424 ° DOMINGO 5 DE FEBRERO DE 2006
 

La nueva mañanera, con escaso eco
Madrugar no basta

Alberto Nájar

Nació para revivir la experiencia de las conferencias de prensa mañaneras, que durante cuatro años permitieron a Andrés Manuel López Obrador marcar la agenda política del país. Pero La Otra Versión, como se llama el programa difundido en las madrugadas por Tv Azteca, ha sido un pálido reflejo de la estrategia. Quizá debiera aprenderse de los refranes populares: no por mucho madrugar, dice uno, amanece más temprano



Fotografía: La Jornada/Carlos Ramos Mamahua
Canal 13 de Televisión Azteca. A cuadro, Andrés Manuel López Obrador critica la lluvia de espots lanzada por sus contrincantes en la contienda presidencial.

"Vas a ver al candidato de la derecha más que a los Gansito Marinela", dice en referencia al abanderado del Partido Acción Nacional (PAN), Felipe Calderón Hinojosa. "Están como metiendo al mercado al osito Bimbo. Entre él y (Vicente) Fox tienen copada a la televisión".

Es martes, minutos después de las seis de la mañana. Capítulo nueve del programa La Otra Versión, contratado durante media hora al día en la televisora de Ricardo Salinas Pliego, feroz crítico del Partido de la Revolución Democrática (PRD).

Una decisión polémica resuelta pragmáticamente: el pleito del empresario, repite López Obrador a sus colaboradores, fue con Cuauhtémoc Cárdenas Sólorzano.

La Otra Versión inició transmisiones, a las seis de la mañana, el jueves 19 de enero, día que terminó la tregua publicitaria decretada por el Instituto Federal Electoral (IFE).

Se trata, explicó el tabasqueño, de evitar "la tentación de la censura y la manipulación" en torno a su campaña, además de responder a las críticas más comunes en contra del candidato como la comparación frecuente con el presidente de Venezuela, Hugo Chávez. "Estoy orgulloso de ser de Tepetitán Macuspana, Tabasco", dijo en la primera emisión.

En el fondo, sin embargo, el verdadero objetivo es revivir la experiencia de las conferencias de prensa de madrugada que durante cuatro años permitieron al entonces jefe de Gobierno capitalino marcar la agenda política nacional... Y de paso, escalar en las encuestas.

Una estrategia que, por lo menos hasta ahora, no ofrece los mismos resultados, pues durante las dos primeras semanas de transmisión, el rating del programa fue de dos puntos en promedio equivalentes, según la empresa Ibope, a una audiencia potencial de 760 mil personas.

Menos de 10% de la población de la ciudad de México.

Tampoco en los medios de comunicación se presenta el efecto deseado, pues a diferencia de las mañaneras, que eran reproducidas prácticamente en todos los espacios informativos, ahora el contenido de La Otra Versión apenas se ha mencionado en un par de portales de Internet y algunos diarios capitalinos.

El escenario alertó al equipo de campaña de la coalición Por el Bien de Todos, integrada por el PRD, Convergencia y el Partido del Trabajo (PT), donde el programa está sujeto a un estricto análisis que incluye la posibilidad de modificarlo por completo. "No cumplió con las expectativas", cuenta un integrante del círculo cercano al candidato.

Y es que La Otra Versión no es la mañanera, como tampoco es lo mismo Andrés Manuel sujeto a un proceso de desafuero ­cuando las conferencias de madrugada alcanzaron el nivel más alto de atención­ que López Obrador candidato a la Presidencia de la República.

"Ha hablado de temas clave, pero quizá porque ya es muy conocida su posición no genera noticia", explica Francisco Abundis, director asociado de la empresa encuestadora Parametría. "Es un experimento, hay que dejar pasar un tiempo para ver su impacto".


Fotografía: La Jornada/Carlos Ramos Mamahua

Mientras, el programa parece haber cumplido una parte de sus objetivos: generar polémica. Un par de días después de salir al aire, el candidato panista inauguró un espacio sabatino en la cadena Radio Fórmula que competirá por el rating con el programa del presidente Vicente Fox. "Va a estar más interesante", anunció el candidato del blanquiazul.

