Usted está aquí: viernes 20 de enero de 2006 Política De pesadilla, el inicio de campaña de Calderón

Falta de interés en Iztapalapa y división panista en El Toreo

De pesadilla, el inicio de campaña de Calderón

El repudio al líder de AN en el Edomex opacó su discurso

CLAUDIA HERRERA Y ALONSO URRUTIA

Desde el primer día de su campaña presidencial, Felipe Calderón intentó desafiar al perredismo en Iztapalapa, pero apenas reunió a un escaso auditorio, y en el estado de México se encontró con una militancia dividida que prodigó rechiflas e insultos al dirigente estatal y comenzó a abandonar El Toreo en plena intervención del abanderado blanquiazul.

La silbatina se prolongó durante cinco minutos. Los gritos de ''¡fuera, fuera!'' impidieron que se escuchara el discurso del dirigente panista del estado de México, Francisco Gárate, ante la sorpresa del candidato, que esbozaba una sonrisa nerviosa.

No fue fácil el inicio de sus actividades proselitistas, aunque sí trazó la que será su bandera de campaña: presentarse como el candidato de las ''manos limpias''. En el IFE entregó su declaración patrimonial, cuyo monto -incluido lo que pertenece a su esposa, Margarita Zavala- asciende a 8 millones 803 mil 855 pesos.

Además, ofreció renunciar a su derecho al secreto bancario para que el IFE pueda conocer los movimientos financieros realizados en todas sus cuentas personales. Y sin mencionar a su contrincante del PRI-PVEM, Roberto Madrazo, hizo referencia a sus bienes y dijo que él no disfruta de ''casas en Miami, París o Houston''.

Para retar al perredismo, Calderón Hinojosa arrancó su gira proselitista en territorio gobernado por ese partido, en el populoso barrio de Santa María Aztahuacán de la delegación Iztapalapa, y ahí no perdió oportunidad para criticar la gestión de su otro contrincante, el ex jefe de Gobierno capitalino Andrés Manuel López Obrador.

Comilona despreciada

En un campo de futbol llanero se organizó una comilona con chilaquiles y frijoles, pero los panistas lograron reunir sólo a la mitad de las mil 500 personas que esperaban congregar. ''Reservamos más lugares para que cupieran todos'', argumentaba Jorge Lara, diputado local y coordinador de la campaña en el centro del país, mientras señalaba decenas de mesas vacías.

Para llenar el lugar el PAN echó mano de sus huestes en el Distrito Federal y hasta de entidades como Puebla y estado de México. La delegación Miguel Hidalgo también invitó a locatarios de los 18 mercados de la demarcación. ''Venimos porque ha habido buenos apoyos de la delegación, que es panista'', comentaba Itzel Vélez, comerciante de Tacuba.

Algunos vecinos platicaban que llegaron atraídos por la promesa del reparto de souvenirs. ''Oiga, regálenos una gorra'', exclamaba una mujer cuando cruzaba en medio de la valla de jóvenes panistas que aguardaban al candidato y que también repartían playeras.

Por la escasa concurrencia, los organizadores prefirieron retrasar media hora la llegada de Calderón, en espera de que acudiera más gente. A las nueve de la mañana, ataviado con una elegante chamarra de piel y acompañado por su coordinadora política, Josefina Vázquez Mota, y el ex senador perredista Demetrio Sodi, Calderón se integró al convivio.

''Quiúbole, ¿cómo están?'', exclamaba en su recorrido por algunas mesas, mientras el presidente local del partido, Carlos Gelista, se enorgullecía de que ese era un ''día histórico'' para el PAN.

Felipe Calderón no entusiasmó aun cuando prometió que aplicará mano firme para poner ''a raya a la delincuencia'' y que su partido rescatará a la ciudad de México ''del mal gobierno''.

Mientras el michoacano insistía en los errores de los gobiernos perredistas, las mujeres que repartían la propaganda se acercaban a las mesas a regalar las playeras y banderas que habían sobrado, pero a esas alturas a pocos les interesaban. ''Fallaron los animadores'', decían los panistas para justificarse. El abanderado blanquiazul fue despedido por un grupo de porristas juveniles que gritaban: "El que no brinque es Peje, el que no brinque es Peje'', pero sólo ellos saltaban.

