Usted está aquí: jueves 19 de enero de 2006 Espectáculos Cancelan encierro taurino en festejo de Tlacotalpan

La decisión, tras una campaña internacional encabezada por Sergio Pitol

Cancelan encierro taurino en festejo de Tlacotalpan

ANDRES TIMOTEO MORALES CORRESPONSAL

Veracruz, Ver., 18 de enero. Después de más de dos siglos de tradición, el embalse y encierro de toros durante las fiestas en honor a la Virgen de la Candelaria en la ciudad de Tlacotalpan fueron cancelados por disposición de los gobiernos estatal y municipal.

En su lugar se retomarán antiguos elementos artísticos en el tradicional paseo en piragua de la imagen religiosa sobre el río Papaloapan; se ofrecerán muestras de escaramuzas y charrería, y habrá un ruedo para el que desee practicar "faenas taurinas" con vaquillas.

El anuncio fue aplaudido por organizaciones civiles como la Asociación Pro-Vida Animal (Aprova), que desde hace 17 años encabezó una campaña internacional contra la tortura de los semovientes.

Durante una reunión con empresarios del sector turístico y funcionarios estatales y federales del ramo, el gobernador Fidel Herrera Beltrán anunció que, por un acuerdo con el ayuntamiento de Tlacotalpan y el obispado de Veracruz, en los próximos festejos religiosos ya no se realizará el encierro taurino por las calles de la ciudad.

Lo anterior, en respuesta a una campaña internacional contra el maltrato a los toros y a la petición formal para cancelar el acto, hecha por un grupo de escritores mexicanos encabezados por Sergio Pitol, distinguido con el Premio Cervantes de Literatura 2005.

El festejo en honor a la imagen de la Virgen de la Candelaria es celebrado desde el siglo XVII, cuando los frailes de la orden de San Juan de Dios trajeron de España la efigie religiosa, la cual es sacada de su nicho cada 2 de febrero para ser paseada por el río a bordo de una piragua.

El embalse de toros por el río de las Mariposas se introdujo posteriormente en semejanza con las fiestas taurinas de San Fermín en Pamplona, como documenta el cronista Octaviano Corro en su libro Apuntes sobre la historia de la cuenca del Papaloapan.

Cada primero de febrero, en la víspera de la fiesta de la Candelaria, seis toros cruzaban el río, luego eran soltados y recorrían callejuelas y plazas. No obstante, el festejo derivó en saña contra los toros, lo que ocasionó la protesta de organizaciones defensoras de los animales.

 
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