Usted está aquí: sábado 17 de diciembre de 2005 Opinión DESFILADERO

DESFILADERO

Jaime Avilés

Declaración de fines

Relaja Encinas la disciplina en el GDF

Azuela encubre a Luege y Vega García

Para Bolivia llegó la hora de la verdad

Ampliar la imagen El jefe de Gobierno del DF, Alejandro Encinas. Cambio de estilo FOTO Cristina Rodr�ez Foto: Cristina Rodr�ez

CORRIA UN METROBUS de sur a norte cuando al cruzar San Antonio, a las 14:45 de ayer, su chofer recibió órdenes de detenerse, no abrir las puertas y no dar informes a nadie. Minutos después el vehículo fue rodeado por un piquete de granaderos que empezaron a caminar alrededor de su carrocería, apuntándole con sus armas. Cada vez más inquietos porque alguien dijo que había una bomba, los pasajeros fueron obligados a acostarse en el suelo; salvo quienes no hallaron espacio físico para tenderse, la instrucción fue acatada por hombres, mujeres, ancianos y niños.

Transcurridos cinco minutos, el camión avanzó hasta la estación Nápoles, donde el chofer abrió la primera de las puertas delanteras y la gente se las ingenió para salir de una en una después de ser revisada en sus pertenencias por policías masculinos o femeninos, según el género de cada cual. Una vez que el transporte público se vació, los angustiados pasajeros permanecieron otros minutos encerrados en la estructura metálica de la estación hasta que fueron liberados de repente.

Dos llamadas telefónicas habían coincidido en avisarle al sistema de vigilancia que un hombre armado estaba en el carro dispuesto a cometer un atraco. Un vocero del Gobierno del Distrito Federal (GDF) explicó que las medidas arriba descritas se aplicaron para impedir que el supuesto delincuente tomara rehenes. Lo cierto, sin embargo, es que la policía no lo detuvo, y si nada más trataba de disuadirlo tal vez lo consiguió, pero pagando el alto costo político del tremendo susto padecido por los demás.

Acciones como éstas sugieren un cambio de estilo en la administración de Alejandro Encinas, que contrasta con el de su antecesor. Otro ejemplo de ello es la invasión de unas horripilantes vacas de todos colores que pastan en múltiples camellones de la ciudad anunciando a la lechería Lala, de la región de La Laguna, enclavada entre Durango y Coahuila. Tomando en cuenta ese dato geográfico nadie entiende por qué la decoración de algunas de las espantosas reses, si no es que de todas, fue patrocinada por el gobierno de Zacatecas, que encabeza Amalia García, entrañable amiga de Encinas.

¿Negocitos privados con trasfondo "artístico"? La sospecha de que en ausencia del ex peje de Gobierno en el GDF se está relajando la disciplina se acentúa no sólo por la presencia de ese esperpéntico rebaño, sino porque mientras Encinas favorece a tales vacas, da la espalda por completo a los toros y así, en la Plaza México, el empresario Rafael Herrerías ha designado como juez a un hombre que antes barría la arena del ruedo y no cuenta con nombramiento oficial de las autoridades capitalinas. Por eso actúa como un empleado de su amo en perjuicio de los desprotegidos aficionados y de una tradición cultural con más de 450 años de antigüedad en nuestro país, sin que eso le preocupe al inquilino del Antiguo Palacio del Ayuntamiento.

Abusos del panismo que se va

Gabriel García Márquez lo contó en un memorable reportaje. Cuando los portugueses huyeron de Angola en el instante en que ese país obtuvo su independencia, destruyeron todo lo que tenían a su alcance. Rompían a martillazos lavamanos y excusados de las oficinas públicas en su afán por reducir a polvo la escasa infraestructura. Algo así parece ocurrirle al remedo de "gobierno" que encabeza todavía el ex presidente en funciones Vicente Fox.

Mariano Azuela, la sirvienta más cara del mundo porque gana 600 mil pesos mensuales, o 20 mil pesos diarios, o algo más de 800 pesos por hora, o 13 pesos con 13 centavos por minutos, a cambio de retorcer la ley y vender la justicia al antojo de la pandilla presidencial, se ha sumado a la pachanga navideña llamada "tregua", orquestada por el IFE en complicidad con Los Pinos y el PAN para introducir incertidumbre y descomposición política en el proceso que llevará a la Presidencia de la República a López Obrador.

Cuando la victoria del Peje es algo que se da por hecho incluso en el ámbito financiero internacional, Azuela salta a la palestra con declaraciones provocadoras, irresponsables y seniles, que no hablan sino del profundo temor que lo habita. Como jefe de 10 ministros que ganan cada uno 450 mil pesos mensuales, o 15 mil pesos al día, o 625 pesos por hora, o 10 pesos con 41 centavos por minuto, tiene en su prevaricadora conciencia no sólo haber participado en el complot golpista del desafuero, sino haber condenado al desempleo y a la miseria a miles de trabajadores de la cooperativa Pascual.

