Usted está aquí: miércoles 4 de enero de 2006 Opinión Deuda externa: el ejemplo argentino

Editorial

Deuda externa: el ejemplo argentino

El gobierno de Néstor Kirchner concretó ayer su intención de cancelar por completo la deuda de su país, Argentina, con el Fondo Monetario Internacional (FMI), mediante un desembolso de 9 mil 500 millones de dólares procedentes de las reservas internacionales de la nación austral. El 13 de diciembre pasado las autoridades de Brasilia saldaron sus obligaciones con ese organismo financiero, que ascendían a 15 mil 500 millones de dólares. De esa forma, tanto Brasil como Argentina han quedado al margen de las presiones que el FMI ejerce en forma sistemática sobre sus deudores para que apliquen o profundicen estrategias económicas neoliberales que producen un sufrimiento social intolerable: entre otras, transferencia de todo lo imaginable a manos privadas, alzas en las tarifas de los servicios públicos, reducción anoréxica de los aparatos estatales, contención salarial, desregulación y prebendas para los capitales financieros depredadores.

En suma, tanto Argentina como Brasil ganaron, al cancelar sus adeudos con el organismo financiero, márgenes considerables de independencia, soberanía y tranquilidad para definir por sí mismos, y con un grado menor de injerencia externa, las políticas económicas que convengan a sus respectivas poblaciones, y no necesariamente las que beneficien al capital privado trasnacional. Adicionalmente demostraron que es posible hacer frente a las abultadas y absurdas deudas externas que lastran y sangran, desde hace dos décadas, a las naciones latinoamericanas, las cuales ven desvanecerse buena parte de sus esfuerzos en el pago de intereses a los acreedores foráneos.

Estos precedentes debieran resultar de obvio seguimiento para las autoridades mexicanas. De acuerdo con un informe dado a conocer por el Banco de México ayer, las reservas internacionales de nuestro país se encuentran en su más alto nivel desde hace años, con un total de casi 70 mil millones de dólares. Nada mejor que saldar adeudos con los organismos financieros internacionales podría hacerse en las postrimerías de este sexenio, caracterizado por el empecinamiento gubernamental en congelar el crecimiento económico.

Debe tomarse en cuenta, a este respecto, que la administración foxista ha sido incapaz de impulsar la expansión del producto interno bruto a los ritmos requeridos por la población, pese a que, en los cinco años transcurridos desde que llegó al poder, ha recibido cuantiosos e inesperados recursos procedentes de la factura petrolera, la cual crece conforme se elevan las cotizaciones internacionales del energético. En ese mismo lapso el país ha venido captando una suma creciente de divisas que se origina en las remesas que los trabajadores migrantes envían a sus familias desde Estados Unidos. Si se suman las exportaciones petroleras, las mencionadas remesas de dinero, la inversión extranjera y la derrama turística, se obtiene que las divisas que han ingresado a México en estos cinco años suman un total de casi 300 mil millones de dólares. Sin embargo, el crecimiento promedio del PIB en el quinquenio es de 1.9 por ciento anual, menor incluso al que se registró durante el sexenio de Ernesto Zedillo (2.9), uno de los más nefastos para la economía en la historia del país.

El gobierno actual no ha sido capaz de esclarecer a plenitud el destino que se ha dado a los ingresos inesperados por exportaciones petroleras; el Ejecutivo federal recibe decenas de miles de millones de dólares por ese concepto y se sigue quejando, sin embargo, de que "no hay dinero" para modernizar la planta petrolera ­y energética, en general­; además, ha sido incapaz de abatir el desempleo, el cual, por el contrario, se ha duplicado en este sexenio.

A estas alturas, cuando es demasiado tarde para imaginar siquiera un cambio de rumbo en el manejo económico oficial del foxismo, sería deseable que parte de esas reservas internacionales acrecentadas a costa de la explotación irracional de nuestros recursos naturales y del sufrimiento y los esfuerzos de cientos de miles de connacionales se preservara de la ineptitud y la corrupción y se empleara en reducir o cancelar la deuda con los organismos financieros del exterior, es decir, en el fortalecimiento de la soberanía nacional.

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.