Usted está aquí: miércoles 28 de diciembre de 2005 Cultura Hallan 33 momias en Caltimacán, con las que pretenden crear un museo

Fueron descubiertas por las labores de rehabilitación en la iglesia de San Juan Bautista

Hallan 33 momias en Caltimacán, con las que pretenden crear un museo

Algunas datan de 1870

Los lugareños quieren que sea un atractivo turístico de Hidalgo

Impulsores del proyecto han pedido apoyo a autoridades, "pero no vemos claro", dicen

CARLOS CAMACHO CORRESPONSAL

Ampliar la imagen Oswaldo Camarillo, arque�o de la UNAM, muestra parte del hallazgo FOTO Armando Loaiza Foto: Armando Loaiza

Tasquillo, Hgo. Los trabajos de rehabilitación del atrio de la iglesia de San Juan Bautista, en la comunidad de Caltimacán, permitieron el descubrimiento de 33 cadáveres momificados, hecho "insólito" en Hidalgo, consideraron arqueólogos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que encabezan las tareas de rescate y preparación de los cuerpos, para dar forma a un museo, semejante al de Guanajuato, como pretenden los lugareños.

El hallazgo se dio de manera accidental, pues, dice Oswaldo Camarillo, arqueólogo del Instituto de Investigaciones de la UNAM, "nosotros realizábamos trabajos de exhumación de mil 200 cadáveres sepultados durante los últimos cien años en el atrio de la parroquia de Santiago, municipio de Zimapán, a unos 15 kilómetros al norte de este lugar, en pleno valle del Mezquital".

Históricamente, en las comunidades de esta región semiárida, expulsora de mano de obra a Estados Unidos, se acostumbra sepultar a los muertos en el atrio de la iglesia comunitaria.

Los vecinos de Caltimacán, a seis kilómetros de la cabecera municipal de Tasquillo, se organizaron desde el año pasado para "cambiar la fachada de la iglesia", y decidieron pedir apoyo a un grupo de arqueólogos y antropólogos que ya trabajaban en Zimapán.

"Fuimos a ver a los expertos hasta ese sitio para pedirles ayuda", cuenta Rosa Ramírez, delegada de la comunidad de unos 3 mil habitantes (donde la mayoría combina su vida entre el trabajo en Estados Unidos y temporadas vacacionales con su familia en su tierra).

La pretensión era que les ayudaran a retirar más de 700 cadáveres y llevarlos al panteón comunitario, creado hace apenas dos décadas. Una vez que los especialistas aceptaron, concluyeron su trabajo en Zimapán y llegaron a Caltimacán para iniciar las tareas de exhumación y "nuestra sorpresa fue que encontramos 33 cadáveres momificados", algunos que datan desde 1870, lo que indica la antigüedad de la parroquia de San Juan Bautista, que en el centro de la capilla tiene un gigantesco retablo con la imagen del santo patrono de la comunidad.

Desde noviembre de 2004 hasta apenas hace una semana concluyeron los trabajos de exhumación y sólo quedaban por ser retirados 12 ataúdes.

Oswaldo Camarillo explica las razones que permitieron la conservación de los cuerpos durante muchos años: en este lugar, como en muchos otros de la región, la costumbre es enterrar los cadáveres de los familiares a cal y canto y varios de los cuerpos estaban empotrados en los muros que rodean el atrio, lo que, aunado a las sales, a que no entraba el aire, permitió que no se destruyeran.

El hallazgo ha llamado la atención de especialistas de Colombia, Puerto Rico, Estados Unidos e Italia, y en México la investigación ha sido presentada en el coloquio internacional de antropología física, realizado en Campeche.

Los reportes también han sido presentados en el Instituto Nacional de Antropología e Historia y en la Escuela Nacional de Antropología de la UNAM, que financió en gran parte el proyecto que lleva un año de trabajo.

Ahora los lugareños quieren darle otra fisonomía a su pueblo, rodeado de cerros llenos de cactos, huizaches, nogales y granadas, donde la aridez de las laderas contrasta con el verde de los brazos de los afluentes del río Moctezuma, que cruza parte del valle del Mezquital.

"Queremos hacer nuestro museo, así como tienen en Guanajuato, en Zacatecas o Chihuahua", dice animada la delegada, que por este descubrimiento fue relegida para un periodo más de dos años, hasta que se concrete el museo.

Otros animados participantes que trabajan en las tareas de limpieza del acceso principal a la parroquia dicen que ya han pedido ayuda del gobierno estatal, del futuro alcalde, que apenas ganó las elecciones el 13 de noviembre, Gonzalo Callejas Ureña, y del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes.

Respecto de los apoyos, no se notan muy animados, pues "sólo nos han prometido, pero hasta ahora no vemos claro", aunque no se desaniman y de acuerdo con la filosofía de Rosa Ramírez, una enjundiosa mujer de trabajo, maestra de profesión, con profundas raíces indígenas, "tenemos que seguir trabajando con la cooperación del pueblo, pa´que el gobierno mire que no nomás estiramos la mano ¡también apoyamos!"

Renuencia de familiares

Por lo pronto, apilados en cajas de cartón, almacenados en los anexos a la capilla de San Juan Bautista, están decenas de restos mortuorios, ya clasificados, y Oswaldo Camarillo tiene la certeza de que los cuerpos momificados que podrían formar parte del ideado museo son 33, de los cuales ya fueron donados 10; del resto los deudos se resisten a que sus familiares sean exhibidos como piezas en aparador.

En esta parte, Oswaldo Camarillo, que por ser el más participativo y el que se quedó más días de los programados para exhumar los 12 cadáveres restantes, dice que al principio la gente se molestó por la exhumación, incluso en el lugar que les fue habilitado como dormitorio "nos pusieron un muñeco de brujería". Pero eso fue al principio, porque hoy el pueblo lo ha adoptado y le han pedido que los asesore hasta contar con el museo.

La intención de la gente de Caltimacán (donde 99 por ciento de los vehículos que circulan este diciembre lucen placas "del otro lado" y son conducidos por jóvenes que han mejorado su suerte en Estados Unidos) es frenar precisamente la salida de mano de obra, convertir el museo en fuente de atracción turística, de ingresos para la comunidad y que dé nombre "no sólo a Hidalgo, sino al país mismo.

"Así como en Guanajuato, donde mucha gente va a ver a las momias, queremos que sea en Caltimacán. Eso nos ayudaría mucho a atraer turistas a nuestras tierras", idealiza Rosa Ramírez, quien lleva la voz cantante en la conversación con una decena de habitantes del lugar.

Mientras, Oswaldo Camarillo muestra un brazo todavía cubierto con la tela que portó la difunta al ser sepultada.

-Pero, ¿dónde están los otros 33 cadáveres?

-Esos están bajo resguardo de la gente y ahí sí no los dejan ver.

-¿No podemos tomar fotografías?

-Lo dudo. La gente es muy especial y les recomiendo mejor esperar a que instalen el museo. Lo que sí les confirmo es que hay 33 momias, 10 ya donadas y las otras en proceso, falta que los delegados convenzan a los familiares para que los donen y ya está.

Si Tasquillo ha ubicado su nombre en el contexto nacional al ocupar el primer lugar de muertes por cirrosis hepática, derivadas del consumo de pulque, bebida típica y base de la alimentación en las localidades marginadas del valle del Mezquital, hoy podría "destacar en cosas más honrosas, ¿no?", remata otro de los participantes en el proyecto de rehabilitación de la iglesia y de creación del museo.

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.