington o los palacios de México): vamos a continuar en la globalización y vamos a mantener los criterios macroeconómicos!" "Hay que desideologizar la economía" (sic). "Y sobre el aborto, la eutanasia, las sociedades de convivencia, la píldora del día siguiente haremos una consulta".

Está bien que el "priísmo se quite con los años"..., al igual que la juventud, pero votar por el PRD significa votar por la refundación del PRI en el partido fundado desde la izquierda contra el Revolucionario Institucional.

Vamos a votar por salvadores de la patria que alcanzan ese pedestal, por el simple hecho de aparecer en un mitin junto a El, cuya tarea ha sido recorrer el país para implantar al PRI de los derrotados, un Tucom de tercer piso, como los nuevos profetas de cada estado. En Nayarit, Durango, Chihuahua, Coahuila, San Luis Potosí, Tabasco, Sinaloa, Sonora, Baja California y Baja California Sur los candidatos "contra el neoliberalismo" son los que jamás levantaron una frase contra el neoliberalismo y sirvieron de segundones en todo tipo de políticas neoliberales.

Vamos a votar por Ernesto Zedillo en su disputa por el poder con Carlos Salinas, que apoya al PRI de Madrazo contra el PRI de Andrés Manuel López Obrador. ¿Este es el contenido ético de nuestro sufragio? ¿Es ético recibir el contenido de un voto y transformarlo en traición? ¿No es de lo que se acusa a Vicente Fox: de haber recibido el voto ético de los ciudadanos por el cambio y haberlo convertido en el voto de la continuidad del régimen? ¿Es el voto por el PRI de López Obrador un voto ético de la izquierda mexicana?

El principal enemigo de López Obrador es López Obrador, quien hace campaña no para el 2 de julio, sino para victimizarse el 3 de julio. Es sospechoso que estando arriba en las encuestas, sus interlocutores no sean el país ni los problemas presentes y futuros, sino Fox y sus contendientes, que van abajo. López Obrador no puede hablar al país porque es un fenómeno hecho para llevar a México a la derrota, para que ganen los peores. Votar por el PRI de López Obrador es votar por el mismo conservadurismo de Felipe Calderón y el cinismo de Madrazo.

Por tanto: ser voto duro es antiético, porque los receptores de nuestro voto no son éticos. Uno puede cumplir su responsabilidad votando por las siglas que nos son cercanas, pero los beneficiarios del voto no son éticos, porque cada vez se alejan más de la referencia que usurpan y han ocupado. Para lo único que necesitan a la izquierda es para pasar la factura de las políticas derechistas que harán en su nombre.

El voto duro está en crisis; por eso pidamos, como Diógenes: háganse a un lado, priístas, nos están tapando el sol...

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