ASTILLERO
Primero de diciembre
Destapes adelantadísimos
Optimismo zedillista
Nombres para apaciguar
EL PALCO PRINCIPAL del Estadio Universitario está de fiesta luego de que el puntero en la carrera presidencial de 2006 ha destapado con sorprendente precocidad al rector de la UNAM como posible encargado de la política interior, y consecuente precandidato natural al relevo de 2012 (futurismo desatado, tanto en el plano federal con esta fontana postulación prematura como en el propiamente universitario, donde los grupos ya velan armas pensando en la anunciada sucesión rectoril). Desde algún lugar del extranjero, Ernesto Zedillo (nombrable antípoda del salinismo) ha de estar celebrando también esta carta de intención del lopezobradorismo que permitirá al eje oficinesco Yale-San Luis Potosí ver el futuro político sin desánimo (apenas el pasado 26 del presente, en Davos, el ex presidente mexicano llamaba a los latinoamericanos en general, y en particular a sus paisanos, a sacudirse el pesimismo: ¡Goya, goya, cachún, cachún, etcétera!).
POR LO PRONTO, de un golpe declarativo en televisión, el estadista que no piensa en la siguiente elección sino en la siguiente generación de candidatos se ha embolsado el capital electoral del políticamente coqueto siquiatra que el país podría ver en Bucareli atendiendo males de mente y seis años más tarde en la silla ejecutiva de Palacio Nacional (la patria en un diván, los funcionarios agrupados en un gabinete médico, acuerdos presidenciales junto a un cronómetro que marcará el término de los minutos disponibles para cada consulta: del Prozac recetado al presidente recetante, con un paréntesis tropical intenso).
DE LA FUENTE es considerado por muchos mexicanos como un personaje público mesurado que logró paz en un campus que tomó candente (negociando, entre otros grupos, con el bando pinolero del perredismo presupuestal que ha ido escalando posiciones para bien de sus integrantes a cambio de mediatizar protestas y movimientos que no encajen en la redituable lógica del "proyecto" del doctor De la Fuente y su izquierda domesticada). Impedido de participar en los comicios en curso por la dictadura de los partidos, De la Fuente ha sido un chorrito de crecimientos disparejos (hoy parece grandote, pero es chiquito) que ha sido usado nocturnamente por López Obrador para instalarse con un solo impacto en la discusión sobre lo que hará como presidente (y ya ni siquiera sobre si llegará o no a ese cargo) y que le quitará presión de aspirantes aparentemente naturales a Gobernación, como sería el cada vez menos refulgente Manuel Camacho, a quien podría estársele reservando, conforme a deseos expresados por él mismo, la Secretaría de Educación Pública.
LOS OTROS DOS nombres de posibles colaboradores que dio a conocer el candidato redista-perredista suscitaron también buenos comentarios. José María Pérez Gay, enfilado hacia Tlatelolco, conoce de política exterior -su más reciente encargo diplomático fue como embajador en Portugal de la actual administración-, tiene una sólida reputación intelectual y, apenas llegado de Lisboa, ha dedicado su tiempo y conocimientos a la causa lopezobradorista como asesor del jefe de Gobierno y, ahora, del candidato a la Presidencia. El desastre sin precedente de la diplomacia foxista (a los estropicios de Jorge Castañeda siguió el periodo peligrosamente pedestre y rupestre de Luis Ernesto Derbez) requiere una reformulación inteligente, moderna y patriótica, y en tales terrenos la participación de Pérez Gay parece acertada. Rogelio Ramírez de la O, por su parte, tiene la formación profesional, las cartas de presentación y los contactos nacionales e internacionales en el mundo del dinero como para sugerir tranquilidad a los inversionistas y empresarios a quienes asustasen las posturas declarativas de quien finalmente busca ser entendido en esos ámbitos quisquillosos como el Globalifílico (¡ah, pillín zedillín!) de Metlatónoc.
DOS ULTIMAS REFLEXIONES antes de dejar el tema: de los tres principales candidatos entrevistados por Joaquín López Dóriga en el noticiario nocturno de Televisa, el redista-perredista fue quien mejores resultados obtuvo (Madrazo se enredó en el "respeto a la ley" ante preguntas difíciles, lo que pareció empatar su imagen con la de Carlos Salinas y su aferramiento a la "política ficción"; Calderón tuvo un desempeño mediocre -es decir, de calidad media- y, aunque reforzó su voto duro al hablar abiertamente contra los matrimonios de homosexuales y la píldora del día siguiente, provocó reacciones adversas dentro de cierto panismo menos conservador que ya se está manifestando en actos de campaña). El resultado neto de la comparecencia del ex jefe de Gobierno ante las cámaras de Televisa fue su colocación en el ánimo público como clara opción de gobierno que ya está decidiendo sobre el primero de diciembre y no sobre el 2 de julio (ese planteamiento no fue opacado ni siquiera por la referencia del candidato a circunstancias de Jesús que parecería estar acomodando el tabasqueño a su propia circunstancia: Jesús de Nacajuca o Andrés de Nazaret). En segundo término, con la mención de tres posibles colaboradores enfilados a carteras estratégicas (Gobernación, Relaciones Exteriores y Hacienda) López Obrador pareciera estar reforzando la esperanzada convicción de muchos de sus seguidores de que no repetirá errores como los que llevaron a Gustavo Ponce y a René Bejarano a cargos clave del gobierno capitalino y que, a pesar de estar recogiendo en estos momentos desechos de otros partidos, oportunistas y corruptos muchos de ellos, tendrá en su momento la fuerza suficiente para haberlos utilizado en el camino rumbo al poder pero también para deshacerse de ellos o, cuando menos, no darles espacios fundamentales que pudieran significar en los hechos una operación política contraria al discurso de campaña.
Y, MIENTRAS EL presidente de la Suprema Corte Familiar, licenciado Bricente Biesca, se empeña en dictar absoluciones aunque el asuntito de los hijastros negociantes sigue vivito y coleando, ¡hasta mañana!
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