Usted está aquí: sábado 11 de febrero de 2006 Cultura Quizá la obra más emblemática de Soriano fue su vida: Marek Keller

Los restos del artista fueron velados en la funeraria Gayosso de Sullivan

Quizá la obra más emblemática de Soriano fue su vida: Marek Keller

Recibirá de manera póstuma la Orden Isabel la Católica del gobierno de España

ARTURO GARCIA HERNANDEZ Y ANGEL VARGAS

Ampliar la imagen Animas en purgatorio sf, dibujo de Juan Soriano (1920-2006)

Juan Soriano no temía su muerte. Al contrario, la veía como un premio. A decir de Marek Keller -su representante y compañero durante más de 30 años-, hasta el final el pintor y escultor se refirió a ella con buen humor. Uno de sus últimos deseos fue que se le cremara: ''Decía que con la cremación íbamos a tener muchos menos problemas que con el cuerpo entero".

Poco antes de las 11 de la mañana de ayer, los restos mortales de Soriano fueron depositados en la funeraria Gayosso de la calle de Sullivan, fuera de la vista de la prensa. Ahí permanecieron todo el día.

Tranquilo, aunque visiblemente consternado, Keller solicitó a los medios que se le permitiera estar en privado al lado de su compañero, sólo acompañado por la presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Sari Bermúdez, y el director del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), Saúl Juárez.

La funcionaria, quien se refirió a Soriano ''como uno de los grandes artistas de nuestro país, no sólo reconocido por los mexicanos sino por el mundo entero", se encargó de transmitir a los deudos las condolencias del presidente Vicente Fox: ''Recibí una llamada esta mañana de la Presidencia preguntando a quién deberían dirigirse las condolencias y por supuesto les dijimos que al señor Marek Keller y a todo el pueblo de México".

También estuvieron presentes unos cuantos parientes y amigos cercanos al pintor. Entre éstos, el ex titular de Hacienda José Angel Gurría, actual secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos.

Despedirlo bien

No obstante su deseo de privacidad, Marek Keller accedió a conversar brevemente con los medios. Sobre el futuro de la obra y la fundación que lleva el nombre de Soriano, dijo que todavía era muy pronto para saber ''qué vamos a hacer, hay muchas cosas que pensar en este momento, despedirlo bien. Estar todavía cerca de su cuerpo, como estuve cerca de él cuando vivía. En este momento eso es lo más importante".

También informó que el pintor y escultor había hecho su testamento desde hace muchos años, y apenas hace como año y medio lo ratificó ante un notario público del Distrito Federal: ''Lo que pase con las obras se va a saber con detalle cuando se abra y se lea el testamento".

-¿Cuál fue su obra más emblemática? -preguntó un reportero.

El representante del artista respondió lacónico:

-Quizá su vida.

-¿Cuál es el primer recuerdo que tiene de él?

-No hay un primer recuerdo ni un último recuerdo, es un recuerdo constante de una persona maravillosa que quería mucho a los amigos y los amigos lo querían mucho a él.

Keller aseguró que Juan Soriano se mantuvo trabajando hasta donde le fue posible, prácticamente hasta el fin de sus días: ''Trabajaba siempre en algo, estaba por terminar un dibujo para una escultura".

Pero no dejó pendiente ningún proyecto importante. Las esculturas monumentales para la Plaza Juárez, que se inaugurará el 25 de marzo, ''sí las terminó. En este momento se están fundiendo, era un proyecto muy importante que tenía con el arquitecto Ricardo Legorreta".

Luego de permanecer parte del día y toda la noche en Gayosso, el cuerpo será trasladado hoy al Palacio de Bellas Artes para el homenaje póstumo que se realizará a partir de las 10 horas. Posteriormente será incinerado.

Aunque ayer aún no se definía el destino final de las cenizas, Keller descartó que fueran a ser trasladadas a Guadalajara, ciudad natal del escultor: ''Depende un poco de las autoridades, no sé qué piensan hacer, pero no será llevado a Guadalajara".

Entre la infinidad de llamadas que recibió Marek Keller al difundirse la noticia de la muerte de Soriano, estuvo una de la embajada de Francia, país muy querido para el artista, donde residió varios años.

Otra llamada significativa fue la de Cristina Barrios, embajadora de España, cuyo Ministerio de Cultura le otorgó el año pasado el Premio Velázquez de Artes Plásticas. Recientemente el gobierno de ese país había anunciado que también le entregaría la Orden Isabel la Católica en grado de encomienda, una de las distinciones más importantes que otorga el rey de España.

De acuerdo con Marek Keller, la entrega se efectuará de manera póstuma.

Forjador de un camino a seguir

Por su parte, Sari Bermúdez añadió que ''no sólo estamos despidiendo al gran artista, al gran creador, sino también a un ser humano extraordinario. Desde hace 35 años tuve el placer de conocerlo. Recuerdo a un Juan generoso, afectuoso, sincero, simpático, realmente todo un personaje de la vida cultural mexicana y universal".

Entre quienes hicieron acto de presencia ayer en la funeraria estuvo Mercedes Iturbe, actual directora del Museo del Palacio de Bellas Artes, quien también sostuvo larga amistad con Soriano: ''Fue un contacto absolutamente extraordinario, no era sólo un hombre con una gran capacidad de amistad, de generosidad, sino alguien que representaba un camino a seguir en la orientación que él daba, relacionada con el arte; el arte fue su vida, el arte era lo único que le interesaba verdaderamente".

La residencia de Soriano en Francia coincidió con la estancia de Iturbe en ese país como directora del Centro Cultural de México, en París: ''Fue una experiencia fantástica, 10 años de convivencia, de vernos con mucha frecuencia, mínimo una vez a la semana".

Soriano, agregó, ''me abrió muchos caminos en el campo de la pintura. El regalaba libros, los libros eran también parte muy importante de su vida, y a sus amigos les regalaba libros que sentía que podían serles interesantes, que podían abrirles luces.

''También le debo reuniones con los amigos de ese periodo en Francia, con intelectuales, con artistas tanto franceses como latinoamericanos; la casa de Juan era una verdadera embajada, estaba siempre abierta para los amigos y los amigos generalmente era gente muy interesante."

-¿Cuándo fue la última vez que habló con él?

-El pasado diciembre. Después salí y cuando regresé empezó a estar muy delicado y ya no hablamos más. Conversamos mucho durante los festejos de sus 85 años, en agosto, y la apertura de su exposición en Bellas Artes. Ahora este pájaro ya voló para encontrarse con sus otros pájaros.

 
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