Usted está aquí: domingo 18 de diciembre de 2005 Opinión A LA MITAD DEL FORO

A LA MITAD DEL FORO

León García Soler

Reposo del campeador y los santos inocentes

Ampliar la imagen Manuel Espino, lider de Acci�acional, confiesa sus mocher� FOTO Guillermo Sologuren Foto: Guillermo Sologuren

NAPOLEON, SEGUN EL VATE Margarito Ledesma, desde chamaco jugaba a la guerra, a las pedradas con trozos de hielo. En plena tregua navideña, Felipe Calderón invocó a Bonaparte ante un auditorio de empresarios germanos para recordarles que la guerra se gana con dinero, dinero, dinero. Hoy y siempre. La guerra y la política. Y los conservadores germanos han sido desde hace muchos años generosos mecenas del PAN que no se come. Mal consejero es el ocio y no faltó quien acusara a Felipillo santo de violar la tregua impuesta por el IFE. Sancta simplicitas.

UN VOCERO DEL HIJO desobediente respondió retadoramente que no se trataba de arresto domiciliario. Pero Andrés Manuel López Obrador cancela simposio en El Colegio de México y otros coloquios de intelectuales, orgánicos o inorgánicos. Tanto monta... como el que Roberto Madrazo haga gala de buen comportamiento y lleve agua a su molino en la interrupción de hostilidades. Pausa para velar armas y, sobre todo, para el recuento de aportaciones posibles y confirmación de compromisos en ausencia del fiel de la balanza que se rompió con el frío de la sana distancia. Mal sustituto resulta un IFE cuyos consejeros olvidan el consejo de Mirabeau y dan órdenes sin estar seguros de que serán obedecidas.

POR ESO ACATA pero no pierde el impulso Felipe Calderón, candidato a modo para la fantasía de una santa alianza de "centroderecha"; acuerdo entre quienes temen al fantasmagórico populismo atribuido a Andrés Manuel López Obrador, a quien, paradójicamente, aceptan públicamente los operadores del capital foráneo y la Cepal, que avala otros "gobiernos de izquierda" en la región. Por eso aprovecha el silencio Roberto Madrazo y deja que pase la tormenta interior, que el tiempo se haga cargo del destino de Elba Esther Gordillo y los sonorenses resuelvan sus diferencias donde ya los Yucupicio son memorias del pasado. Después de todo, al otro lado se levantará el doble muro de hormigón y acero que el incorregible optimismo de Vicente Fox considera señal de un pronto acuerdo migratorio con su amigo George W. Bush.

CIEGO EL AZAR y ciega la justicia. Con razón reían a carcajadas Mariano Azuela y Juan de Dios Castro al salir del informe de labores que rindió el presidente de la Suprema Corte de Justicia. El ministro expresó la inquietud del Poder Judicial ante el riego de que "se multipliquen las violaciones a la suspensión y, lo más grave, se incurra en inejecuciones de sentencias, todo ello de manera impune en detrimento del prestigio internacional de nuestro juicio de amparo". El ministro Azuela dejó hacer, dejó pasar. Sobre todo tiempo. El desaforado ya dejó el cargo y es candidato a la Presidencia. En declaraciones de banqueta, el consejero jurídico de la Presidencia tendería velos hieráticos sobre el desafuero que sí se resolvió y el desacato que no se llevó a tribunales por gracia del titular del Ejecutivo.

"YO NUNCA ESCUCHE al señor ministro nombrar al señor López Obrador, y el señor ministro estará de acuerdo conmigo en que el Ejecutivo ha acatado todas sus sentencias. Yo no involucro al señor López Obrador. Es más, en este momento estamos en tregua navideña, no podemos hablar de política", dijo. Y ambos rieron a carcajadas. Confesión de parte del señor Azuela. Confesión a cargo del vocero del presidente Fox, para quien "el caso está cerrado". Confusión a cargo del procurador Cabeza de Vaca, para quien el caso sigue abierto en "consulta de no ejercicio". Tregua, suspensión, pausa, descanso, armisticio, vacaciones, asueto, pero contengan la verborrea que inunda la cosa pública. La marcha de los cangrejos recupera el arriba y adelante en la visión contemporánea de la moción retrógrada de los cuerpos celestiales en la órbita de la transición en presente continuo.

DE ESO SE RIEN el señor ministro y el pomposo abogado de las cabañitas de Los Pinos. Y de la beatitud cardenalicia con la que Norberto Rivera cumple con la tregua del IFE. Mientras, Manuel Espino confiesa sus mocherías y empuña el fascio para elogiar la vocación democrática de Vicente Fox y pavonearse por haberle cerrado el paso a las ambiciones dinásticas de doña Marta Sahagún. Claro como el lodo. Por eso asegura Francisco Gil que no habrá crisis sexenal y tendremos estabilidad económica durante los próximos 20 años. Crecimiento cero; pobres, pero quietecitos. Y mal podrían revivir lo del IVA a medicinas y alimentos, no por razones electorales, sino por curarse en salud: la Unión Europea da un plazo de dos meses a España para que aplique el IVA a la Iglesia católica. Vade retro.

