Usted está aquí: lunes 16 de enero de 2006 Sociedad y Justicia Las mujeres, relegadas en las fuerzas castrenses

Existen obstáculos para que hagan carrera en un arma

Las mujeres, relegadas en las fuerzas castrenses

La Armada emprende programas para su plena integración

JESUS ARANDA

Las fuerzas armadas mexicanas no sólo se distinguen de otras de América Latina por carecer de un estado mayor conjunto que integre de forma equitativa al Ejército, Fuerza Aérea y Armada, sino también por la falta de oportunidades para que las mujeres se integren plenamente y estén en posibilidades de desarrollar su carrera militar en un arma de guerra.

Según el Atlas comparativo de la defensa en América Latina, elaborado por la Red de Seguridad y Defensa de América Latina (Resdal) -el primero en su tipo-, de los 15 ejércitos más importantes de América Latina -a excepción de Cuba, nación que no está considerada en ese análisis-, en nueve se posibilita a las mujeres llevar a cabo su carrera castrense ''sin restricciones''; en los seis restantes -como es el caso de México- las mujeres participan únicamente en las áreas de medicina, enfermería y servicios; llegan incluso a grados de general, pero sin ser de un arma.

En este contexto, la Armada de México comenzó en julio pasado el curso de integración para capitanes y oficiales de diferentes servicios, con el propósito de que todas las mujeres oficiales de la Armada -de capitán para arriba- reciban adiestramiento militar similar al de sus compañeros varones integrantes de las Fuerzas Especiales.

Fuentes navales consultadas afirmaron que este curso constituye el primer paso para -en un futuro próximo- integrar a las mujeres de manera completa en la Armada de México, debido al éxito obtenido. En tanto, en el Ejército y la Fuerza Aérea no se tiene conocimiento de un programa de esas características.

No es la primera vez que la Armada está un paso adelante del Ejército en materia de igualdad de oportunidades para la mujer. En abril de 1999 se graduó como la primera piloto de guerra la teniente de corbeta Elsa Karmina Cortés Vorrath (La Jornada, 21/04/2000).

En el Ejército y la Fuerza Aérea -con 190 mil efectivos- hay 6 mil 100 mujeres, es decir, 3 por ciento del total; mientras en la Armada, con casi 50 mil elementos, las mujeres representan 14 por ciento, con casi 8 mil.

El cumplimiento del curso de integración para capitanes y servicios de los diferentes servicios será obligatorio para todas las oficiales. A la fecha se han impartido siete en el Centro de Adiestramiento del Golfo, en La Pesca, Tamaulipas, y en el Centro de Entrenamiento de Fuerzas Especiales, en la ex hacienda de Carpizo, Campeche, para un total de 31 capitanes y 38 oficiales.

Información proporcionada por la Secretaría de Marina afirma que, de acuerdo con una encuesta aplicada a quienes lo tomaron, "cuando se enteraron del curso, su primer sentimiento fue de temor debido a la exigencia física y relaciones con el personal masculino; 90 por ciento considera que fomentó el trabajo en equipo; 70 por ciento opina que no tuvieron dificultades mayores durante el curso, en el que obtuvieron conocimientos tácticos y de comando para operaciones especiales, por lo que pudieron comprobar que su género no les impide desarrollar actividades que aparentemente se les dificultaría".

En noviembre pasado, el presidente Vicente Fox fue testigo de la exhibición de mujeres cursantes en las instalaciones de la ex hacienda de Carpizo, donde las vio descender en soga de helicópteros durante un simulacro de liberación de rehenes. En aquella ocasión, lo único que "delataba" a las mujeres que participaron, junto con elementos de las Fuerzas Especiales de la Armada, era que su cabello ondeaba fuera del casco militar.

Otros ejércitos

De acuerdo con la información de Resdal, la participación de las mujeres en las fuerzas armadas no depende del tamaño ni del equipamiento de los ejércitos, sino de la voluntad gubernamental de hacerlo.

En este sentido, los países que admiten sin restricción a las mujeres -no sólo como médicos, enfermeras u oficiales de servicios- son El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Paraguay, Perú (todas las armas, salvo en Fuerzas Especiales), República Dominicana, Venezuela y Uruguay.

Llama la atención el caso de las naciones centroamericanas, donde hubo conflictos internos en las décadas de los 70, 80 y 90, lo que facilitó la incorporación de las mujeres en los ejércitos.

Mientras, los países que limitan la actuación de las mujeres en la actividad castrense son México, Argentina, Brasil, Bolivia, Colombia y Ecuador.

 
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