Música, baile y un pasaje histórico de Italia brindaron los anfitriones
Sin incidentes se inauguraron los JO Invernales de Turín
La ex fondista Stefania Belmondo encendió el pebetero
Por primera vez ocho mujeres portaron la bandera del COI, entre ellas Sophia Loren, Susan Sarandon e Isabel Allende
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Varios actores suspendidos por cables formaron la paloma de la paz
Foto: Reuters
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Fireworks light up the stage with athletes seated in the middle as the Olympic flame is lit near the end of the opening ceremony of the Turin 2006 Winter Olympics in Turin, Italy, Friday, Feb. 10, 2006. (AP Photo/Kevork Djansezian, Pool)
Foto: KEVORK DJANSEZIAN
Turín 10 de febrero. La vigésima edición de los Juegos Olímpicos de Invierno de Turín 2006 fue inaugurada esta noche con una espectacular ceremonia al estilo italiano y que culminó con el encendido del pebetero por la ex fondista Stefania Belmondo.
Ante 22 jefes de Estado, reyes, 23 primeros ministros y decenas de personalidades de todo el mundo, el presidente de Italia, Carlo Azeglio Ciampi, declaró formalmente inaugurada la justa invernal.
Siguió la fórmula ritual tras los discursos oficiales del titular del comité organizador, Valentino Castellani, y del dirigente del Comité Olímpico Internacional, Jacques Rogge.
En medio de fuertes medidas de seguridad para los 2 mil 500 atletas de 85 países que empezarán a competir desde mañana y hasta el día 26, la fiesta en el estadio olímpico de Turín, que reunió a 35 mil espectadores, fue la primera prueba para la policía italiana y se realizó sin incidentes.
Sobre el cielo sobrevolaron aviones caza ante el temor de posibles atentados terroristas y aeronaves de vigilancia AWACS protegieron el espacio aéreo.
Patinadores vestidos de rojo y con lenguas de fuego saliendo de sus cascos calentaron el inicio de la gala, dividida en dos escenarios en la fría noche turinesa.
El saltador nórdico
A partir de ahí la música y el baile fueron el eje de una ceremonia que reflejó el estilo y la creatividad italiana mediante coreografías de masas y notables juegos de luces con ritmos tecno y percusiones rítmicas.
Uno de los brillantes momentos fue la formación de la figura de un saltador de esquí nórdico, en la que cientos de voluntarios, con movimientos sincronizados, dibujaron el proceso de preparación, lanzamiento, despegue y aterrizaje del atleta imaginario.
Igualmente se escenificó un paseo por la historia de Italia, desde el Renacimiento al Barroco, que dio paso a una visión onírica del futuro. También cobró protagonismo la irrupción de un monoplaza Ferrari de Fórmula Uno, decorado con los símbolos olímpicos y una bandera italiana en el morro.
La formación de una paloma de la paz con los cuerpos de varios actores suspendidos mediante cables y que desarrollaron una hermosa coreografía, sobre un gran telón blanco situado en uno de los fondos del Comunale, fue otro de los detalles más aplaudidos de la velada.
En otro momento solemne la bandera olímpica hizo su entrada y, por primera vez, ocho mujeres fueron las portadoras: la actriz italiana Sophia Loren, la escritora y periodista chilena Isabel Allende, la actriz estadunidense Susan Sarandon y la premio Nobel de la Paz 2004, la keniana Wangari Maathai.
Asimismo la escaladora local Manuela Di Centa, la atleta mozambiqueña María Mutola, la campeona marroquí Nawal el-Moutawakei y la activista camboyana de derechos humanos Somaly Mam.
Jura de los atletas
En nombre de todos los participantes, el esquiador Giorgio Rocca prestó el juramento de los atletas para dar paso a la intervención de Yoko Ono, y del Imagine de John Lennon interpretado por el británico Peter Gabriel como homenaje a la paz en este inicio de la tregua olímpica.
El encendido de los aros dio pase al desfile de los deportistas encabezados por Grecia y cerrando con el país anfitrión al ritmo de música de baile de los años 70 y 80 que convirtió el escenario en una macrodiscoteca.
Las delegaciones de Estados Unidos, Noruega y la local Italia fueron las más numerosas que contrastaban con las reducidas representaciones de Irán, Kenia, Costa Rica y Venezuela.
El simbolismo se completó con la entrada de la antorcha olímpica en manos del ex esquiador Alberto Tomba y fue la máxima ganadora de medallas en cinco justas invernales, Stefania Belmondo, quien puso en marcha un dispositivo de fuegos artificiales que recorrió todo el estadio hasta que se encendió la llama.
El acto lo cerró Luciano Pavarotti, que interpretó Nessun Dorma, de la ópera Turandot de Giacomo Puccini, luego de dos horas que duró la ceremonia, observada por 2 millones de televidentes de todo el mundo.