Usted está aquí: sábado 10 de diciembre de 2005 Opinión Lagos: el poder de la deliberación

Gustavo Gordillo

Lagos: el poder de la deliberación

1. Quisiera resaltar nuevamente algunas de las paradojas contemporáneas a las que se enfrentan las sociedades latinoamericanas: a) cómo combatir eficazmente la desigualdad sin secar los incentivos de la iniciativa privada; b) cómo fortalecer la participación ciudadana enmarcada rigurosamente en un estado de derecho; c) cómo fomentar competencia e innovación al tiempo que se reconoce el valor de la solidaridad, y d) cómo integrarse globalmente sin desintegrarse nacionalmente.

2. Concebido como eje discursivo el tema de la seguridad puede generar un amplio consenso indispensable para enfrentar la desigualdad en sus múltiples expresiones sin al mismo tiempo provocar lo que hasta hoy aparece como una disyuntiva antagónica que amenaza con dividir y fragmentar aún más a nuestras elites políticas y a nuestras sociedades. Libertad y justicia deben articularse en programas políticos y luego en políticas públicas a través de una visión ampliada de la seguridad como tema central en el fortalecimiento de la soberanía popular. Este es un discurso que puede encarnarse en redes sociales que promuevan e induzcan la participación ciudadana como una forma de aprendizaje social a través de la toma de decisiones que afectan y competen a las diversas colectividades respetando tiempos y expresándose en elecciones, parlamentos, comunidades y movilizaciones. La experiencia del gobierno de Lagos me parece transita por estas coordenadas.

3. Dijo el presidente Lagos en su último encuentro con los empresarios en noviembre pasado: Se respira un ambiente distinto al de hace seis años cuando aún era candidato... Asumiendo la presidencia y quiero decirlo francamente tenía claro que uno de los objetivos fundamentales, mas allá de las cifras y de las cuentas, era cómo establecer confianza en los distintos sectores del país respecto de los cuales mi persona generaba desconfianza..." Y destaca los pilares sobre los cuales ha podido avanzar el desarrollo impresionante de Chile: consenso respecto a un régimen democrático, papel destacado, pero no único del mercado, cohesión social y reinserción internacional. Se puede desde luego debatir los resultados de la vía chilena para el desarrollo subrayando su tasa de crecimiento sostenido a lo largo de los casi 16 años de los gobiernos de la Concertación. Se puede ciertamente poner el dedo en la llaga de la desigualdad que hace de Chile uno de los países más desiguales del continente más desigual de mundo. También es indispensable señalar que Chile es el único país de la región que ha logrado reducir de manera sostenida y sustantiva en década y media la pobreza. En casi todos los indicadores sobre transparencia, buen gobierno, competitividad Chile aparece siempre en los primeros lugares. Más estratégico es el cambio cultural que, para un observador extranjero como yo que he tenido el privilegio de vivir los últimos ocho años en Chile, es absolutamente notorio. Es esta idea que se convierte en acción y cruza a todos los segmentos sociales que el esfuerzo personal va a ser recompensado y que ese esfuerzo es parte también de redes múltiples de solidaridad.

4. Pero si tuviera que escoger el mayor logro de un presidente de la estatura política y ética como la que tiene Lagos diría que fue su capacidad a través de la deliberación pública de poner en el centro del interés nacional la agenda progresista. Nunca dejó que la derecha le impusiera su agenda. Cuando las derechas exigían "prueba de la parafina" a la izquierda para que demostrara su apego a la legalidad se hace público el informe Valech sobre los torturados que pone el foco en quiénes realmente debían dar pruebas de su apego a la legalidad. Cuando se desata la gritería que sugiere que el gobierno socialista manejaría irresponsablemente la economía. Lagos articula con un sector importante del empresariado la agenda pro-crecimiento que fue un consenso entre fuerzas políticas y económicas. Demuestra además con una gran cantidad de medidas que refuerzan las regulaciones para garantizar mercados competitivos que para un sector poderoso de los empresarios -y no sólo en Chile- cuando hablan de economía de mercado no se refieren a un capitalismo competitivo sino a un sistema oligárquico de privilegios y protección a monopolios. Cuando por otra parte, dudan de las credenciales democráticas de su gobierno logra tejer una gran red de consensos que permite con el apoyo de las fuerzas de derecha modificar sustancialmente la Constitución que había heredado de la dictadura.

5. Hoy a unas cuantas horas de las elecciones presidenciales parece no haber dudas que, sea en la primera o en la segunda vuelta en enero, ganará la candidata de la Concertación, Michelle Bachelet. No solo ganaría por cuarta vez la Concertación, sino ganaría por segunda vez un candidato socialista. Ganaría además cuando la Concertación ha puesto en el centro la agenda del combate a la desigualdad social a la que por igual las izquierdas y las derechas utilizaron para convencer a los electores de sus opciones. Más aun el triunfo de una mujer, profesionista, jefa de hogar y víctima personal de la dictadura será también el triunfo de una transformación cultural que ha ocurrido al amparo de las tres administraciones de la Concertación. Esto es lo que hace resaltar a Lagos en el concierto de los líderes mundiales y frente a tanta mediocridad y pequeñez de las elites políticas. Es el triunfo de la deliberación pública.

 
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