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LAS DECADAS PERDIDAS
20 de febrero de 2006
Los políticos convencionales suelen sorprenderse cuando miran el rechazo de amplias capas de la población al modelo de economía imperante en América Latina. Quizá deberían escuchar más la voz de la calle: mientras Asia prospera, esta región se parece cada vez más a la empobrecida Africa en cuanto a la distribución del ingreso.

Roberto González Amador

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Después de dos décadas de reformas económicas, América Latina y el Caribe, donde viven 534 millones de personas, es la región más desigual del mundo. La decepción de la mayoría de los latinoamericanos con el resultado de la transformación de las economías nacionales, iniciada por gobiernos pro empresariales después de la crisis de la deuda de principios de los años 80, e impulsada en los años 1990 por el llamado Consenso de Washington, es reconocida por los promotores de esos cambios.

Esta situación está impulsando un cambio en la preferencia política de los habitantes del continente, la mayoría residentes ya en centros urbanos. Se trata de una crisis del modelo de desarrollo aplicado hasta ahora, y que está generando los espacios de cambio que se advierten en el horizonte electoral de la zona.

¿Cuál es la explicación de la tendencia de resurgimiento de lo que puede llamarse gobiernos de izquierda en América Latina? Esta pregunta fue planteada a mediados del mes pasado por Sebastián Briozzo, principal analista para la región de la firma de calificación de valores Standard and Poor’s, uno de los nombres emblemáticos de Wall Street y promotora de las reformas de libre mercado en el hemisferio.

La respuesta de Briozzo: “Uno de los factores que explican la tendencia es la simple maduración de los sistemas políticos que permite una mayor gama de puntos de vista tanto para participar en las elecciones como para ganarlas. Otro factor es la mayor información del público sobre condiciones económicas en otros lugares y la frustración respecto de la conducción de las políticas públicas, particularmente cuando se las considera ineficientes o corruptas”.

Añade: “Sin embargo, probablemente la raíz es que las reformas económicas de las últimas dos décadas no han mejorado sustantivamente los indicadores sociales de la región, especialmente para los sectores más pobres”.

Hay muchas evidencias del pobre resultado de dos décadas de reformas económicas y las estadísticas que se producen a escala nacional y por los organismos internacionales las validan. Uno de cada cuatro latinoamericanos vive en condiciones de pobreza extrema, con un ingreso diario de un dólar, según un reporte del Banco Mundial (BM) publicado la semana pasada. De los 30 países con la peor distribución del ingreso del mundo –según el Informe del Desarrollo Mundial, del mismo organismo– 60 por ciento se encuentran en Latinoamérica, al igual que 10 de los 12 países peor calificados.

“El persistente bajo ingreso per cápita, el elevado y creciente nivel de pobreza y las tasas prevalecientes de desigualdad amenazan con minar el apoyo del público a las reformas lanzadas en los últimos años”, planteó Anoop Singh, responsable para América Latina del Fondo Monetario Internacional. “Existe un creciente sentimiento en muchos países de que los beneficios de la integración global han sido desigualmente distribuidos, beneficiando a los estratos de alto ingreso, mientras los costos han sido cargados a los de menor ingreso.”

Los datos y las opiniones provenientes de quienes impulsaron las reformas en las últimas dos décadas dan cuenta, un poco como si no tuvieran nada que ver en el asunto, de un cambio más profundo que se advierte en la región.

POBREZALa tirantez que la invasión de Irak está ejerciendo sobre Washington ha restado presión a los movimientos populares latinoamericanos, que de alguna manera han logrado poner a varios de los suyos en las oficinas donde se toman decisiones en algunas capitales latinoamericanas. Si esta afirmación tiene alguna validez, la región se está convirtiendo entonces en escenario decisivo de la reacción contra un modelo económico, político y de ganancias empresariales que de alguna manera definía la unipolaridad posterior a la caída del muro de Berlín hace 16 años.

El nuevo escenario se está conformando. Así como no se puede hablar de una sola América Latina, no se puede hablar de una izquierda homogénea, ni siquiera si se pretendiera hacer una síntesis. El asunto puede expresarse de la siguiente manera: hoy en Latinoamérica se aprecia un sistema político donde existe alternancia de personas, pero no de proyectos. O bien, que todavía se están moviendo las piezas dentro de los mismos márgenes creados por el modelo prevaleciente desde los años 1980.

Un factor que participa igualmente del juego de fuerzas políticas en la región, dicho asimismo con afán de síntesis, es la nueva conformación de los núcleos empresariales y de la “derecha” latinoamericana.

La privatización de empresas públicas, sobre todo en la década pasada, atrajo a la región a firmas europeas, en especial españolas, que comienzan a rivalizar con la presencia tradicional estadunidense. Este arribo ha desplazado a núcleos de empresarios locales, como muestra claramente el caso mexicano. Tampoco se cierra ya el espacio para personajes impresentables del tipo Pinochet, Videla o Stroessner, sin cuyos gobiernos represores no habría sido posible la instauración de las reformas económicas de apertura y liberalización, como puede ser el caso chileno de manera emblemática.

Con respecto a hace 20 años, Latinoamérica es también cada vez más urbana. Cuatro quintas partes de los latinoamericanos reside en ciudades. A una mayor información, a la rapidez con que se difunden las ideas se suma el agotamiento de un modelo económico que profundizó la desigualdad, no redujo la pobreza y cargó enormes deudas a las sociedades latinoamericanas y las sometió a cotosos ajustes de los cuales aún no se reponen.

