Usted está aquí: sábado 17 de diciembre de 2005 Opinión LOS DE ABAJO

LOS DE ABAJO

Gloria Muñoz Ramírez

EL HOTEL BAUEN, recuperado por sus trabajadores y símbolo de la resistencia en pleno centro de Buenos Aires, está amenazado. El peligro de que este emblemático lugar sea desalojado no sólo es para los 120 trabajadores y trabajadoras que lo mantienen funcionando desde hace tres años, sino para todo el movimiento de empresas y fábricas recuperadas en Argentina. Atacar al Bauen es atacar a todos.

EL HOSTIGAMIENTO y las amenazas contra el hotel se iniciaron el día de su recuperación, y desde entonces no han cesado, recrudeciéndose en los últimos meses los intentos de clausura. Actualmente un grupo de legisladores de la capital argentina pretende sancionar una norma para destruir lo que la cooperativa de trabajadores ha creado, que no es poco. A los poderosos les preocupa que se convierta en un ejemplo de lucha cotidiana y en certeza de que, en efecto, otro mundo es posible.

EL EDIFICIO DE NUEVE pisos se levanta orgulloso entre las calles de Corrientes y Callao. Adentro, 120 hombres y mujeres de todas las generaciones construyen una alternativa autogestiva para crear trabajo con dignidad y justicia. No es fácil porque es un proyecto verdadero. Hay inercias internas y externas que a veces complican el trabajo y el reto es grande: nada menos que atacar al neoliberalismo en las entrañas del monstruo y hacer posible y eficaz el funcionamiento de una empresa sin patrón.

LUEGO DE UNA QUIEBRA fraudulenta y de esperar un año y medio a que se allanaran los caminos legales, los trabajadores del Bauen decidieron tomar las riendas de su destino. Mucho trabajo en medio de amenazas constantes hicieron posible el pleno funcionamiento de los cuartos, la cafetería, el bar, una librería y salas culturales.

POR LOS PASILLOS del Bauen caminan cotidianamente, además de turistas de todo el mundo, personas de diversos colectivos y organizaciones sociales. Son sus trabajadores anfitriones de asambleas, conferencias y reuniones del movimiento que resiste en la actual Argentina, además de ser un espacio hermanado con diversos movimientos del mundo, y de ser tomado en cuenta para diversos convenios de intercambio, tales como el que signaron con el Ministerio de Turismo de Venezuela y el Ministerio Nacional de Economía Popular, para trabajar juntos en el desarrollo de un proyecto de cooperación mutua de turismo.

EL BAUEN NO ES UNA posibilidad de resistencia, es ya una realidad. Su permanencia depende ahora de la comunidad internacional, pues si los legisladores cumplen sus amenazas pueden ser desalojados en cualquier momento. En lugar de decretar la clausura se debe aprobar una ley de expropiación definitiva a favor de la Cooperativa de Trabajo BAUEN (Buenos Aires Una Empresa Nacional). Esta es la demanda de más de 4 mil personas que han firmado un manifiesto, entre ellas Eduardo Galeano, Noam Chomsky, Naomi Klein, Tony Negri, Michael Albert y Avi Lewis. Toda la solidaridad es importante y la están esperando los trabajadores del Bauen.

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