Usted está aquí: sábado 4 de febrero de 2006 Opinión Tercer diálogo nacional

Miguel Concha

Tercer diálogo nacional

Hoy y mañana tiene lugar en el Sindicato Mexicano de Electricistas el tercer Diálogo Nacional por un Proyecto Alternativo de Nación con Justicia, Libertad y Democracia, conceptos sin sentido en el modelo económico y político que nos rige, pero que conservados en la memoria y la conciencia del pueblo, y transformados en luchas políticas, implican cambios profundos para el futuro del país. La independencia y dignidad nacionales, el rescate del espíritu libertario y justiciero de la Constitución de 1917, el respeto a la soberanía del pueblo, la democracia participativa, la protección de los derechos humanos integrales y una reforma del Estado desde abajo, son las causas de este importante espacio de articulación y definición para los actores de la resistencia popular contra el neoliberalismo en México.

El primero, al que asistieron 164 organizaciones y mil 700 participantes, tuvo lugar en el Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social, en noviembre de 2004. El segundo, en el que se aprobó un "Programa mínimo no negociable", como síntesis de las reivindicaciones más urgentes del pueblo de México, y en el que participaron 225 organizaciones sociales en todo el país, tuvo lugar hace un año en la sede del Sindicato de Trabajadores al Servicio del Estado en Querétaro. Esta vez, y luego de una serie de encuentros a escala estatal, regional y/o sectorial, en los que se discutieron el Programa mínimo y la Declaración de Querétaro, se espera un número de organizaciones y participantes aún mayor.

De hecho, el día de ayer se inauguró este diálogo con la recepción de tres caravanas que provenían de Chiapas, Michoacán y Jalisco, pasando por Oaxaca, Guerrero, Tlaxcala, Puebla, Morelos, Guanajuato, Hidalgo, Querétaro y el estado de México. En él se continuará el debate sobre el proyecto alternativo de nación, se acordarán estrategias para concretarlo, se caracterizará y valorará la actual situación nacional y, con base en un documento elaborado por las fuerzas convocantes (Frente Sindical Mexicano, Unión Nacional de Trabajadores, Promotora por la Unidad Nacional contra el Neoliberalsimo, Red Mexicana de Acción Frente al Libre Comercio, Movimiento Nacional Organizado Aquí Estamos, Servicios y Asesoría para la Paz, y Grupo Paz con Democracia), se discutirá un plan de lucha contra las reformas estructurales neoliberales, incluyendo la reforma a la Ley Federal del Trabajo y a la Ley del ISSSTE, así como la defensa de nuestros recursos naturales, de la industria energética, la seguridad social y las jubilaciones y pensiones.

Es importante subrayar que con madurez política, y dado el pluralismo existente en curso, que no debe ser aprovechando para dividir a las organizaciones y fracturar el movimiento popular, se acordó que al analizar la situación nacional se tenga en cuenta el proceso federal electoral y la otra campaña, pero únicamente como parte del contexto, sin el propósito de que el diálogo tome un acuerdo específico. En cambio sí se considerarán con ese objetivo las revisiones contractuales y salariales de este año y la actuación del Poder Legislativo en la aprobación del presupuesto, la discusión sobre la Ley y el Reglamento de Seguridad Nacional, así como las "reformas estructurales".

Ante la clara intención de profundizar en la aplicación de las políticas neoliberales, manifestada en el Pacto de Chapultepec, y frente al hecho de que ninguna de las ofertas partidarias plantea una ruptura de fondo con el modelo neoliberal, el Tercer Diálogo ratificará, sin embargo, su voluntad de avanzar en una unidad más allá de la coyuntura electoral, rechazando una vez más su continuidad y la imposición de todas las llamadas reformas estructurales. Para ello, en la primera sesión plenaria de este día se ratificará el Programa mínimo no negociable, en una nueva versión que recoge los contenidos de la Declaración de Querétaro, aprobados hace un año. En él se establece como criterio general recuperar y restablecer la soberanía de la nación, devolviéndole al pueblo la autoridad suprema para decidir el destino de nuestra patria, y restituyéndole a la nación la propiedad exclusiva sobre el territorio, los recursos naturales y las fuentes energéticas, cancelando al mismo tiempo todos los tratados comerciales y militares que lesionen los intereses del país.

Para ello se reclama, entre otras cosas, romper de manera definitiva con el modelo neoliberal, defender y fortalecer el sector público de la economía, revisar y cancelar la deuda externa adquirida por el gobierno en el rescate bancario y de carreteras, impulsar a la pequeña y mediana empresa en el campo y la ciudad, diseñar un sistema fiscal que suprima la evasión y grave más a los que más tienen, asegurar la autosuficiencia y soberanía alimentaria, construir ciclos industriales de producción nacional y desarrollar el mercado interno, defender la biodiversidad y poner en marcha un programa nacional de rescate del medio ambiente.

 
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