Usted está aquí: viernes 3 de febrero de 2006 Opinión PENULTIMATUM

PENULTIMATUM

La sapiencia de Onésimo

POR LA SAPIENCIA de quien afirma, comenzamos con la declaración de la semana: ''¿Problemas con quién? Gracias a Dios, yo no tengo quien me mande, más que el Papa. No he recibido ninguna remuneración por ser apoderado del torero Xavier Ocampo. El 'no matarás' no aplica para los animales. Todos, menos los vegetarianos, comemos animales muertos. Hay muchos que se dan golpes de pecho, pero bien que se los comen": Onésimo Cepeda, obispo de Ecatepec y en sus ratos libres promotor de toreros y de la candidatura del señor Madrazo.

EL MARTES PROXIMO debía reanudarse el juicio instaurado en un tribunal de Estambul contra Orhan Pamuk, uno de los escritores más conocidos de Turquía. Se le acusó de ''insultar la identidad nacional" y al ejército, al afirmar que en el territorio de su país fueron asesinados un millón de armenios y 30 mil turcos, pero que ''nadie se atreve a hablar de ello". Cuando se inició el juicio, Pamuk tuvo que ser protegido en el juzgado para evitar las agresiones físicas de los grupos ultraderechistas que se oponen a reconocer el genocidio armenio, llevado a cabo por el gobierno y el ejército turcos entre 1915 y 1917. Pero el escritor no se salvó, en cambio, de los insultos y abucheos. Sobre Pamuk pendía la amenaza de mandarlo tres años a prisión pero el poder judicial recurrió a una fórmula técnica para dar carpetazo al asunto. De esa manera desactivó una causa de inconformidad que crecía en los países de la Unión Europea, la mayoría de los cuales habían hecho saber que este caso era crucial para analizar si eran verdaderos los progresos democráticos exigidos a Turquía para iniciar las negociaciones que le permitirán en el futuro formar parte de dicha Unión. Pero sigue latente el peligro de que otros ciudadanos turcos, menos conocidos que el célebre novelista, sean enjuiciados en el futuro bajo el cargo de ''insultar a la identidad nacional", pues no ha sido suprimida la ley que dio pie al juicio contra Pamuk y contra otras voces críticas que exigen la democratización del país.

HACE DOS AÑOS, la actriz Evangelina Elizondo reveló que la Asociación Nacional de Actores (ANDA), era víctima de un cuantioso fraude vía la compra de medicinas para los socios de esa agrupación. Los precios que se pagaban por ellas eran mayores que los vigentes en las farmacias. Comentó también que el gremio artístico parecía no gozar de buena salud debido a la frecuencia con que cantantes, actores, bailarines y demás afiliados a la ANDA acudían en busca de asistencia médica y hospitalaria, lo que originaba cuantiosas erogaciones que repercutían en las finanzas de la agrupación. Se prometió entonces investigar a fondo lo del fraude citado, pero hasta hoy se desconocen los resultados obtenidos, mientras la ANDA atraviesa por su peor momento financiero y no sanan las heridas abiertas por el enfrentamiento entre algunos de sus más notables integrantes. Con el agravante de que ya no recibe, como en los tiempos del PRI, los favores del gobierno a cambio de apoyar a dicho partido en las campañas electorales.

 
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