Usted está aquí: viernes 20 de enero de 2006 Opinión El strip-tease del PAN

Gabriela Rodríguez

El strip-tease del PAN

Creo que soy la única feminista y defensora de los derechos sexuales que celebra el nombramiento de Ana Teresa Aranda al frente de la Secretaría de Desarrollo Social en sustitución de Josefina Vázquez Mota. Para mí, el cambio de mando entre dos funcionarias que continuamente se han opuesto a los derechos de las mujeres y de los jóvenes no es trascendental en términos programáticos, pero sí es funcional para desnudar el conservadurismo del Partido Acción Nacional. Apostaría que no habrá grandes diferencias en la política social en lo que queda del sexenio, sino "más de lo mismo"; ya lo dijo la secretaria recién nombrada: "Vete tranquila: habrá continuidad del proyecto".

Se trata de una escena de strip-tease, que bien puede abrir los ojos a quienes no se habían dado cuenta de que debajo de esos delgados velos libertarios con que se disfrazan los líderes del PAN hay un cuerpo que desde 1939 no abandona sus bases cristeras ni su lucha contra la educacion socialista y laica; hay una mona de trapo que sigue sometida a las regulaciones de los jerarcas de la Iglesia Católica Romana, y actualmente hay un títere que sólo cambió de vestuario para seguir los dictados de la más costosa moda del siglo XXI: la del Partido Republicano de Estados Unidos.

Al menos cinco principios son similares en el Partido Republicano y en el PAN. ¿Quién ha defendido con mayor entusiasmo la libertad de empresa, la reducción de impuestos, el adelgazamiento del Estado benefactor, el valor del matrimonio perpetuo y el derecho a la vida desde el momento de la concepción? La respuesta no es fácil, pero creo que ha sido George W. Bush; aunque, si lo pienso con detenimiento, bien podrían ser Josefina Vázquez Mota o Carlos Abascal, o el tan nombrado recientemente Felipe Calderón. Sin duda se trata de aspectos cruciales para identificar el espectro de la nueva derecha y para analizar la implicación de estos conceptos en las políticas públicas.

Hay que recordar la presencia de esos funcionarios en el tercer Congreso Mundial de Familias, organizado por la ultraderecha gringa y el DIF en marzo de 2004, quienes fueron acompañados por Marta Sahagún y Norberto Rivera, esos dos personajes que gustan de vestirse con el oro y la plata de los demás. En esa ocasión se hizo una apología de "la familia natural y perpetua", así como de la necesidad de dificultar los procedimientos de divorcio para promover la estabilidad y fecundidad de aquélla, de reforzar el trabajo doméstico de las madres-esposas, además de que virtieron los peores adjetivos que jamás he escuchado hacia las parejas homosexuales.

No tendrían que sorprendernos estas coincidencias, puesto que la idea de que "la familia tiene preminencia natural sobre las demás formas sociales, incluso el Estado" está textualmente impresa en el capítulo tercero de la Proyección de Principios de Doctrina del Partido Accion Nacional. Sin embargo, llama la atención la reproducción literal de principios teológicos de Santo Tomás y la negación de "la familia" como institución socialmente construida.

Es importante recordar que el primer acto político de Vázquez Mota fue la presentación de su best-seller Dios mío, hazme viuda, texto de gran ingenuidad que remite a los escritos de Jose María Escrivá de Balaguer, Dios mío, vuélveme loca, y que recrea muy bien la actual coordinadora política de la campaña presidencial del PAN, quien también fue egresada del IPADE, escuela perteneciente a esa poderosa fundación de los franquistas españoles: el Opus Dei. Como intelectual orgánica, nadie como ella ha sabido expresar ese perfil neoconservador con que los republicanos de hoy recrean el capitalismo como un sistema racional que defiende la libertad, la justicia y la solidaridad con los pobres, tal como hizo en uno de los más importantes actos de los Legionarios de Cristo: el primer Congreso de la Generación Anáhuac.

Otro punto de alineamiento de los panistas, que también forma parte de la Proyeccion de Principios de Doctrina del blanquiazul es "el derecho a la vida desde el momento de la concepción", tal como defendió hace un año el actual candidato a la Presidencia Felipe Calderón, argumentando su desaprobación a la anticoncepción de emergencia. Este derecho se afirma desde el primer capítulo: "la vida y la dignidad del ser humano deben protegerse y respetarse desde el momento de su concepción hasta su muerte natural"; el tema se retoma con mayor amplitud en el capítulo 11: "Acción Nacional afirma el valor de la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural...", y aún más, se llega a decir: "El embrión es persona..." Se trata de términos que se reproducen textualmente lo mismo en el catecismo de Juan Pablo II que en la comparecencia de Samuel Alito, nuevo candidato de Bush para ocupar una silla vacante en la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos.

Entre los neoconservadores estadunidenses no hay prurito en afirmar que los valores cristianos están en la base de sus convicciones políticas y partidistas, pero desconozco en qué momento de la historia los líderes del PAN decidieron evitar las referencias directas al Partido Republicano o explicar su hortodoxo alineamiento a los principios doctrinales del catecismo católico. Al ocultarlo, realmente suenan old fashioned.

 
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