Usted está aquí: lunes 16 de enero de 2006 Opinión Delitos ambientales y desabasto de agua

Iván Restrepo

Delitos ambientales y desabasto de agua

Según la Procuraduría del Medio Ambiente del estado de México, Petróleos Mexicanos (Pemex), la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y mil empresas privadas enclavadas en dicha entidad contribuyeron con sus emisiones a la alta contaminación que se registró el fin del año pasado en el valle de México, lo cual se agravó por la inversión térmica y obligó a decretar una "precontingencia" en dicha región.

Los daños a la salud fueron notables: más de 30 mil consultas médicas por afecciones respiratorias agudas, cifra muy superior a la de años anteriores. Por ese motivo, la citada procuraduría puso una denuncia penal contra las empresas responsables ante la Fiscalía Especial contra Delitos Ambientales de la Procuraduría de Justicia del estado. A esa denuncia se sumó la Secretaría del Medio Ambiente, pero se desconoce el resultado que tuvo. El procurador mexiquense Ramón Ojeda Mestre dijo que por ningún motivo se van a permitir ni tolerar "comportamientos inadecuados de las empresas, sean públicas o privadas" y se refirió a las plantas que Pemex y la CFE tienen en Tula, Hidalgo, por su presunta responsabilidad en la generación de la nube tóxica de óxido de azufre que contaminó al valle de México.

Ojeda Mestre anunció asimismo el inicio del monitoreo de las plantas industriales ubicadas en la entidad que utilizan diesel y combustóleo, a fin de verificar que no contribuyan a la elevación de los niveles de partículas suspendidas menores a 10 micras, las famosas PM10, muy peligrosas para la salud humana. Sobre el efecto de este enemigo público virtualmente invisible, un estudio reciente de la Universidad de Nueva York sostiene, por ejemplo, que aun a niveles permitidos y en áreas menos contaminadas que la zona metropolitana de la ciudad de México aumentan las enfermedades del corazón. Para evitar éstas y otras afecciones, como las pulmonares, urge la acción coordinada de las dependencias ambientales y de salud de los estados de México e Hidalgo y el Distrito Federal, por lo menos, pues las partículas y otros contaminantes no respetan fronteras geopolíticas de tal forma que causan enfermedades diversas a por lo menos 20 millones de personas.

No menor debía ser el esfuerzo para garantizar la calidad y el abasto del agua. Como informó René Alvarado, reportero de La Jornada, está amenazada la existencia de la zona de recarga de acuíferos estratégicos para abastecer a 6 millones de habitantes que viven en 13 municipios del estado de México, 16 de Puebla y parte del Distrito Federal y Morelos. Se trata de la zona donde se ubican los volcanes Iztaccíhuatl y Popocatépetl. Un estudio de investigadores de las Universidades Metropolitana y de Puebla señala que por falta de planeación urbana al autorizar los conjuntos habitacionales en municipios como Chalco, Tenango del Aire, Ixtapaluca o Tlalmanalco, se explota creciente e irracionalmente el líquido, lo que lleva al agotamiento de los mantos acuíferos. La voracidad de las inmobiliarias y la irresponsabilidad oficial van de la mano en el agravamiento de este problema. Otro más, esta vez en el densamente poblado Ecatepec (feudo espiritual del siempre equilibrado obispo Onésimo Cepeda), se debe también al pésimo uso de los mantos freáticos. Javier Salinas, corresponsal de La Jornada, afirma que hay áreas donde el subsuelo se hunde por tal motivo por lo menos 30 centímetros al año. Cientos de viviendas de varias unidades habitacionales tienen por ello deterioro estructural, agravado por la mala calidad de los materiales con que fueron construidas. Nuevamente esto ocurre gracias a la negligencia oficial, por la corrupción que autoriza construir donde y como no se debe.

Finalmente, citemos la grave contaminación que registra el lago de Guadalupe en la entidad mexiquense. Las aguas negras domiciliarias e industriales provenientes de los municipios de Nicolás Romero, Atizapán, Jilotzingo, Isidro Fabela y Cuautitlán Izcalli están acabando con su fauna, así como con las aves que cada año llegan huyendo del frío de Estados Unidos y Canadá.

Para resolver los tres problemas anteriores relacionados con el agua, ¿qué hacen las instancias oficiales?

 
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