En su apretada agenda, el abanderado panista se dio tiempo para recibir y comprometerse a apoyar a un grupo de artistas españolas que se oponen a la violencia contra las mujeres y manifestar su solidaridad con la periodista Lydia Cacho -que acudió-, víctima de persecución judicial por haber denunciado una red de pederastia.

Después, interrogado sobre las encuestas, comentó: ''Era previsible que saliendo de la escena pública (con la tregua decretada por el IFE), el candidato con menor reconocimiento de nombre tiene menor posibilidad de ser recordado por la población, pero esto se cura con una campaña electoral; estoy en una posición claramente competitiva''.

Sin embargo, sostuvo que aun en la encuesta donde está ubicado más abajo, ''ya estamos colocados por arriba de 30 por ciento, que era un objetivo previsto para marzo. Siendo el último en llegar al escenario y con el menor reconocimiento, me parece positivo''.

De acuerdo con el documento entregado sobre su situación patrimonial, posee una casa en Las Aguilas, con valor de 4 millones de pesos, y un predio contiguo valuado en 2.5 millones; un terreno rústico en Ayapango, estado de México, de 60 mil pesos. Posee un Golf 1993 y una camioneta Ford Windstar de 240 mil pesos; cuatro cuentas en bancos nacionales, que suman 265 mil 495 pesos y una más en el Bank of America por 14 mil 988 dólares que, sumados con otros bienes, arrojan un total de 5 millones 58 mil 521 pesos. Su esposa tiene cinco cuentas cuyo monto total suma 887 mil 372 pesos, que sumados a otros bienes asciende a 3 millones 445 mil 364 pesos.

Silbatina en Cuatro Caminos

Los seguidores de Calderón esperaban borrar la desangelada incursión del candidato en Iztapalapa con un mitin en Naucalpan, en El Toreo de Cuatro Caminos. A su llegada se encontró con 15 mil personas, la fuerza azul del estado de México, que recibió como obsequio bolsas con refresco, torta de jamón y naranjas.

Acompañado por su ex adversario en la contienda interna Santiago Creel, del dirigente del PAN nacional, Manuel Espino, y por su familia, Calderón vio cómo los asistentes ondeaban banderas panistas.

Había señales de que el panismo se iba a reivindicar, pero cuando el dirigente local del partido comenzó a dar su mensaje recibió rechiflas e insultos. ''Buuuu, buuuu. ¡Fuera, fuera!'', exclamaban molestos los militantes. Gárate no se arredró y continuó recordando que ese coso era representativo del panismo, porque ahí habían ido otros candidatos como Manuel J. Clouthier, Diego Fernández de Cevallos, Vicente Fox y ahora Calderón.

Pero poco se entendía el mensaje entre los silbidos y los gritos. ''Cállate'', exclamó un joven, mientras otro grupo intentaba ocultar el problema gritando ''Calderón, Calderón''.

Gárate, que ya había sido destituido en una ocasión y que es cuestionado por sus decisiones en el reparto de candidaturas, apenas alcanzó a decir que el PAN representa a los demócratas de México.

Calderón intentó calmar los ánimos y pidió apoyo a los mexiquenses, al señalar que en esa entidad se va a decidir la Presidencia de la República. En este ambiente de división prometió que su candidatura reunirá a los mexicanos más allá de siglas y de credos. ''Habrá creyentes y no creyentes, católicos, protestantes, judíos''.

Se refirió a Vicente Fox como el ''gran líder de la transición democrática'' y prometió dar continuidad a programas de este gobierno, como Oportunidades y el Seguro Popular, y llevarlos más allá para asegurar un seguro médico universal para niños.

Pero a la mitad de su discurso los asistentes comenzaron a vaciar la parte media de El Toreo. ''De por sí el estado de México es muy frío y con ese discurso...'', comentaba uno de los militantes, mientras los calderonistas no ocultaban su congoja.

 
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