Usted está aquí: jueves 15 de diciembre de 2005 Cultura ''El trabajo de Mark Rothko es tan bueno, que en 27 obras lo ves todo''

La muestra en el MAM, un panorama completo, dice su hijo en entrevista

''El trabajo de Mark Rothko es tan bueno, que en 27 obras lo ves todo''

El representante de la Escuela de Pintura de Nueva York es uno de los artistas mejor cotizados

El Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM organiza conferencia en torno de la obra

MONICA MATEOS-VEGA

Ampliar la imagen En su estudio de Nueva York, en 1953 FOTO Henry Elkan Foto: Henry Elkan

Cada cuadro realizado por Mark Rothko (1903-1970) es todo un ensayo filosófico acerca de la vida: el aire, la tierra, el fuego y, principalmente, la música.

Inspirado en la obra de compositores como Mozart, el artista consiguió ''extraordinarias vibraciones de color'' que lo colocaron como uno de los pintores indispensables de la primera generación de creadores de la llamada Escuela de Nueva York, al lado de personalidades como Jackson Pollock, Willem de Kooning, Barnett Newman y Clifford Still.

En entrevista telefónica con La Jornada, Christopher Rothko, hijo del pintor y principal promotor de la obra de su padre en todo el mundo, explica que los 27 cuadros que se exhiben en el Museo de Arte Moderno de la ciudad de México ''brindan un panorama general de la aportación de Rothko al mundo del arte. Esos dibujos, acuarelas y óleos establecen un diálogo entre sí; eso es mejor que ver sólo una pieza.

''Hace años, esta misma selección de obras se presentó en Europa del este y en Rusia; fue muy bien recibida a pesar de que, por supuesto, no se trata de una gran retrospectiva. El trabajo de Rothko es tan bueno que en 27 obras puedes verlo todo''.

La revista Forbes dio a conocer recientemente que entre los artículos más caros del mundo se ubica actualmente una pintura de Rothko, que fue subastada y vendida en noviembre en 22.4 millones de dólares.

Christopher tenía siete años cuando Mark Rothko murió, y recuerda: ''Mi padre fue un pintor muy reservado. No le gustaba que la gente lo viera trabajando. Sólo al final de su vida aceptó tener asistentes para que le ayudaran a preparar las telas antes de empezar a pintar.

''Aunque nunca lo vi hacer ningún cuadro, soy muy afortunado porque crecí rodeado de su obra; había grandes pinturas en la sala, muchas en los otros cuartos, siempre rodeándome. Ahora varias de esas obras se encuentran en los principales museos del mundo.

''En lo familiar, todos mis recuerdos acerca de mi padre se relacionan con el cigarro, pues todo el tiempo estaba fumando. Era cotidiano verlo en las mañanas, sentado a la mesa, leyendo el periódico, fumando y tomando café. Y hablando, siempre conversando conmigo, no recuerdo de qué.

''La última imagen que conservo de él es de cuando yo tenía unos seis años. Un mes antes de que muriera, íbamos caminando por las calles de Nueva York, me preguntaba por las cosas que estaba aprendiendo en la escuela, me pedía que le explicara por qué me gustaban ciertos trabajos que me dejaban hacer''.

Pintor universal de raigambre judía

Marcus Rothkovich nació en Letonia. A los 10 años emigró con su familia a Estados Unidos, donde años más tarde se nacionalizó estadunidense y cambió su nombre por el de Mark Rothko.

Christopher explica que su padre fue criado en un hogar judío. De niño hablaba ruso y yiddish, pero ''al llegar a Estados Unidos cortó con el pasado, eso lo tenía muy claro. Lo único que quería era ir hacia delante. Rusia fue el país que dejó atrás; inclusive decía que no entendía ni ruso ni yiddish. No obstante ser muy consciente de su herencia judía, en sus pinturas nunca lo plasmó. Nunca trató de ser un pintor judío tradicional, sino un artista universal''.

Diversas enfermedades, así como problemas personales provocaron que el pintor se suicidara en 1970. A partir de entonces su legado (más de mil telas y obras en papel) fue objeto de una agria y prolongada disputa legal. Se acusó a sus albaceas testamentarios de vender su obra a la galería Marlborough de Nueva York, a precios poco ventajosos para los herederos. En 1975 un tribunal de Manhattan destituyó a dichos albaceas y les impuso, conjuntamente con la galería, una multa de más de 9 millones de dólares.

La familia dispuso que la obra se ubicara en museos importantes a escala internacional, teniendo a la National Gallery of Art de Washington como la institución más beneficiada al recibir 296 pinturas en tela y papel, así como una colección de más de 600 dibujos y acuarelas. En la actualidad, Rothko es uno de los pintores mejor cotizados en el las casas de subastas de arte contemporáneo.

''El mercado del arte es algo muy loco: un día eres popular y dentro de dos años ya no, así es que no me gusta hacerle mucho caso. Lo importante para mí es lo que se dice de mi padre en los museos, en el mundo del arte y sobre todo en el ambiente académico: en ese mundo Rothko es muy querido'', señala el hijo del artista.

Concluye que la obra de su padre ''es un poco difícil; algunas personas no terminan de entenderlo, por eso resulta muy conmovedor que mucha gente se me acerque para decirme lo importante que es el trabajo de Mark Rothko para ellos''.

En el contexto de la exposición El arte de Mark Rothko, el Instituto de Investigaciones Estéticas invita a la conferencia Rothko. Otra lectura de su obra, que impartirá la doctora en filosofía e historiadora del arte Alina Mendoza Cantú, el próximo 8 de enero a las 12 horas en el Museo de Arte Moderno (Reforma y Gandhi, Chapultepec).

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.