Usted está aquí: jueves 12 de enero de 2006 Capital Luchan por detener la invasión de la mancha urbana en Tulyehualco

Pobladores construyen barrera de contención, con apoyo de autoridades e investigadores

Luchan por detener la invasión de la mancha urbana en Tulyehualco

La siembra de casas sustituye a cultivos tradicionales como amaranto y olivo, advierten

JOSEFINA QUINTERO M.

Los cambios ambientales y la falta de recursos económicos orillaron a los campesinos del pueblo de Santiago Tulyehualco, en la delegación Xochimilco, a abandonar el trabajo de la tierra. En muchos terrenos se dejó de cosechar el maíz, el frijol, el amaranto y los árboles de olivo, y empezó la "siembra de casas".

José Cruz Jiménez, productor del poblado, señala que los costos de la siembra subieron y ahora por 150 kilos de maíz se pagan 200 pesos. La situación, añade el campesino, fue aprovechada por los fraccionadores, quienes propiciaron el crecimiento de la mancha urbana.

Barrera para proteger el cerro Teuhtli

Para la conservación de las zonas de reserva ecológica y evitar el crecimiento de asentamientos irregulares en el cerro de Teuhtli, los productores, en coordinación con las autoridades de la delegación Xochimilco, construyen una barrera de protección que evite el desdoblamiento de las familias.

Asesorados por el Colegio de Posgraduados, las autoridades delegacionales y los productores buscan revertir el deterioro de la zona de conservación en el cerro. José Carlos Acosta, director de Medio Ambiente de la delegación, explica que es un muro de contención que no sólo protege las áreas naturales y evita la construcción de viviendas, sino que permite que la erosión no afecte al poblado de Santiago Tulyehualco.

La erosión del Teuhtli, detalla el funcionario, daña en 50 por ciento a la delegación Xochimilco, en 40 a Milpa Alta y el 10 restante a Tláhuac. Con respecto a la primera, indica que 35 por ciento corresponde al poblado de Santiago Tulyehualco, 10 a San Luis y 5 por ciento a San Gregorio.

Acosta añade que se han invertido 750 mil pesos para la construcción de la barrera, y este año se destinará una inversión de un millón y medio de pesos en un muro de cuatro kilómetros y medio de longitud, donde también se incluirá el poblado de San Luis.

En cuadrillas de dos a seis personas, los productores levantan la barrera de protección, que también detiene la bajada del agua, pues con frecuencia el pueblo se inunda por los deslaves.

Víctor Manuel Molotla, productor de Tulyehualco, comenta que además de construir la barrera, las familias del pueblo mantienen la tradición de sembrar cada temporada, aunque ahora ya es difícil comercializar los productos, pero lo hacen para evitar invasiones.

Agrega que las construcciones que actualmente se encuentran en la zona son en terrenos vendidos por los pequeños propietarios. "La gente dejó de sembrar por los cambios extremos de temperatura, las sequías y el frío, porque implicaba mayor inversión en la tierra. Les resultó fácil vender y los nuevos dueños, provenientes de la ciudad, llegaron a construir viviendas".

Recuerda "aquellos tiempos de siembra", hace ya más de 20 años; ahora, dice, la urbanización los alcanzó, y "los hijos estudian y se dedican a otra cosa". Pagarle a un agricultor el salario mínimo resulta costoso, indica. Sin embargo, hay familias que siembran el amaranto, y "cada quien con costal al hombro sale por su venta".

En Tulyehualco, expresa, "el arraigo se lleva en la sangre"; los oriundos del lugar hablan con orgullo de sus tradiciones, se consideran los creadores de las mejores nieves y los principales productores de la alegría y otros derivados del amaranto, del olivo, y tienen gran prestigio en la elaboración de los esquites, "porque el elote de aquí tiene un sabor diferente".

Defienden la tierra como parte de su vida y la protegen. Por ello han puesto un hasta aquí al crecimiento de la mancha urbana. El Teuhtli, como ellos lo llaman, es una de las reservas ecológicas más importantes del sur de la ciudad.

Tiene su historia, porque por él caminó el ejército de Emiliano Zapata en la Revolución. En la cima hay unas cuevas que llegan al estado de Morelos, y albergaron a los revolucionarios. Actualmente el lugar es vigilado por 19 personas del poblado.

 
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