Usted está aquí: lunes 30 de enero de 2006 Opinión MEXICO SA

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Carlos Fernández-Vega

Poco crecimiento y menos progreso, saldo del neoliberalismo

Divulga la Cepal estudios sobre el fracaso de un modelo que no inquieta a los candidatos

Ampliar la imagen En los últimos 15 años las políticas neoliberales en América Latina han llevado a la combinación de un crecimiento lento y una desigualdad persistente, que generaron pobreza crónica e insatisfacción social, reconoce la Cepal Foto: La Jornada

EN EL DISCURSO OFICIAL -tanto en México con en el resto de naciones latinoamericanas- suele justificarse la carencia de crecimiento económico a la falta de "reformas" estructurales. Sin las segundas, sostiene, el primero no será suficiente o, de plano, brillará por su ausencia.

EN LAS ULTIMAS dos décadas, los distintos gobiernos de América Latina -los mexicanos, de manera destacada- no han dejado de "reformar" estructuralmente sus respectivas economías, siempre en el marco del llamado Consenso de Washington, y los resultados han sido desalentadores, por decirlo suavemente, con un creciente costo social.

AUN ASI INSISTEN en las "reformas" y no cejan en su empeño por concretarlas. En este contexto, la Cepal ha presentado dos estudios que analizan los últimos 15 años de "reformas" económicas permanentes en América Latina, y el balance no es positivo.

EL PRIMERO DE ellos (Reformas para América Latina después del fundamentalismo neoliberal, de Ricardo French-Davis, asesor regional principal del organismo), subraya que en el transcurso de la última década y media la región ha llevado adelante profundas reformas económicas, las cuales, en general, han sido moldeadas por una modalidad específica y excluyente de capitalismo, y enmarcadas en el planteamiento de que existe sólo una forma eficaz de avanzar hacia una economía de mercado; una fórmula única, supuestamente adecuada para las más diversas realidades. Es lo que se ha denominado Consenso de Washington.

EL ENFOQUE predominantemente neoliberal, que se aplica por muchos de los "reformadores" en estos 15 años "explica en medida considerable los desilusionantes resultados alcanzados en lo concerniente al crecimiento y la equidad. El bajo crecimiento del producto interno bruto, la aguda inestabilidad de la macroeconomía real y la inequitativa distribución del ingreso resultante, han sobrepasado con holgura los resultados positivos. Entre ellos destacan una caída notable de la tasa de inflación, la disminución de los déficit fiscales y el dinamismo de las exportaciones. Sin embargo, no obstante esos avances, en 2005 (en comparación con 1990), el latinoamericano promedio ha perdido terreno en la lucha del mundo por progresar y proveer más equidad. En efecto, en 2005 su ingreso promedio está más distante del bienestar económico de los ciudadanos de los países industrializados y de otras economías emergentes que lo que estaba en 1990, al comienzo de las reformas neoliberales más intensas. A su vez, ese rezagado ingreso promedio involucra una distribución notablemente más regresiva que en las economías desarrolladas y en las de Asia Oriental''.

SI BIEN LAS "reformas" han permitido alcanzar algunos avances, "existe desilusión por los resultados obtenidos en lo concerniente al crecimiento y la equidad", y han provocado dramáticos cambios en la importancia relativa del Estado, cuya esfera de acción se vio disminuida, en medio de la desregulación, las privatizaciones masivas y el repliegue de la inversión y del gasto públicos, para abrir más espacio a la actuación de los agentes privados. "Todo esto se hizo con el objetivo de mejorar el entorno para las actividades productivas y obtener un crecimiento sostenible más elevado del PIB". Sin embargo, lejos de ello, el balance de las "reformas" deja también una serie de fracasos, especialmente en términos de crecimiento sostenido y equidad.

ES ASI, SOSTIENE, como entre 1990 y 2004 el PIB por habitante en América Latina apenas aumentó, amén que en los 15 años después de 1990 los salarios registraron un promedio inferior al de 1980. El número de personas sumidas en la pobreza era más alto y los coeficientes de inversión eran tan bajos como en la década de los ochenta. A ello se suma una notoria ausencia de rendición de cuenta por las decisiones tomadas. "Se han cometido impresionantes errores en el diseño de las reformas, a los que se agrega una débil capacidad para reconocer fracasos y corregirlos en forma oportuna".

EL SEGUNDO (Hacia nuevas políticas sociales en América Latina, de Andrés Solimano, asesor regional, División de Desarrollo Económico de la Cepal) subraya que en las dos últimas décadas el crecimiento económico de la región ha sido bajo y volátil. De hecho, el crecimiento anual del ingreso per cápita fue aproximadamente de medio punto porcentual en el periodo 1980-2004 y se estima que en el 2002 unos 220 millones de personas (44 por ciento de la población) vivían por debajo de la línea de pobreza. "El insatisfactorio desempeño económico y escaso progreso social que ha exhibido la región ponen en duda la efectividad de las políticas económicas y sociales puestas en práctica por las autoridades nacionales, que en los últimos 15 años, aproximadamente, han estado inspiradas por los principios del Consenso de Washington".

A PESAR DE QUE oficialmente la reducción de la pobreza fue prioritaria en la última década, la combinación de crecimiento lento y desigualdad persistente generó pobreza crónica e insatisfacción social. "En general, la reducción de la desigualdad de ingresos y riqueza, así como el fomento de la participación y habilitación populares, entre otros objetivos sociales, no han sido prioritarios en las políticas. La apuesta a una estrategia de reducción de la pobreza impulsada por el crecimiento arrojó resultados insatisfactorios en la mayor parte de los países de América Latina, quizás con la excepción de Chile hasta la segunda mitad de la década de 1990; sólo países que presentan un crecimiento muy rápido y sostenido, China e India, pueden enorgullecerse de una real superación de la pobreza por segmentos de su población, algo que no ha sucedido en la mayor parte de América Latina en los últimos 25 años".

PARA EL CASO mexicano vale la pena considerar ambos análisis, porque de manera abierta los tres principales candidatos a la Presidencia de la República ya pintaron su raya: el modelo económico (el de los resultados descritos) no se mueve.

Las rebanadas del pastel:

EN SANTIAGO DE CHILE el inquilino de Los Pinos aparentemente resumió cinco años de gobierno: "...después me depositaron en un Mercedes Benz, me pusieron en el asiento de atrás y con todo y eso pude echar una siesta" (Vicente Fox en la Cepal, 26 de enero, 2006).

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