La primera emisión de Radio Futuro fue criticada por sus fallas técnicas y sobre todo por la ausencia, en el estudio, del candidato Calderón Hinojosa quien se comunicó por teléfono desde Mérida, Yucatán, durante algunos minutos.

El resto de la emisión fue una larga descripción biográfica del michoacano, aderezada con opiniones sobre su trayectoria política.

Al que madruga...

Este año, la batalla por la Presidencia de la República se librará fundamentalmente en los medios de comunicación, tal como ha ocurrido en los procesos electorales de la última década.

Y en ese terreno, López Obrador no es un improvisado. En enero de 2001, semanas después de asumir la jefatura del gobierno capitalino, el tabasqueño anunció su intención de convocar diariamente a una conferencia de prensa a las seis de la mañana, con el argumento de que en su administración se trabajaba diariamente y desde muy temprano.

En realidad, el objetivo de las conferencias era disputar el espacio en los medios al presidente Vicente Fox, quien por esos días se encontraba en la cresta de su popularidad tras derrotar al PRI y asumir la Presidencia.

De esta manera, al principio las conferencias mañaneras se enfocaron en la crítica cotidiana al Ejecutivo, estrategia que se modificó cuando el tabasqueño y sus asesores se percataron que el efecto en las encuestas era contrario al esperado.

Así, López Obrador declaró unilateralmente un cese al fuego y adoptó un discurso más positivo. "Amor y paz, mis respetos para el ciudadano Presidente", respondía a las preguntas que buscaban alguna crítica al Ejecutivo.

El cambio de rumbo, junto con los errores cometidos en Los Pinos ­la cancelación del proyecto del aeropuerto, la lujosa remodelación de la cabaña presidencial, por ejemplo­ mejoraron los números del tabasqueño. Y en este panorama, las conferencias mañaneras se volvieron fundamentales.

"En los portales de Internet se destacaban hasta tres notas con temas relacionados con el jefe de Gobierno", recuerda Francisco Abundis. "Que si el salario del Presidente, el Fobaproa, el cambio de horario... Tres de esas notas combinadas abarcaban buena parte de las noticias en el día".

Y sí. Cada madrugada, López Obrador opinaba sobre los temas del día anterior y proponía otros, mismos que eran reproducidos en los espacios informativos de la mañana, especialmente en la radio.

Así, antes del mediodía las declaraciones del jefe de Gobierno ya tenían respuesta, incluso del presidente Fox. En ese ping pong informativo la ventaja era para López Obrador: en la madrugada siguiente comentaba las reacciones a sus palabras y proponía temas nuevos, retomados en las horas siguientes por los distintos actores políticos que incluso trataron de imitar la estrategia del tabasqueño, con poco éxito.

Un ejemplo fue el entonces presidente del PAN capitalino, José Luis Luege Tamargo, quien convocó a conferencias de prensa diarias a las siete de la mañana para responder al jefe de Gobierno. Aguantó dos semanas.

Las mañaneras sirvieron para todo, desde quejarse por el vuelo nocturno de un mosquito que desveló al jefe de Gobierno ­esa vez, López Obrador bateó casi todas las preguntas­, sonrojarse por la visita de la secretaria del payaso Brozo, o anunciar su intención de vivir en Palacio Nacional después de ganar la elección de 2006.

Un tema calificado como banal por los críticos del funcionario, pero que sin embargo acaparó espacio en los medios durante una semana.

El resultado se mostró en las encuestas. En marzo de 2001, reveló Consulta Mitofsky, López Obrador tenía una calificación de 6.4 puntos; dos años después era de 8.1 %.

La tendencia alcista incluso se mantuvo durante la época de los videoescándalos, y se aceleró con el proceso de desafuero el año pasado.

Por esos días, el jefe de Gobierno alcanzó un nivel de aprobación de 84.2%, según los números de Mitofsky.

Fue el clímax de las mañaneras, que se mudaron al domicilio del tabasqueño. Hasta allá lo siguieron los medios, frecuentes las transmisiones en vivo y por satélite de las conferencias.

