Usted está aquí: lunes 9 de enero de 2006 Cultura Realizan libro con obra inédita y poco conocida de Alfredo Zalce

La disciplina le dio la posibilidad de tratar cualquier tema sin agotarlo: Juan Soriano

Realizan libro con obra inédita y poco conocida de Alfredo Zalce

El volumen muestra las libretas de apuntes o recados familiares del artista, asegura su hija

El trabajo será presentado el día 12, cuando hubiera sido onomástico del desaparecido creador

MERRY MACMASTERS

"A Alfredo Zalce la disciplina le dio la libertad total de hacer, buscar, experimentar y trabajar un tema sin agotarlo nunca", expresa Juan Soriano en el prólogo del libro Alfredo Zalce (2005), coedición del estado de Michoacán y DGE Ediciones/Equilibrista, que será presentado por Ignacio Sosa, Pablo Moctezuma Barragán, Ruth Zavaleta y Beatriz Zalce el 12 de enero, onomástico del artista fallecido en 2003, a las 18 horas en la Casa de la Cultura de la delegación Venustiano Carranza, ubicada en Lázaro Pavía sin número, junto con una exposición de su tapices, esculturas, repujado y obra gráfica de su autoría.

En el prólogo transcrito por Beatriz, hija del artista, Soriano lo recuerda como un buen conversador: "Sus bromas eran muy finas, como puñaladas a veces. Le molestaba mucho la tontería. Pintaba muy bien; hacía escultura, objetos de cerámica, joyería, cosas muy bellas; cocinaba. Todo esto está muy ligado, y la gente no sabe que una cosa te lleva a otra y a otra".

Cuando Soriano lo conoció "me llamó la atención porque era rubio y muy guapo, de una belleza singular, parecía estar cubierto de oro. Creí que era muy cabrón, y no. Lo estimé muchísimo".

Además, "me gustaba estar con Zalce discutiendo un libro o un trabajo que había hecho, una serie de cuadros. Me los enseñaba y yo me ponía a verlos y me decía: '¿Qué te parece? Dime qué sientes cuando los ves. ¿Qué es tu sentimiento? A lo mejor se parece a mi sentimiento cuando los hago'. Yo le decía, veo esto, siento esto, y él decía: 'Ay, qué maravilla, qué maravilla'".

En su presentación Lázaro Cárdenas Batel, gobernador de Michoacán, es enfático: "Alfredo Zalce es uno de los grandes símbolos de Michoacán. Su trabajo de puertas abiertas a la gente, su carácter siempre humilde y afectuoso, lo colocaron en un lugar especial en el aprecio de todos. El reconocimiento a su obra es categórico. Su contribución a la cultura nacional es definitiva. Con su muerte se cierra uno de los grandes capítulos de la plástica mexicana".

Lucha contra el lugar común

Autora de la semblanza del artista titulada Tantas cosas que vi, la periodista Beatriz Zalce explica que el libro surgió a iniciativa de Agustín Quintanilla, uno de los principales coleccionistas de la obra de su padre. En cuanto tomó forma el proyecto fue presentado a representantes del gobierno de Michoacán, que de inmediato dieron su apoyo.

Si algo quiso evitar Beatriz fue caer en el lugar común. Aunque ya existían varios libros, todos muy bellos, sobre la obra de su padre, parecían hechos con un mismo molde, al mostrar casi los mismos trabajos. Beatriz se propuso presentar obra poco conocida o de plano inédita, como el contenido de las libretas de apuntes y los recados que su padre dejaba a sus hijos cuando estaban pequeños, más bien reservados para el ámbito familiar, íntimo.

Para evitar que los últimos capítulos del libro se vieran como "obra menor", se decidió trabajar por temas. De allí que el texto de Miguel Angel Echegaray, Los géneros de Alfredo Zalce, se divide en los siguientes apartados: El paisaje como personaje, De alacenas y cosas naturales, Bestiario, Costumbrista, Hojas volantes, A su imagen y semejanza, Murales y Consideraciones finales.

Los últimos dos capítulos del volumen son Alfredo Zalce: los trabajos y los días para dar un rostro a la nación mexicana, de Ignacio Sosa, y El cuaderno de las respiraciones, de Víctor Roura. La edición fue de tres mil ejemplares.

Es obvio que el vasto acervo producido durante una vida de 95 años no tiene cabida en un solo volumen. Lo bueno es que Beatriz se quedó picada y con ganas de hacer más libros. "Los libretas de apuntes son un libro en sí", dice. Además, "los libros son una manera de decirle a la gente te amo." Quiere que el público entienda que la obra de su padre es patrimonio de la nación y hay que compartirlo.

Alfredo Zalce, señala, "nos enseña a ver nuestro país, a ver nuestro rostro. Nos enseña a no olvidar la historia, a no olvidar la lucha social por un país donde quepamos todos, donde haya paz, justicia y dignidad. No en balde es recurrente en su obra la imagen de Emiliano Zapata".

 
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