Usted está aquí: lunes 9 de enero de 2006 Política Entre rezos y cantos fue inhumado el cuerpo de la pequeña gran comandanta

En una sobria ceremonia, sólo allegados y zapatistas despidieron a Ramona

Entre rezos y cantos fue inhumado el cuerpo de la pequeña gran comandanta

HERMANN BELLINGHAUSEN ENVIADO

San Andres Sakamch'en de los Pobres, Chis., 8 de enero. La comandanta Ramona fue enterrada en las primera horas de esta tarde en el cementerio municipal de la cabecera de San Andrés, en una sobria ceremonia religiosa que reunió a los familiares de la indígena tzotzil, y un millar de zapatistas, representantes de todos municipios autónomos rebeldes de Los Altos.

La comandanta había sido velada en el caracol de Oventic, donde el Ejército Zapatista de Liberación Nacional le rindió los más altos honores. Como adelantó en Tonalá el subcomandante Marcos, el viernes pasado, el acto fue privado. En él habrían participado el Comité Clandestino Revolucionario Indígena, Comandancia General, así como los gobiernos autónomos de Los Altos, bases de apoyo y milicianos del EZLN.

Desde anoche comenzaron a reunirse en el caracol de Oventic millares de bases de apoyo zapatistas. Llegaban en vehículos de transporte, la mayoría pertenecientes a los distintos municipios autónomos, especialmente de San Juan de la Libertad, Magdalenas La Paz, San Pedro Polhó y San Andrés Sakamchén de los Pobres, aunque también de Santa Catarina, San Juan Apóstol Cancuc y 16 de Febrero.

Los indígenas ingresaban al caracol y se perdían en la niebla helada. El silencio era grande, aún entre tanta gente que llegaba. Fuera de ellos, a nadie más se permitió el paso.

De allí salió esta mañana el discreto cortejo que la acompañó hasta el cementerio de San Andrés para la última ceremonia, que fue estrictamente religiosa, con el canto Más allá del sol, nubes de flores blancas y el llanto de los allegados a la comandanta Ramona. Desde horas antes ya esperaban allí unos 200 indígenas procedentes de San Juan Chamula.

Pasaban las 13 horas de hoy cuando llegó al cementerio, en las afueras de la cabecera municipal andresera, una ambulancia de la clínica de Oventic, bautizada con los nombres de Carlo Guiliani y Davide Dax Cesare, activistas italianos literalmente caídos en la lucha contra el neoliberalismo. La seguía una discreta comitiva de representantes de comunidades zapatistas de toda la región tzotzil en una decena de vehículos.

Entre rezos y cantos fue inhumado el cuerpo de la pequeña gran comandanta, bajo un sol radiante y el viento invernal. No hubo discursos, ni consignas.

Esta mañana, entre música tradicional de marimba y mensajes en favor del respeto a las mujeres, la Radio Insurgente Nuevo Amanecer de San Andrés transmitió la historia última del viejo Antonio, en voz del subcomandante Marcos.

"Los arroyos cuando bajan ya no tienen regreso, más que bajo tierra", dice la narración en la cual Antonio, hijo del viejo Antonio, refiere haber preguntado a su padre moribundo si tenía algún mensaje para su pupilo, y que el viejo Antonio respondió escuetamente: "Ya le dije todo lo que tenía que decirle. Ahora tiene mucho trabajo."

Sin mencionar explícitamente a la comandanta fallecida, Radio Insurgente transmitió por la tarde una cápsula dramatizada sobre el derecho de las mujeres a participar en asambleas, cooperativas y actividades políticas. Allí, una indígena discute con Juan, su marido, quien se niega a darle permiso para acudir a una asamblea. Y ella lo refuta ejemplarmente, defiende sus derechos y le cita el artículo 5 de la Ley Revolucionaria de Mujeres, que estipula que cualquier mujer tiene el derecho de participar en las actividades de la comunidad y de la organización zapatista.

Más allá de lo obvio, el homenaje a la comandanta Ramona consiste, no en que hoy se haya transmitido esta cápsula radiofónica, sino en que diariamente se difundan ese y muchos otros mensajes y noticias en favor de las mujeres indígenas. Y el hecho aún más elocuente de que ahora miles de mujeres, jóvenes y mayores han transformado sus vidas, las de sus pueblos y la de México. Como insurgentas, como comandantas, como gobernantes de sus municipios, como cooperativistas, promotoras de salud y educación.

Son millares de razones para decir que la vida y la muerte de Ramona no fueron en vano. Y si queda duda, que le pregunten a cualquiera de ellas.

Un mensaje desde Cuba

Hoy se difundió una carta enviada desde La Habana por Celia Hart, revolucionaria cubana, que rinde homenaje a la comandanta Ramona, fallecida "en plena faena revolucionaria", dice.

"El dolor es apenas una de las medicinas que llevamos con más ventura que nos permite traspasar la muerte. Porque la muerte comienza a ser mentira cuando la vida ha estado consagrada a evitar la muerte de nuestros semejantes. Y es éste precisamente el caso de la compañera comandanta Ramona.

"Quiero expresarle a las hermanas y hermanos del EZLN y en definitiva al pueblo de México, pues para él luchaba la compañera comandanta, que mi corazón revolucionario está a vuestro lado.

"Especialmente las mujeres latinoamericanas le debemos a la comandanta Ramona un rezo de más... por haber luchado por los derechos y aspiraciones de la mujer trabajadora, la que poco a poco se dispone a dirigir sus propios destinos.

"Sin dudas será esta gran pérdida motivación para que hagamos más fuerte, coherente y comprometida la otra campaña, en la cual va con ustedes el alma de América que espera que el buen México retome sus posiciones originarias en la cima del mundo.

"Yo estoy por supuesto... a vuestras plantas y para lo que necesiten. ¡Por el recuerdo de la comandanta Ramona todos prestos a la lucha! ¡Salud a la otra campaña! ¡Hasta la victoria!", concluye.

 
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