Usted está aquí: miércoles 1 de febrero de 2006 Economía Viable, usar reservas para pagar deuda, afirma Ortiz Martínez

Los pasivos con el exterior, en mercados internacionales, banca privada, BM y BID

Viable, usar reservas para pagar deuda, afirma Ortiz Martínez

La decisión debe ser tomada por el Ejecutivo y el Congreso

Debe generarse un espacio presupuestal para que el gobierno federal compre las reservas sin recurrir a endeudarse, dice

ROBERTO GONZALEZ AMADOR

México está en condiciones de utilizar la reserva internacional de divisas, que este martes alcanzó una nueva marca histórica de 69 mil 609 millones de dólares, para liquidar la deuda externa contratada por el gobierno federal, confirmó este martes Guillermo Ortiz Martínez, gobernador del Banco de México (BdeM).

''Creo que México bien puede utilizar una parte de sus reservas para el pago de la deuda externa'', que en diciembre pasado fue de 67 mil 365.4 millones de dólares, menor a los activos internacionales acumulados por el país, planteó el gobernador del banco central en una conferencia de prensa.

En los últimos dos meses los gobiernos de Brasil y Argentina cancelaron por anticipado sus deudas con el Fondo Monetario Internacional (FMI), en operaciones que trajeron nuevamente a debate el impacto del pago de la deuda sobre las finanzas de los países en desarrollo.

México no tiene actualmente ninguna deuda contratada con el FMI; sus pasivos con el exterior están colocados sobre todo en los mercados internacionales de capital, con la banca privada y otros organismos financieros multilaterales como el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo.

Ortiz Martínez manifestó que la decisión de emplear la reserva internacional para reducir el endeudamiento externo del gobierno federal debe ser tomada de manera conjunta por el Ejecutivo y el Congreso.

''Para pagar la deuda se debe generar primero un superávit fiscal, con el fin de que esos recursos sean empleados para comprar las reservas'', añadió. ''Es el Congreso el que puede claramente decretar el superávit'', planteó.

Según el esquema sugerido, los pesos generados de superávit fiscal -que es la diferencia entre los ingresos y el gasto públicos- puede ser utilizado para retirar un monto equivalente de dólares de la reserva y emplearlos para liquidar con recursos propios la deuda contratada en el exterior.

''La condición para pagar la deuda con reservas es que se genere un espacio presupuestal, para que el gobierno federal adquiera esas reservas sin recurrir a la contratación de deuda. No se trata de sustituir un pasivo con otro'', abundó.

La reserva de divisas del banco central está invertida sobre todo en bonos del Tesoro estadunidense, que ofrecen una tasa menor a 5 por ciento anual, más baja que la de casi 8 por ciento pagada por los Certificados de la Tesorería de la Federación, los bonos del gobierno mexicano negociados en el mercado local de deuda. La diferencia entre ambas tasas es el costo que debe pagar el banco central por la acumulación de esas reservas.

Liquidar anticipadamente la deuda externa tiene sentido si se plantea como opción para acotar el pago de acumulación de reservas y ahorrar en la liquidación de intereses por el endeudamiento con el exterior.

En 2005, según datos de la Secretaría de Hacienda, el gobierno federal pagó intereses de la deuda externa por 7 mil 82 millones de dólares.

''El pago de la deuda utilizando las reservas (de divisas) tendría que pasar por el Congreso porque es la instancia que puede decretar un superávit fiscal suficiente para ser utilizado en la compra de reservas para el pago de deuda'', abundó.

La barrera del 3 por ciento

En la conferencia de prensa, el gobernador Ortiz Martínez estimó que la economía crecerá este año a una tasa anual de ''entre 3.2 y 3.7 por ciento'', un avance marginal respecto del incremento registrado en 2005, que calculó en 3 por ciento.

Estimó que la inflación general repuntará este año a un ritmo de entre 3 y 3.5 por ciento, luego de que en 2005 creció 3.3 por ciento.

Guillermo Ortiz consideró que la elección general de julio próximo, cuando se renovará la Presidencia y las dos cámaras del Congreso, no representa por ahora un factor de incertidumbre para los agentes económicos.

''Tomando como base que el proceso se conduzca por los caminos legales veo un riesgo político bajo'', añadió.

 
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