Pero mientras el titular de la Corte hace gala de su abyección, dos secretarios del gabinetazo, José Luis Luege Tamargo y el general Ricardo Clemente Vega García, atentan contra los habitantes, el medio ambiente y el tesoro arquitectónico de San Luis Potosí al apoyar los trabajos de la Minera San Xavier, mil veces prohibidos por diversos tribunales mexicanos. Ahora, ante el más reciente fallo del Tribunal de Justicia Fiscal y Administrativa, que urge a la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales a impedir que la trasnacional canadiense continúe haciendo detonaciones en el ejido Cerro de San Pedro, Luege Tamargo desacata el mandato judicial, cometiendo una falta que según la Constitución podría costarle el cargo.

Por su parte, el secretario de la Defensa vuelve a incumplir la ley al proporcionar explosivos de uso reservado al Ejército Mexicano para que Minera San Xavier destruya la flora del desierto potosino y ponga en peligro la seguridad de los ejidatarios, ya que las detonaciones se producen a 10 metros del pueblo. ¿No podría el abogado Azuela emplear su viperina lengua en declaraciones que llamaran al respeto del estado de derecho en San Luis Potosí y exhortaran a los colaboradores del ex presidente en funciones a conducirse con apego a las reglas? Pues claro que no: qué pregunta más absurda.

Cerrada contienda en Bolivia

Tras la insuficiente victoria de la candidata presidencial socialista de Chile, que difirió la resolución de ese proceso hasta el 15 del mes próximo, a partir de mañana para Bolivia habrá sonado la hora de la verdad. Evo Morales cerró la campaña con cinco puntos de ventaja sobre el derechista Jorge Quiroga, pero sólo por un milagro alcanzaría la mitad más uno de los votos en liza. El gobierno de George WC, por su parte, ha entrado ya a la cancha advirtiendo sobre la inestabilidad social que desencadenarán los comicios.

Líder y abanderado del Movimiento al Socialismo, Evo alertó el miércoles sobre un posible fraude, pues la derecha habría empadronado a sus votantes más de una vez. Mientras las elecciones argentinas fortalecieron a la corriente del presidente Kirchner y las chilenas podrían sumar ese alargado país al bloque que forman los gobiernos de Buenos Aires, Brasilia y Caracas, sobre el proceso boliviano penden sombríos augurios. Con toda probabilidad marcarán el inicio de la contraofensiva de Baby Hitler en América del Sur, una catástrofe que el salinismo usará para sus fines en México.

Declaración de fines

Los jefes de todas las tribus del PRD en Tlalpan invitaron, la semana pasada, al autor de esta columna a hablar "a nombre de la sociedad civil sin partido", en un acto de campaña de López Obrador. El periodista aceptó pensando que sería una buena ocasión para subrayar la ausencia de temas culturales en el discurso del candidato, algo que debe subsanarse en enero, sin falta.

El de la voz esperaba que un maestro de ceremonias lo presentara ante el público en un gesto mínimo de cortesía. Pero no: lo subieron al escenario un poco antes que a AMLO y lo abandonaron allá arriba, expuesto a la contemplación del respetable, que no cesaba de preguntarse: "¿quién será ese buey". El asunto es que cuando el candidato ascendió a la tarima, el columnista se comportó como lo que es, como un gitano legítimo y le dio la bienvenida con frases que excitaron el entusiasmo de la gente, como tenía que ser. De tal suerte, la supuesta deferencia de los tlalpeños al responsable de esta página se convirtió en una trampa cuyas consecuencias no se han hecho esperar, por ejemplo, en palabras de amigos que preguntan con desconfianza: "¿ya iniciaste tu carrera al arribismo?"

Esta semana, militantes del PRD que pretenden ser candidatos a diputados llamaron al teléfono del que esto escribe y suscribe para pedir citas y mostrar sus currículum (!), y destacar su "participación contra el desafuero" (?), suponiendo que así podrían lograr recomendaciones para que el candidato presidencial los palomease.

Ante tales distorsiones y disparates, esta columna asienta que su autor es ajeno por completo a la vida interna del PRD, a las redes ciudadanas o al equipo de trabajo de AMLO. Asimismo, afirma que, para evitar suspicacias que únicamente lastimarían su derecho a defender y criticar el proyecto político del candidato, renuncia a los microorganismos ciudadanos denominados Plan de los 3 Puntos y Lado Izquierdo Opositor, que en otro contexto organizaron la defensa para detener el golpe de Estado contra el gobierno de la ciudad.

Y toda vez que, según el viejo refrán, "los únicos que dicen lo que van a hacer son los niños y los tontos (y los cocineros del canal Gourmet de televisión, cabría agregar)", el autor de esta página desea emitir la siguiente declaración, no de principios, sino de fines, para que lo dejen de estar chingando: durante el sexenio de AMLO no formará parte de ninguna estructura gubernamental y si aspira a algo cuando sea grande es a ganar el Premio Cervantes de Literatura como su buen amigo Sergio Pitol.

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