Usted está aquí: miércoles 4 de enero de 2006 Economía Festejos y críticas ante el pago adelantado de Argentina al FMI

Favorable reacción de los mercados ante la medida, que apoya la mayoría de la población

Festejos y críticas ante el pago adelantado de Argentina al FMI

Indignación de varios funcionarios por portada del NYT donde habla de ''preocupación'' por el supuesto ''giro a la izquierda'' en la política exterior de Kirchner, al acercarse a Hugo Chávez

STELLA CALLONI CORRESPONSAL

Buenos Aires, 3 de enero. El gobierno del presidente Néstor Kirchner canceló hoy anticipadamente la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI) en un solo pago de 6 mil 656 millones de derechos especiales de giro (DEG), que equivalen a unos 9 mil 500 millones de dólares, lo que fue recibido con festejos, por un lado, y críticas por el otro. Las encuestas de diversos medios indican que la medida es apoyada por una mayoría de la población.

Mientras se reconocen esta tarde ''signos positivos'' en la bolsa de Buenos Aires y una ''buena reacción de los mercados'', varios funcionarios mostraban indignación por una nota aparecida en la portada del periódico estadunidense The New York Times, donde se menciona alguna ''preocupación'' por el rumbo o el ''giro a la izquierda'' en la política exterior del gobierno de Kirchner, entre otros elementos.

En estas consideraciones se mencionan ''los varios signos recientes que muestran al presidente Néstor Kirchner concentrando más poder en sus propias manos y girando su gobierno hacia la izquierda''.

Esta posición del periódico de Estados Unidos también tuvo réplicas en otros medios de ese país e incluso en la televisión, donde se lanzaron advertencias como que ''los economistas dicen temer que sea un preludio de controles más sistemáticos'', en referencia a los llamados para que se detenga la inflación en los supermercados.

En una línea similar a la utilizada en Venezuela contra el presidente Hugo Chávez, también en la nota del NYT se menciona que están creciendo ''las quejas de presión oficial sobre los medios de prensa''.

El periódico estadunidense afirma que Argentina deberá pagar por los bonos adquiridos por el gobierno de Venezuela -para ayudar en la crisis- ''tasas de interés de más del doble del 4 por ciento que estaba pagando al Fondo''. Esto fue negado por varios economistas.

También fue considerada poco feliz la interpretación de los cambios en política internacional del gobierno argentino, al recordar el periódico que ''las relaciones con Estados Unidos en los 90 eran tan cercanas, que el entonces presidente Carlos Menem las llamó 'carnales'. Pero Kirchner se ha movido en dirección contraria, buscando el abrazo del líder venezolano, Hugo Chávez''.

Sin embargo, el NYT debió reconocer que Kirchner mantiene su popularidad, así como que una mayoría de argentinos ''creen que el FMI es responsable de las políticas que llevaron a la crisis de 2001 y luego dejó al país que se recuperara por sí mismo''.

Pero también resultaron muy inquietantes las referencias del rotativo a los nuevos ministros de Kirchner, y deslizó términos como ''los elogios'' de la actual ministra de Defensa, Nilda Garré, al gobierno de Chávez, ante el cual fue embajadora por breve tiempo, y sobre el canciller Jorge Taiana, al que caracterizó como ''un nacionalista más proclive a fortalecer los lazos con el resto de América Latina que con Estados Unidos y Europa''.

En tanto, el anuncio de la concreción del pago de la deuda se hizo después que el FMI confirmó la recepción de los fondos enviados y una vez que se conoció la cotización del día de la unidad DEG que maneja el Fondo.

El dinero procedió del Banco Central de Argentina después de una complicada operación, dadas las condiciones puestas por el FMI, ya que debió constituirse el envío en la unidad DEG del FMI y se necesitaban fondos en libras esterlinas, euros y yenes.

Una transferencia bancaria a las cuentas del FMI se hizo desde el Banco Internacional de Pagos (BIP) de Basilea, Suiza, donde estaban depositadas partes de las reservas argentinas, y otra procedió de los depósitos argentinos en la Reserva Federal estadunidense, en Washington. Saldar esta deuda significó desprenderse de casi un tercio de las reservas del Banco Central, pero hay optimismo en la pronta recuperación.

El pasado 15 de diciembre, en una comparecencia ante gobernadores, congresistas, políticos, personalidades y otros, el presidente Kirchner hizo el anuncio del pago total de la deuda. Criticó en ese entonces al FMI, al que responsabilizó por los planes económicos impuestos en los años 90 y por el endeudamiento del país, lo que llevó a la mayor crisis económica, además de las permanentes imposiciones del organismo que resultaban lesivas a la soberanía.

El gobierno estima que el país se ahorrará casi mil millones de dólares en intereses, y a cambio ganará libertad para administrar su política económica que acumuló tres años de fuerte crecimiento, y podrá sentirse libre de las presiones del FMI para aumentar las tarifas de los servicios, entre otros temas muy fuertes.

Según un analista, ''en el mercado internacional, la decisión de Argentina fue recibida con una dosis de escepticismo por temor a que la eliminación de la auditoría permanente del FMI implique una intensificación de medidas populistas no ortodoxas''.

Pero éste es sólo un punto de vista, ya que en varios lugares hubo festejos e incluso en La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires, se lanzaron globos y se hicieron celebraciones.

Por derecha y por izquierda hay críticas. El derechista gobernador de Neuquén, Jorge Sobisch, calificó de ''golpe de Estado contras las instituciones democráticas'' esta cancelación de la deuda, y sostuvo que esta iniciativa es un asalto contra el Congreso (...), contra la independencia del Banco Central y ''contra cada uno de los ciudadanos''. Sobisch, defensor a ultranza del proyecto neoliberal de los 90, tomó posiciones similares a sectores de izquierda.

Además hubo protestas de varios movimientos que se integraron para luchar contra el pago de una deuda judicialmente declarada ''inmoral e ilegal'', e incluso un grupo de personalidades políticas, religiosas y de derechos humanos, encabezadas por el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, presentó en días pasados una denuncia penal contra este pago.

Sin embargo, funcionarios gubernamentales explicaron que era una medida ''realista'' ante el desgaste que significa para un gobierno el monitoreo y la presión constante del FMI, que impide ir a fondo en soluciones urgentes para el país, entre otras situaciones. Como una ''liberación'' para unos y un ''entreguismo'' para otros, lo cierto es que, como alguien dijo, hoy fue el ''día marcado'' y a corto plazo se verán los resultados.

 
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