Usted está aquí: sábado 11 de febrero de 2006 Opinión Siguiendo los mismos pasos

Leonardo García Tsao

Siguiendo los mismos pasos

El temible género de la biopic se ha vuelto ya un caballito de batalla a la hora de premios y reconocimientos cinematográficos. Este año, Walk the line -prefiero ahorrarme su título local, Johnny y June: pasión y locura- ocupa el mismo lugar de Ray el año pasado, inclusive en cuanto a fechas de estreno.

Las similitudes entre ambas películas sólo confirman qué tanto se ha estandarizado una fórmula invariable. Así, la vida del cantautor Johnny Cash nunca se aparta de la línea -según anuncia el título original- y se narra como flashback a partir de su histórico concierto en la cárcel californiana de Folsom, en 1968. Al igual que Ray Charles Jr., Cash (Joaquín Phoenix) proviene de una familia pobre del sur estadunidense, atestigua la traumática muerte de un hermano y comienza a tener éxito como compositor e intérprete en los años 50, cuando la confluencia de diversos géneros musicales -rhythm & blues, gospel, soul, country- iba a resultar en ese fenómeno llamado rocanrol.

La rutina también se instala en la forma cómo se narran los eventos significativos en la vida de Cash: hay una especie de Destino Manifiesto, por el cual el personaje se siente atraído desde la infancia por la cantante June Carter que, ya adulta (Reese Witherspoon), dará pie al cortejo más largo y tortuoso de la historia. También interviene la casualidad como en la adopción de su tradicional vestimenta -Cash fue el original Hombre de Negro- o su inspiración para escribir sobre la cárcel Folsom a partir de un documental visto en el ejército. No faltan las constantes giras -resueltas en un montaje de números musicales- y una adicción a las drogas que, a su vez, conducirá a una dolorosa rehabilitación.

James Mangold no se ha revelado como un director que pudiéramos llamar inspirado. Después de su debut independiente Heavy (1995) -inflado en Sundance, como es costumbre-, Mangold se había aclimatado a Hollywood con la producción regular de churros como Kate y Leopold (2001) e Identidad (2003). Taylor Hackford tampoco es un gran cineasta; sin embargo, en Ray manifestó nuevamente su conocida pasión por el rocanrol. La gran diferencia entre ambas cintas, es que, no obstante sus convencionalismos, la de Ray Charles era una entusiasta celebración de un aporte fundamental a un género naciente. En Walk the line la música pasa a ser un elemento secundario porque la segunda mitad se concentra en los problemas personales de Cash, atribulado por sus adicciones, una esposa monótonamente regañona y un objeto del deseo que lo condena a la imposible categoría de "mejor amigo".

La película de Mangold está realizada con la competencia de cualquier producción hollywoodense de gran presupuesto, apoyada por la probada solvencia de los actores principales. Phoenix encarna bien ese contradictorio equilibrio entre ternura y amenaza del verdadero Cash, mientras Witherspoon, ilegalmente trigueña, manifiesta la coquetería sureña, el desenfado y el sentido común que la hicieron irresistible a sus ojos. Ambos se han encargado de cantar sus números musicales. El actor hace una convincente mímica del cantante sobre el escenario, pero su voz no alcanza los registros graves tan característicos de Johnny Cash. Recurrir a las grabaciones originales y el doblaje hubiera sido más sensato.

Otro factor que actúa en contra de Walk the line es que el biografiado no comparte la trascendencia y universalidad de Charles. Podría decirse que su popularidad -y la de June Carter- se circunscriben a Estados Unidos, a los seguidores del country. A quien esto escribe, por lo menos, no lo ha motivado ni a comprar un cedé con lo mejor de Johnny Cash.

Mucho mejor opción resulta conseguirse el devedé del documental No direction home: Bob Dylan, en el que Martín Scorsese testimonia la influencia, esa sí determinante, de una figura clave de la música popular del siglo XX -aludida varias veces en Walk the line, por cierto. ¿Para qué valerse del ficticio filtro hollywoodense si ahí están las imágenes y sonidos registrados para la historia? (Este devedé ha estado disponible en México, sin promoción alguna, desde finales del año pasado bajo la marca Paramount.)

Johnny y June: pasión y locura

(Walk the line) D: James Mangold/ G. Gil Dennis, James Mangold. Basado en los libros Man in Black y Cash the Autobiography, de Johnny Cash/ F. en C: Phedon Papamichael/ M: T-Bone Burnett; canciones varias/ Ed: Michael McCusker/ I: Joaquín Phoenix, Reese Witherspoon, Ginnifer Goodwin, Robert Patrick, Dallas Roberts/ P: Tree/Line Film Production, Catfish asociados con Mars Media Beteiligungs, Filmproduktions KG. EU-Alemania, 2005.

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