Usted está aquí: miércoles 1 de febrero de 2006 Cultura Alfareros popolocas preservan técnica precolombina para trabajar el barro

ENTREGA DE PREMIOS NACIONALES

Alfareros popolocas preservan técnica precolombina para trabajar el barro

Crean el material bruñido más fino del país, mediante la manufactura de jarras, cántaros y cazuelas

Mujeres y hombres venden sus artesanías en ferias de varios estados

FABIOLA PALAPA QUIJAS ENVIADA

Ampliar la imagen Artesanas popolocas de Los Reyes Metzontla, Puebla, premiadas en la categoría de artes y tradiciones populares, galardón que comparten con el tejedor de rebozos Evaristo Borboa y el músico huapanguero Fortunato Ramírez Foto: Roberto García Ortiz

Los Reyes Metzontla, Pue. En la comunidad de Los Reyes Metzontla, cuyo nombre significa lugar de magueyes secos, donde muy pocos habitantes hablan ya el popoloca o nguiwa, las manos de hombres y mujeres mantienen viva la tradición prehispánica de elaborar artesanías de barro.

El poblado se ubica a 37 kilómetros de Tehuacán, Puebla, y a 16 del municipio de Zapotitlán Salinas. Los artesanos se encuentran cerca de un valle y un jardín botánico de especies cactáceas, donde el color de la tierra les ha ayudado a subsistir, debido a que la producción agrícola sólo es de autoconsumo.

Artesanas y artesanos alfareros popolocas, quienes crean el barro bruñido más fino del país, recibieron ayer el Premio Nacional de Ciencias y Artes 2005, en la categoría de artes y tradiciones populares.

En medio de la Mixteca poblana, creadoras y creadores van formando su destino, aunque sus rostros reflejan el esfuerzo que implica trabajar el barro.

Los habitantes de Los Reyes Metzontla sólo venden sus piezas de barro en ferias y exposiciones, así como en los concursos de adquisición, organizados cada año por el Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías (Fonart), que compra las artesanías a precios bastante económicos.

Silvia Medina Hernández, al igual que cientos de mujeres popolocas, se inició en la alfarería desde su infancia. ''Tenía 12 años cuando empecé a ayudar a mi mamá; ahora llevo 33 años trabajando", dice.

Valor estético

El barro en manos de los habitantes de Los Reyes Metzontla adquiere un valor estético. Los modelos de vasijas que elaboran son diversos: jarras, cántaros, cazuelas, tazones y apaxtle para el mole.

Silvia recordó que siempre han creado piezas tradicionales: ''se hacían ollas, comal, apaxtle; lo rústico, lo antiguo, lo prehispánico". Pero el Fonart les sugirió que realizaran fruteros con figuras de animales. ''Nos dio ideas y empezamos a sacar figuras diferentes de lámparas, macetas y alcancías", señaló la artesana.

La técnica de producción es prehispánica. Primero buscan el barro para mezclarlo con harina y agua, luego lo ponen a secar durante cinco días, después se bate con agua. Posteriormente lo dejan reposar 15 días hasta que se ponga claro y suavecito para revolverlo con talco. Con el barro preparado comienzan a elaborar las piezas.

Las mujeres comentaron que el barro sólo se quiebra con el sol; por eso es importante utilizar el talco que extraen de la peña, piedra de la región, que se pulveriza.

''El proceso es largo porque hacemos la pieza y componemos la figura; al otro día refinamos y al siguiente le ponemos el brasero y dejamos secar al sol; después de esos tres o cuatro días volvemos a refinar y empezamos a pulir para buscar el color de la pieza", explicó Silvia Medina.

Después de una hora empieza a salir el brillo y en dos horas acaban de pulir. El siguiente paso es preparar el horno para cocer las piezas por cuatro horas; la temperatura es de 800 grados. La destreza que tienen las mujeres para fabricar los objetos con las manos es impresionante, al final presentan obras de forma redonda sin necesidad de utilizar el torno.

Cada artesana crea sus propios diseños; en algunos llegan a grabar nombres o lugares. Entre los objetos que se encontraban en la casa de la familia Medina Hernández, había una lámpara con el nombre de Vicente Fox Quesada, con la idea de entregársela en la ceremonia de premiación.

Debido a sus precarias condiciones económicas, mujeres y hombres venden sus artesanías en las ferias de Tlaxcala, Oaxaca, Guerrero, Michoacán, estado de México, Puebla y la ciudad de México; estas dos últimas urbes representan la mayor parte de sus ingresos.

Elaboración por encargo

Silvia Medina, quien debe trabajar para solventar los estudios de sus tres hijos, hace 12 años exportó sus piezas a Houston, Texas, pero no logró las ventas que deseaba. ''Ya no volvimos después." Ahora la mayoría de sus objetos los hace por encargo y para las ferias.

''Es el único trabajo con el que nos podemos mantener, porque si el muchacho o la muchacha tienen que salir a trabajar lejos, entonces nos quedamos para hacer esto. Otro problema es que la carretera nos queda lejos y algunas se quiebran durante el trayecto por la terracería."

Los alfareros que no pueden llevar sus piezas a las ferias esperan el concurso de Fonart para obtener un ingreso por su trabajo, ya que es la única forma de sobrevivir.

Este año participaron sólo 200 artesanos porque la convocatoria fue emitida con pocos días de antelación. El concurso en el que los habitantes ofrecen sus piezas al organismo dura sólo tres días: el de la inscripción, luego la calificación y por último se entregan los premios a 50 personas. El galardón especial fue para Gemima Flores.

A la ceremonia de los Premios Nacionales de Ciencias y Artes asistió un comité de 10 personas en representación de la comunidad alfarera de Los Reyes Metzontla. El premio, que entregó el presidente Vicente Fox, consiste en una medalla de oro, diploma y 500 mil pesos de apoyo para proyectos de producción.

Los ganadores todavía no saben en qué invertirán ese apoyo económico, pero están seguros de que con él se beneficiará a toda la comunidad para no perder la tradición de la alfarería.

 
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