Usted está aquí: domingo 12 de febrero de 2006 Política DIARIO DE GUERRA (ELECTORAL)

DIARIO DE GUERRA (ELECTORAL)

José Agustín Ortiz Pinchetti

Acarrear

MIERCOLES 8. En Pachuca el fuerte aire hizo transparente la tarde. En la Plaza Juárez, 10 mil entusiastas recibieron a Andrés Manuel. El espacio se vio repleto y colorido, la plaza viva, sin acarreados. Ni la televisión ni los periódicos pueden o quieren transmitir este espíritu que se repite en cada acto de la campaña, que conmueve por su candor y su alegría. Los reporteros me asaltaron para que "confesara que hubo acarreo". Vieron muchos camiones en calles circunvecinas. Les expliqué que en los municipios lejanos, a 100 o 200 kilómetros de Pachuca, la gente pobre pide transporte. Para venir al mitin pierden un día de trabajo. En algunos lugares de la sierra caminan dos horas para llegar a la carretera. Las redes, los comités del PRD, hacen aportaciones para alquilar camiones. Un número insignificante, en comparación con los que mueve cualquier acto del PRI y muchos del PAN. La diferencia está en la gente. Dos horas antes del mitin, un viejo me preguntó si íbamos a repartir gorras. Le respondí: "No, ni camisetas, ni tortas, ni despensas. Aquí la gente viene nomás porque quiere". Se me quedó mirando, sonrió, dio media vuelta y se alejó. Un mitin de AMLO cuesta 20 veces menos que uno de Madrazo o de Calderón, y atrae diez veces más ciudadanos libres.

EL RAYO DE ESPERANZA. El jueves 9, Arturo Herrera, secretario de Finanzas del Distrito Federal, y yo, atendimos una invitación del Club de Roma (la Asociación Víctor L. Urquidi) para conversar sobre las claves de AMLO. Hace poco terminé un libro que está en proceso de edición sobre el tema. Herrera responde a comentarios en todos los temas de la leyenda negra: falta de transparencia, endeudamiento, populismo financiero. Yo intento esclarecer aquella frase tan criticada por los adversarios de Andrés Manuel, cuando afirmó que, con otros millones, actuará como un rayo de esperanza para el país, o aquella propuesta de purificación de la vida pública, que ha sido tachada de religiosa o filosófica más que política.

AMLO, EN EL FONDO un liberal, tomó esas expresiones del célebre ensayo "La crisis de México 1948", del gran liberal Daniel Cosío Villegas, quien escribió: "el único rayo de esperanza -bien pálido y distante, por cierto- es que de la propia revolución salga una reafirmación de principios y una depuración de hombres.

"QUIZAS NO VALGA la pena especular sobre milagros, pero al menos me gustaría ser bien entendido: reafirmar quiere decir afirmar de nuevo, y depurar querría decir usar sólo a los hombres puros y limpios. Si no se reafirman los principios y se los escamotea, si no se depuran los hombres y simplemente se les adorna con ropitas domingueras o títulos... ¡de abogados!, entonces no habrá en México autorregeneración y, en consecuencia, la regeneración vendrá de fuera y el país perderá mucho de su existencia nacional y a un plazo no muy largo."

EN ESTAS CONVICCIONES descansa la propuesta del candidato del PRD. Algo que lo alimenta al interior tanto como el cariño de la gente. Así aquilata su "resistencia política" para afrontar a sus adversarios sin considerarlos enemigos. Como sea, la batalla apenas está empezando.

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