Usted está aquí: viernes 20 de enero de 2006 Opinión PENULTIMATUM

PENULTIMATUM

La concordia del Opus Dei

SEGUN LOS DIRIGENTES del Opus Dei, hay motivos suficientes para emprender acciones legales contra los productores de la película El código Da Vinci. Sin embargo, no lo harán pues lo único que desea esa institución es la paz. Así lo señala Marc Carroggio, encargado de prensa internacional del Opus Dei, quien estima que no son tiempos de ''sembrar discordia entre personas, países y religiones, sino de promover la concordia". El adulto que vea la citada película o lea el libro, añadió Carroggio, sabrá distinguir entre realidad y ficción, y que el volumen y el filme son una ''manipulación de la historia". Basada en el best seller del escritor Dan Brown, la cinta protagonizada por Tom Hanks y Audrey Tautou será, según el semanario Newsweek, el gran suceso de este año, el más comentado y el mayor éxito taquillero de la productora Sony-Columbia, que espera estrenarla en mayo próximo.

PARA EL VOCERO del Opus Dei, ambos productos ofrecen un retrato ''odioso" de la institución fundada el siglo pasado por el español Joaquín Escrivá de Balaguer, con la agravante de que presentan a la Iglesia como ''una banda de delincuentes que durante dos mil años ha estado dispuesta a todo con tal de esconder una gran mentira". Sin embargo, añade, al final de cuentas ese ''retrato odioso" se ha convertido en publicidad para la poderosa e influyente organización eclesial que hoy cuenta con 80 mil afiliados en el mundo. Prueba del éxito de esa publicidad negativa es que tras las ventas millonarias del libro más de un millón de personas en Estados Unidos han consultado la página web de la organización, algo jamás visto. Pero en realidad, la declaración de paz, el llamado a la concordia del Opus Dei tiene otro motivo: cuando apareció el libro de Brown, se inició con la bendición del Vaticano una campaña para desacreditarlo pidiendo a los católicos que no lo compraran. Gracias a ello en apenas dos meses las ventas del El código Da Vinci aumentaron 30 por ciento en los países donde son mayoría los que dicen profesar el catolicismo.

DE LO PERDIDO lo que aparezca es el lema que guía a un grupo de diputados de Quintana Roo que se aprestan a visitar el taller que el escultor Sebastián tiene en la ciudad de Puebla. Como hemos informado oportunamente, gracias a su amistad con el anterior gobernador de esa entidad, Joaquín Hendricks, el artista de Chihuahua obtuvo apoyo para realizar la más importante obra escultórica-cultural del sureste: el Monumento al Mestizaje. De dimensiones colosales, estaría enclavada en la bahía de Chetumal y tendría un costo de 300 millones de pesos, de los cuales 100 fueron entregados por el ex gobernador. Pero Sebastián no volvió a visitar Quintana Roo desde que su amigo Hendricks terminó su sexenio en medio de diversas acusaciones por mal manejo del erario y enriquecimiento inexplicable (hoy colabora en la campaña electoral del licenciado Madrazo). Los diputados y la ciudadanía quieren saber dónde quedaron esos 100 millones de pesos. Lo ideal, dicen, es que regresen a las arcas públicas.

 
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