En julio del año pasado, López Obrador se despidió de la jefatura de Gobierno con una popularidad de 83.6%, veinte puntos más que el presidente Vicente Fox, cuya calificación fue de 58.7%.

Bella época. Hoy, esos números se extrañan en la casa de campaña del tabasqueño.

El segundo aire

Polémica. Es la palabra que mejor define a La Otra Versión.

La hay entre los adversarios del candidato perredista que aumentaron la inversión en los medios electrónicos para contrarrestar el madruguete.

Por ejemplo, en los primeros dos días de campaña el panista Felipe Calderón gastó siete millones 343 mil pesos en la difusión de 446 espots de radio y 50 anuncios en televisión, además del espacio sabatino en Radio Fórmula.

También hubo polémica en Televisa debido a la decisión de haber contratado el programa por la empresa de su competencia, la cual, por cierto, es uno de los medios que más ha criticado al perredismo.

Un día después que La Otra Versión salió al aire, el periodista Joaquín López-Dóriga cuestionó en su programa de radio la decisión del candidato. "A las seis de la mañana Tv Azteca tenía un noticiero en ese canal (el 13 de televisión abierta), no vendían ni estaba ese personaje (el Doctor Simi)", dijo cuando López Obrador explicó que habían buscado un horario con tarifa baja.

"Yo no sé si la gente se vaya a levantar a las seis de la mañana para ver propaganda política, quizá lo haga para un noticiero pero, en fin", añadió.

Hay polémica por el costo del programa: 20 millones de pesos por 115 capítulos de media hora cada uno; cinco mil 941 pesos el minuto.

Para algunos, como el candidato de Alianza por México, Roberto Madrazo Pintado, se trata de una negociación "sospechosa" con el dueño de Televisión Azteca, Ricardo Salinas Pliego, quien ha tenido serias diferencias con el secretario de Hacienda Francisco Gil Díaz, uno de los funcionarios más poderosos en la administración de Vicente Fox.

Madrazo acusó al candidato perredista de favorecer a la televisora al pagar una tarifa superior a la registrada ante el IFE. "Es una irregularidad que tiene sanciones, debe ser aclarada", advirtió.

En respuesta, Salinas Pliego resaltó la ignorancia del priísta. "No sabe diferenciar entre los infomerciales y los espots comerciales en ese horario y el horario estelar", dijo desde Suiza.

Paradójicamente, López Obrador presume de haber hecho un buen negocio al pagar una de las tarifas más bajas del mercado. "La televisión es más barata a esa hora", insiste.

Quien sabe si tiene razón, pero por lo pronto el programa mañanero también causó polémica en su equipo de campaña, inconforme con el resultado obtenido en las primeras semanas de transmisión.

Y es que el formato, se quejan algunos, no favorece al candidato, algo que se planteó tres días antes que el programa saliera al aire.

Durante una reunión en las oficinas de la agencia Detrás de la Noticia del periodista Ricardo Rocha, productor de la emisión ­a la que asistió el candidato perredista­, se sugirió usar el espacio para responder a las críticas de la campaña, pero no hubo eco a la propuesta.

El programa, dijo Rocha, debía tener un perfil pro activo y no reactivo. Al final López Obrador ­quien está orgulloso de La Otra Versión porque es una idea "que a nadie se le había ocurrido"­ avaló la decisión del periodista, aunque al paso de los días parece reconocer que el resultado no es el esperado.

La semana pasada López-Dóriga preguntó al candidato si en verdad se sentía cómodo con los programas "a modo", como sucede en Tv Azteca. "Me gusta más esto", respondió el tabasqueño, es decir, las entrevistas en tono crítico.

Como quiera que sea, en el equipo de López Obrador se dice que en un par de semanas se decidirá el destino de ese espacio. De seguir las cosas como van se le reservará para "otros fines" y ya no para la presencia del candidato los lunes y martes.

Por lo pronto, para "darle aire" se piensa en "filtrar" de cuando en cuando que el candidato dará un importante mensaje en ese espacio, aunque hasta ahora López Obrador ha dado sus principales anuncios en sus mítines o en el noticiero de Televisa.

Guardar los equilibrios, dirán algunos. Jugada clásica de política, añadirán otros.