Usted está aquí: lunes 16 de enero de 2006 Capital Terminó la tregua y se prevé que hoy regresen ambulantes a calles del centro

Cuestionan dirigentes de comerciantes la falta de programas para esos grupos

Terminó la tregua y se prevé que hoy regresen ambulantes a calles del centro

LAURA GOMEZ FLORES

Tras un descanso de siete días, este lunes regresarán los ambulantes a las calles de la parte oriente del Centro y al Eje Central, ante la carencia de un programa de gobierno para regularizar esta actividad mediante la creación de plazas rentables, que evite su salida o su desdoblamiento.

Los presidentes de la Cámara Nacional de Comercio en Pequeño, Enrique Guerrero, y de la Unión de Comerciantes del Centro Histórico, Víctor Cisneros, coincidieron en señalar -por separado- que a cinco años de que las autoridades capitalinas se comprometieran a atender este problema, no sólo no construyeron las plazas o corredores comerciales anunciados, sino permitieron que el número de ambulantes casi se triplicara.

Se tienen contabilizados en el primer cuadro de la ciudad 25 mil comerciantes, contra los 9 mil que ellos reconocen en sus padrones, lo que "significa una competencia desleal para los negocios establecidos, cuyos dueños han dejado de invertir o han cambiado de giro, ante la pasividad oficial por el proceso electoral en puerta y los votos que pudieran representar".

Mencionaron que, pese a los errores cometidos por el entonces Departamento del Distrito Federal en la construcción de plazas comerciales, "al no tomar en cuenta su rentabilidad, ubicación e incentivos para evitar que la gente volviera a la calle o la convirtieran en bodega, como sucedió, con excepción de la de Mesones y Meave, la actual administración cayó en lo mismo, tirando a la basura los 14 millones de pesos ahí invertidos".

La única plaza comercial que construyó e inauguró en diciembre de 2004, ubicada en Argentina 51-53, se encuentra a menos de 15 por ciento de su ocupación original. Sólo 40 vendedores de las calles de Erasmo Castellanos, Corregidora y República de Argentina decidieron quedarse en ella, mientras el resto volvió a las calles.

En un recorrido por esas instalaciones, se constató la baja de afluencia de visitantes al lugar y la carencia de promoción de la misma en las calles aledañas. El único apoyo de las autoridades es que "pronto todos los ambulantes estarán en plazas, corredores o pasos a desnivel y tendrán las mismas oportunidades de ofrecer su mercancía, pues en la calle no se permitirá esta actividad. Pero todo es una gran mentira", dicen algunos de los vendedores.

Jovita Cruz, líder de comerciantes independientes de Corregidora y Erasmo Castellanos, coincide con ellos, pues la plaza es un "elefante blanco, donde la gente no entra a comprar, prefiere hacerlo en la calle y la falta de espacios para colocar a toda la gente provocó que regresáramos a la vía pública, a rifarnósla con los policías, quienes nos quitan la mercancía y agreden, constantemente".

Reconoce que, si las autoridades hubieran cumplido con su palabra de reordenar al sector, no estarían en las calles, pero "el trato es desigual para los dirigentes y su gente, depende de quien seas para permitirte la ocupación de las mejores calles, donde se vende todo tipo de artículos, mientras a los que somos pobres y sólo tenemos para subsistir, nos arrinconan, y si bien nos va, logramos juntar para la comida".

A un año de distancia de que programas delegacionales y de reordenamiento de la vía pública anunciara la conclusión de la construcción de la segunda plaza comercial en Eje Central y Victoria, para reubicar a la gente de Alejandra Barrios; y la habilitación de los cuatro pasos peatonales de San Antonio Abad, Alfredo Chavero, Gutiérrez Nájera y Avenida del Taller, no hay avances, recordó a su vez Cisneros Taja.

A ello se suma el crecimiento de vagoneros en las instalaciones del Sistema de Transporte Colectivo-Metro, que suman 40 mil y que pese a la detención de una decena de ellos el jueves, ayer fueron liberados previo pago de una multa de 8 mil 517.25 pesos, equivalente a 175 días de salario mínimo, y continuar con la venta de sus productos sin problemas en los trenes.

 
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