La nueva idea que impulsa el BM es que se debe mejorar la distribución del ingreso, en un intento por crear un espacio político que permita avanzar en la siguiente generación de reformas estructurales. Pero esa postura prácticamente no tiene respaldo popular en países donde ha crecido la conciencia de la defensa de los recursos naturales –la lucha por el agua en Bolivia y Uruguay son sólo algunos de los ejemplos más conocidos– y la capacidad de negociación de algunos gobiernos.

Venezuela, junto con Argentina, Brasil y ahora Bolivia impulsan la construcción de un enorme gasoducto, de más de 8 mil kilómetros que abastecería de gas a una amplia zona de Sudamérica. Buenos Aires pagó 9 mil millones de dólares de su deuda, ahorrando algo de intereses, pero, sobre todo, se sacudió a los agentes del FMI, que disponían el diseño de políticas públicas en los ministerios. Bolivia defiende la propiedad de sus recursos naturales y Venezuela hace política con los dólares del petróleo. Este y el próximo año habrá elecciones presidenciales y legislativas en muchos países del área, los resultados indicarán hacia dónde pueden marchar estas sociedades §

KIOSKOS

Adela Mac Swiney González, Madrid

En España, al comprar el periódico uno puede recibir de regalo un cuernito para el desayuno; o bien, pagando un excedente, adquirir un cidí; al comprar una revista femenina se recibe una bufanda y, ¿por qué no?, un juguete sexual. Los diarios españoles registraron en 2004 beneficios netos de 359 millones de dólares, 39 por ciento más que el año anterior, y a ello contribuyeron las mil 352 promociones que ofrecieron, casi 200 más, según recoge el Libro blanco de la prensa diaria 2006.

El éxito de las enciclopedias, biografías y dvd creció al aumentar la venta de los diarios. Este año, el periódico ABC ofrece las colecciones de los 20 museos más prestigiosos del mundo; las mejores obras de música clásica y un “combo” con televisión y dvd. El País promueve los 30 cidí-libros para conmemorar el 250 aniversario del natalicio de Mozart y La historia del arte, mismas que siguen a las mejores películas del cine europeo y una enciclopedia del estudiante. El Mundo ha lanzado 10 programas informáticos y la colección “La guerra civil española en sellos de correos”.

Hay más. El periódico La Razón premió durante un tiempo a sus lectores con el cuernito del desayuno; otro diario ofreció, mediante un pequeño pago adicional, cada una de las piezas del nacimiento navideño. Pero un caso insólito fue el regalo de Año Nuevo de la revista francesa Jalouse (celosa), que por un euro más obsequió a sus lectoras un juguete que hará que muchas empiecen el año con buenas vibraciones. La edición diciembre-enero tuvo como titular “Goo vibrations 2006”, y se agotaron de inmediato los 50 mil ejemplares que traían regalo, la mitad de la tirada normal, que no se vende a menores de 18 años, y es buscada por las mujeres jóvenes y liberadas.

Según un estudio de la agencia de medios Carat, la penetración de la revistas entre los españoles aumentó 7.3 por ciento y rompió su tendencia negativa de alcanzar 55 por ciento de audiencia en 2004. Así, se sitúan en tercer lugar, detrás de la televisión y la radio. Las revistas mensuales son las de mayor crecimiento de audiencia, 9.5 por ciento, y superaron los 15 millones lectores; las semanales aumentaron 7.4 por ciento, rebasaron 10 millones lectores. La prensa del corazón sigue siendo la más demandada con 20 por ciento del total de lectores, las de divulgación están en segundo lugar y las de decoración, en tercero.

Las revistas femeninas ofrecen los regalos más singulares. Este año Mari Claire regala una barra de chocolate negro; Elle e Instyle, bolsas; Glamour un envase pequeño de shampoo Fructis; Woman, un cullote (pantaleta) rojo junto con un desodorante; Ragazza, una bufanda y una crema exfoliante del cutis; Chic, “la bufanda de moda con varios colores para que escojas la tuya”; Psycologhist, una libreta de apuntes; la Guía del Niño, biberones, juguetes o dvd con películas infantiles, y las revistas juveniles, con una demanda de más de un millón de adolescentes dan pulseras, cosméticos y bisutería. Los artículos citados están amparados por la Ley del Consumidor.

Se estima que las promociones incrementaron los ingresos cerca de 23 por ciento respecto de 2003 en España, con lo que los periódicos han frenado la caída de ingresos de 2002. En otros países europeos los diarios han perdido desde 1996 nueve millones de ejemplares en circulación, una tendencia sólo librada por España y Austria.

En 2004 en España se difundieron 104 ejemplares por cada mil habitantes, frente a los 97 en 2003. Por el contrario, el índice bajó de 196 a 193 en otros miembros de la UE. La UNESCO sitúa en 100 “el umbral del subdesarrollo” en cuanto a lectura de periódicos. Las lectoras de diarios en España representaron 37.5 por ciento del total y ahí se halla la competencia de las revistas femeninas.

Ana María Simón, propietaria de un establecimiento de venta de revistas y periódicos en Madrid señaló que las revistas mensuales “tienen una tirada grande porque el reclamo son los regalos que ofrecen a sus lectores y la gente está pendiente de un número a otro del nuevo obsequio”. Según dijo, “hay colecciones que la gente se arrebató, como la de el ABC de cristalería de Bohemia §

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