EN ESTOS DIAS DE guardar dejaron de aparecer los signos proféticos, y ni siquiera el brillo de la luna llena "más alta" y luminosa del año, o de muchos años, sirvió para predecir la transformación de Felipe Calderón, de Andrés Manuel López Obrador y de Roberto Madrazo en elocuentes tribunos, capaces de convencer a las multitudes y mantenerlas bajo el influjo de la retórica, deslumbradas por la claridad dialéctica. Ah, si en la tregua encontraran ese aliento, quedarían atrás el gobierno por espots y el miedo cerval a la dictadura de los poderes mediático espectaculares. Por lo pronto, Vicente Fox da la bienvenida a los paisanos. Y en San Lázaro, a la hora de aprobar reformas a las leyes que rigen radio y televisión, los tres adversarios de la pluralidad estuvieron de acuerdo en entregar la quinta y los mangos a quienes más tienen.

AL DUOPOLIO DE LA televisión, dicen los extremistas que se tropiezan en el centro. A la plutocracia que goza ya del pie de cría para desarrollar los consorcios de tecnología de punta de segunda y de tercera generaciones. Los candidatos de los tres partidos principales parecieron motivar la coincidencia: ninguno se animó a expresar oposición en vísperas de arrancar formalmente las campañas electorales en pos de la Presidencia de la República. Ninguno. Tan es así, que los del único que dice que no hará campaña por televisión también aprobaron en San Lázaro la ley de marras. El PRD, digo. Andrés Manuel López Obrador, digo.

EN XICOTENCATL, LOS del Senado recordaron que son cámara revisora. Y algo habrán de paliar del engendro. Algo, digo, pero también en la Cámara alta son mayoría los resignados al imperio de las pantallitas, los dispuestos a bailar por ese ensueño al son que les toquen. Nadie parece dispuesto a incurrir en la ira de los validos de los señores de Televisa y de Televisión Azteca. Ya no digamos del par de valedores. Se acabaron los gitanos que iban por el monte solos. En el mismo set, en la misma estación de matutinos juicios sumarios a colaboradores o compañeros, se presentan mansamente los candidatos a la Presidencia de la República, sin que una sombra de duda o de sospecha llegue a las cámaras. Aquí no ha pasado nada; aquí no exhibieron videos en los que cambian de mano miles de dólares.

DONDE UNO NO quiere, dos no riñen. Los Pinos bien vale una comparecencia mendicante. Al fin que bajo las luminarias no hay gélida nieve, ni tras la lente hay pontífice ante quien arrodillarse. La genuflexión es simbólica. En la era del espectáculo tenemos en Vicente Fox al "primer locutor de la República". Todo cambia, pero ya al nacer el PRI declararon a Miguel Alemán "Primer Obrero de la Patria". Males son del tiempo. Y de la sumisión. Y de la simulación. Se multiplican los llamados a resolver el amargo dilema del financiamiento de los partidos políticos y de las campañas electorales. Más allá del valladar que representa la sabia decisión de financiarlos primordialmente con dinero del erario, de favorecer al gasto público sobre la inversión privada, porque el que paga manda, no hemos sido capaces de evitar la corrupción y turbios manejos que menoscaban la confianza en el IFE y el TEPJF.

ESTO ES, EN LAS instituciones fruto de la reforma del Estado que hicieron posible tener elecciones legales de resultados creíbles, cuyos diferendos se resuelven en tribunales y no con la presión de escándalos y asonadas callejeras. Los que dictaron la tregua podrían aprovecharla en busca de recuperar el prestigio que resistió protagonismos y otras debilidades de consejeros anteriores, pero que pareciera diluirse en el ácido de la mediocridad acomodaticia. Origen es destino, decían los clásicos. Y el IFE actual tuvo origen plural y disperso, consecuencia del desacuerdo que se resuelve en el reparto chapucero de posiciones. Pero atrás quedó el determinismo histórico y nada acredita al fatalismo en la materia. Ojalá aprovechen la pausa los de la tregua.

TREGUA PARA EL accionar desaforado y precipitado desde las alturas por la incontinencia verbal que abrió la caja de Pandora del futurismo en el fin del pasado. En el cuartel del estratega de Nacajuca aseguran que se estableció para detener su marcha triunfal. En la fortaleza de Calderón, donde a pesar del giro topográfico de Castillo Peraza, la derecha no es izquierda ni la izquierda es derecha, se mueven a sus anchas los del triunfalismo redivivo al calor de la coalición conservadora cimentada por el miedo al fantasmagórico populismo. En los cuarteles del tricolor, Roberto Madrazo repasa las victorias inesperadas en la hora de la dispersión de la incontestable fuerza central. Y vela las armas antes de la derrota que por enésima ocasión le predicen.

MEDITACIONES DE SAN Agustín y citas napoleónicas. Axiomas juaristas y hábitos franciscanos. Profesión de fe en la estabilidad económica y camisas rojas de la desmesura de Garrido Caníbal. Ni un siglo de ausencia resolvería el enigma del trío que, para colmo, se empeña en fundirse en el mítico centro de una inexistente política. Pasará la tregua y mostrarán su juego los tres de la paradoja. El hábito no hace al monje, dice la tradición conservadora. Si los ves venir desde lejos y vienen juntos, o son perros o son coyotes, porque no andan entremezclados, dice la malicia campirana.

Y ANTE EL TEJIDO social que se deshilacha, ante el reto criminal al estado constituido y el dogmatismo suicida de quienes desestiman y desmantelan las instituciones de la nación, habrá que recordar la antigua máxima de la sabiduría oriental: aquellos que piensan que pueden montar al tigre, acaban dentro de él.

 
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