Usted está aquí: martes 21 de febrero de 2006 Mundo Se desborda la violencia en cárceles de California

La policía culpa a miembros de la Mafia mexicana

Se desborda la violencia en cárceles de California

Pésimas condiciones y sobrepoblación, las causas: ONG

DPA

Los Angeles, 20 de febrero. Por pasarse un alto y ser sospechoso de llevar drogas, Sean Anthony Thompson, californiano de 38 años, fue llevado a la cárcel a principios de febrero. Cinco días más tarde el hombre, padre de tres hijos, estaba muerto.

El afroamericano falleció a consecuencia de las heridas sufridas durante un sangriento enfrentamiento contra tres reclusos de origen latino en una celda de la prisión de Los Angeles.

Según Los Angeles Times, el hombre había intentado ayudar a otro preso negro que era torturado por unos latinos durante una disputa por un camastro.

Thompson ha sido la segunda víctima mortal durante los amotinamientos que se registran desde hace semanas en las prisiones de California.

A principios de febrero asesinaron a otro recluso negro, de 45 años, en un centro penitenciario del sur de California. Casi un centenar de reos, a puñetazos, lanzando muebles y atacándose con armas que ellos construyeron, se enfrentaron y varios resultaron con heridas de gravedad.

Los responsables de la cárcel tuvieron que intervenir lanzando gas lacrimógeno y utilizando sus armas. "Nos encontramos en guerra", aseveró el presidente del distrito, Mike Antonovich, hace unos días, ante un nuevo repunte de la violencia.

Líderes de la denominada Mafia mexicana son quienes que están detrás de los recientes disturbios, afirma la policía. Al parecer, han ordenado a otros latinos que ataquen a los presos negros, trasladando así la lucha de las bandas callejeras a los reclusorios.

Pero el grupo defensor de los derechos civiles Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) sostiene que los crecientes enfrentamientos se deben a las condiciones "catastróficas" de las prisiones.

Jody Kent, miembro de ACLU, aseguró: "El color de la piel no es el problema. Celdas llenas, pocos vigilantes y la falta de ocupación y terapia han convertido las cárceles en un polvorín".

Ejemplifica: la mayoría de los 20 mil presos en las cárceles de los distritos de Los Angeles pasan las 24 horas en sus celdas. Sólo pueden hacer deporte tres horas, una vez a la semana.

Según Kent, ello contribuye a que cualquier cosa pequeña, como en qué cama van a dormir o quién puede llamar primero, genere discusiones.

Hampones peligrosos y los que han cometido delitos menores a menudo comparten un gran dormitorio, en el que se alberga hasta 100 presos. Las celdas individuales escasean.

Aparte de las cárceles de distrito, las 33 prisiones del estado de California también están a punto de desbordarse con 168 mil internos, casi el doble de lo previsto.

Las condenas drásticas son, entre otras, una de las razones de este boom de presos. En los años 90 entró en vigor una ley según la cual un delincuente que cometa dos crímenes graves o violentos será condenado a 25 años de prisión o cadena perpetua.

Hace dos semanas, Anthony Valdez fue llevado a la cárcel dos días en Los Angeles por no pagar una multa de tráfico. Se vio involucrado en una pelea entre latinos y negros, según relató el hombre a Los Angeles Times. Tras salir de prisión aseguró: "Podría haber muerto allí".

 
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