La Jornada Semanal,   domingo 19 de febrero  de 2006        núm. 572

Germaine Gómez Haro

 RED LOVE

Bajo el título Red Love se presenta en el Museo de Arte Tridimensional de Azcapotzalco el trabajo de cuatro artistas de diferentes países cuyas miradas a un tiempo convergen y divergen en el tema del amor y el erotismo: Karima Muyaes (México), Wayne Crothers (Australia), Sila Chato (Costa Rica) y Curlee Raven Holton (EU), quien fue el curador y organizador de la muestra.

Curlee Raven cuenta con una importante trayectoria en la enseñanza de las artes gráficas en el Colegio de Lafayette, en Easton, Pennsylvania, donde es el fundador y director del Instituto de Grabado Experimental. A México ha viajado en diversas ocasiones y ha trabajado con artistas oaxaqueños, especialmente en el Taller de Artes Plásticas Rufino Tamayo. Su obra revela la fuerza mística y la voluptuosidad de la cultura afroamericana a la que pertenece, como se aprecia en un grabado en madera de gran formato, realizado en cuatro placas independientes cuyas hojas unió en un sentido vertical para crear una enorme figura femenina que se erige como una poderosa diosa de ébano. Siguiendo el tema del erotismo, presenta una serie de dibujos titulada 12 Hours of Love (12 Horas de Amor), en la que plasma a través de sugerentes desnudos femeninos doce "momentos" o "estadios" que se experimentan a lo largo del acto sexual. Los dibujos fueron cubiertos por un papel opaco sobre el cual pintó unos manchones rojos que cubren los cuerpos a primera vista, por lo que el espectador tiene que jugar al voyeur y levantar las hojas para apreciar cada figura en su camino hacia el orgasmo.

Karima Muyaes presenta tres pinturas sobre papel en las que el tema principal es el cuerpo femenino entreverado con formas orgánicas. Siempre interesada en temas y técnicas ancestrales, aquí utiliza papel amate y pigmentos naturales para imprimir a sus obras una textura que remite a los códices prehispánicos. Con un espíritu lúdico y antisolemne, construyó una instalación a la que tituló Trapitos al sol, y en la cual vemos una serie de dibujos y bocetos de cuerpos desnudos que penden con ganchos en cuerdas para secar la ropa, y entre las hojas de papel, discretamente colgó un muestrario de sexísimas prendas íntimas femeninas. Estas obras recuerdan la gracia y la frescura que caracteriza su trabajo.

Wayne Crothers es un artista originario de Melbourne, Australia, que ha vivido largas temporadas en el sureste asiático y actualmente radica en Japón, donde se ha dedicado a investigar y experimentar las técnicas gráficas tradicionales. Los grabados que presenta en esta ocasión son parte de un amplio proyecto que ha sido exhibido en diferentes países en espacios y contextos de lo más variados, incluyendo una impresionante instalación en la que colocó decenas de grabados entre los árboles de un bosque. Por falta de espacio, aquí se muestra solamente alrededor de una quincena de piezas que aparecen suspendidas en el aire, sin marco ni bastidor, lo que produce una sensación de libertad e interacción con el público. Se podría decir que se trata de variaciones sobre un mismo tema, ya que el tópico que las hermana es la representación de la silueta del artista plasmada sobre el papel de manera difusa, pero en cada obra llama la atención la diversidad de texturas y tonalidades conseguidas mediante un complicado proceso de impresión. Comenta el artista que su técnica es compleja pues tiene que recurrir a varias placas para crear una miríada de tonos y formas que se van fusionando con gran delicadeza y elegancia.

La participación de la cuarta artista, Sila Chato, podría demeritar a primera vista pues su obra no destaca de inmediato entre el atractivo conjunto de trabajos variopintos. Sin embargo, cuando se observan de cerca sus grabados sobre tela, un cierto misterio emana de estas obras en las que predominan los grises y los negros aplicados con sutileza en figuras que evocan un baile equilibrado y armonioso. El hilo que hilvana el trabajo de estos cuatro artistas es su muy personal manera de evocar el deseo y plasmarlo en obras que atrapan al espectador por su cachondez y sentido poético.

No quisiera dejar de mencionar el esfuerzo que hace la Delegación Azcapotzalco por llevar a cabo exposiciones de esta naturaleza en su Museo de Arte Tridimensional, ubicado a un costado del Parque Tezozómoc, en esa área de la ciudad que no ha sido suficientemente beneficiada con programas y eventos culturales.